Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











21 de marzo de 2008

Dios pone los deseos

─“…Nadie ha llegado hasta este lugar por su propia voluntad; si no, es porque el Señor ha puesto en cada uno de nosotros el deseo de venir…”─ Así empezaba un culto de día Domingo. Siempre hay buena intención cuando uno expresa ciertas frases, más ¿Cuál es realmente su contenido, y cual es realmente el resultado de decirlas? Es difícil saberlo. Veamos este caso:
- Puede ser, de que haya un convencimiento de la persona que lo dice, o sea Dios pone en las personas el deseo de asistir a la iglesia. Entonces las que no fueron, es por que Dios no puso en ellas ese deseo, luego no son culpables por faltar al culto.
- Alguien podrá decir: Un momento, se trata de decir que Dios sabe quienes son fieles, o quienes realmente anhelan asistir al culto, y es en ellos en quienes pone el deseo.
- Pero… entonces estaríamos contradiciendo lo anterior, pues, no dependería de Dios, dependería del hombre, pues él debe ser fiel y tener ese anhelo en su corazón.
- Además, ningún incrédulo iría jamás al culto, por que de acuerdo a esto, Dios jamás pondría en estas personas deseos de ir a un culto.

CONCLUSIÓN:
No podemos decir que alguien no va a la iglesia o hace algo, si Dios no pone en él, el deseo de hacerlo. El ir o no ir, no depende de Dios, depende de nosotros. Hay un libre albedrío, una libre determinación, y todos los que no asisten al culto, o no hacen algo que saben que es su obligación, darán cuenta a Dios por no hacerlo. No aclarar esto puede ser aprovechado por Satanás para distorsionar completamente la verdad.
Pasa exactamente igual con otra frase que se pronunció cuando se bendijo las ofrendas: “Te pedimos Señor que tu pongas corazones dadivosos”. Está bien, por escuchar la palabra del Señor, por leerla, por pedirle a través de la oración que nos ayude a cambiar, haciéndonos entender la lección; podríamos tener un corazón dadivoso, y es lo menos que se espera. Pero si en mi mente se graba la idea, de que Dios hará ese cambio sin que yo mueva un dedo, entonces estoy muy mal.
Esperamos sus comentarios.

Como nos hablará Dios

¿CÓMO NOS HABLARÁ DIOS?
Mensaje predicado en Escondida el 5 de Enero de 2008
Texto base Isaías 28:9-13
Lectura bíblica Mateo 13:10-17


Bien, hoy quiero hablarles, a cerca del lenguaje especial que Dios tiene para comunicarse con nosotros. Me refiero, con los seres humanos, en general. Este lenguaje, viene a ser difícil, in-entendible para algunos; y afortunado, especial, bendito, para otros.
El párrafo de hoy, está inserto en una sentencia que hay para la gente de la tribu de Efraín. Esta gente, se había desviado completamente de los caminos de Dios, ellos confiaban en sus fuerzas, en sus riquezas, en sus alianzas con otros pueblos; y esta misma confianza les hacia estar tranquilos; tan tranquilos que se dedicaban a estar de fiesta en fiesta, abundaba la buena mesa y el vino; factores que siempre tienden a desviar al hombre del buen camino, a alejarlo de su creador.
El párrafo, empieza diciendo “¿A quien se enseñará ciencia o a quien se hará entender doctrina? ¿a los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?” Bueno, esta versión, la Reina Valera, no lo expresa tan claramente; pero lo que ellos están diciendo es: ¿A quien cree Dios que le va a enseñar? ¿cree que somos niños chicos, de esos que recién acaban de dejar el pecho? Acá tenemos otra versión, que es de uno de nuestros hermanos, esta es la versión “Latinoamérica”, una versión católica, y dice: ¿a quien le está enseñando la lección, o quien quiere que le atienda sus explicaciones? ¡Los niños que recién dejaron el biberón, los niños que acaban de tomar pecho! O sea, esta gente está despreciando, el mensaje que le da Dios a través de los profetas. Ellos ven este mensaje como demasiado inocente, para ellos las advertencias que les hacen los profetas, son mera palabrería, meras insinuaciones de personas sin importancia; no ven aproximarse ningún peligro, nada de lo que los profetas dicen, todo esta bien para ellos. ¿De que nos tenemos que arrepentir? Esta queja, de que el mensaje viene: “mandamiento tras mandamiento; mandado tras mandato” les suena a burla; les molesta sobremanera que todo llegue así “renglón tras renglón; línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá”
Hoy en día también, a mucha gente le molesta esta clase de comunicación a cerca del mensaje de Dios. Ellos creen saberlo todo, tienen tanto conocimiento, que todo les parece claro. Hoy hay tanta ciencia, algunos son profesionales, otros se comportan como si lo fueran, creen que dominan todo el conocimiento, toda la ciencia; entonces este mensaje del evangelio les parece algo sin importancia ¿No les pasa algo así, a ustedes cuando predican? Cuando tratan de hablarle a cerca del reino de los cielos a alguien, ustedes pueden ver las reacciones de las personas. Está la respuesta esa: “Sí, yo también creo, pero a mi manera” “Es que, solamente son diferentes enfoques” “Para mi, lo importante es estar bien con Dios, no me interesa mucho lo que digan los hombres” En fin, según las personas, no hay para que hacer tanto alboroto. Pero ¿Qué continúa el párrafo diciendo? “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablara a este pueblo” Hermanos ¿Ustedes creen que para ellos, los efrainitas; así como también la gente de hoy, será entendible el mensaje de la palabra de Dios? ¡Jamás! Hermanos, este mensaje esta hecho, para que aquellos que no aman a Dios; no lo puedan entender. ¡Nadie, que no ame a Dios, puede disfrutar de esas benditas palabras! Para ellos, simplemente se convertirá en palabrería, en cosas sin importancia, sin sentido.
Escuchábamos la lectura bíblica que decía en el versículo 11 del capítulo 13 de Mateo: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, mas a ellos no les es dado” Los discípulos de Jesús, estaban admirados de que Jesús le hablara a la gente en parábolas, porque la gente no entendía las parábolas; algunos entendían, pero limitadamente, o quizá entendían mal. Ellos, los discípulos, pensaban que sería mejor que Jesús les hablara claramente; porque, como dice, estos son “misterios del reino de los cielos” Pero el criterio de Dios, es diferente al criterio humano; por eso dice: “Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” Aquí no esta hablando de cosas materiales ni dinero; está hablando exclusivamente del entendimiento de la palabra de Dios. Evidentemente, esto puede ser aplicable a otros ámbitos, pero nosotros, tenemos que ver y entender el contexto, y eso se refiere aquí, al entendimiento de la palabra de Dios. Vale decir, que el que tiene, o desea de todo corazón tener entendimiento; el Señor le dará mas entendimiento. Pero al que tiene poco, o no tiene y ni siquiera lo busca, no lo desea; aun lo poco que entendía, se le volverá confuso, incoherente. Eso es lo que confirma la profecía que está en el libro de Isaías capitulo 6:9-10. Dios dice: El corazón de este pueblo se ha engrosado, o sea, se ha puesto insensible, no quiere escuchar ni aceptar, tampoco entender; entonces, aunque miren, no verán nada, y aunque oigan, no entenderán nada. ¿A qué se refiere esto? Por ejemplo, los judíos, del tiempo de Jesús, veían los milagros, se daban perfecta cuenta de que Jesús era un hombre extraordinario; pero nunca se les dio por aceptar, que Jesús era el Mesías, ese Mesías que ellos mismo estaban esperando. Escuchaban las palabras de Jesús, a veces quedaban admirados por la sabiduría que tenía, otras veces se sorprendían con las afirmaciones que hacia, y aunque él les decía que eran palabras de Dios, no se dieron cuenta que tenían a Dios mismo delante de ellos. ¿Y, por qué paso todo eso? Por que esa gente, sencillamente no quiso oír, rechazo completamente la idea, mas al contrario, acuñó la idea de matarlo. La Biblia nos dice “para que no entiendan, para que no se conviertan y Yo no los sane”. Y cuando dice “no los sane”, no esta hablando solamente de las enfermedades, está hablando de esa ceguera espiritual, de ese embotamiento espiritual; para que no los sane de la lepra del pecado.
Más, hermanos, a nosotros se nos ha dado la oportunidad de saber los misterios del reino de los cielos, revise otra vez el versículo 11 ¿No le parece esto maravilloso? Dios es el que está hablando, y siempre ha sido así, para los israelitas fue lo mismo; en parábolas, en lenguaje especial, en lengua extraña dice, en lengua de tartamudos. Es un código extraño que solo es revelado a aquellos sencillos de corazón, a aquellos que desean conocer a cerca de su Dios, que aman el escuchar sus palabras, a aquellos que día y noche meditan en ellas.
Siguiendo nuestro párrafo de hoy, si usted se fija, en el versículo 12, Dios dice a ese pueblo rebelde de Efraín “este es el reposo: dad reposo al cansado, y este es el refrigerio” pero ellos nunca quisieron oír. ¿Qué es lo que vamos a aprender aquí? Esto es algo muy profundo, bueno, también es algo muy sencillo, pues acabamos de entender que este es un lenguaje especial. Primeramente, está hablando del amor al prójimo, del compartir el pan con el hambriento, de asistir al pobre, al enfermo, y mucho más de esto. Pero estas no son solo palabras, hermanos. Hay gente que no sabe que en el compartir, esta oculta una gran alegría, un profundo sentido de paz, una satisfacción del corazón; que no se puede descubrir, hasta que lo vivamos. Pero, ojo, esto solo sucede, cuando uno lo hace de pleno corazón, con alegría, con completo desprendimiento. Yo sé que hay mucha gente que da, pero al hacerlo, solo sienten que tienen menos ¡así no sirve! Eso solo deja el sabor amargo de haber perdido algo. Hay gente que no entiende nuestro afán de predicar, muchos creen que queremos llenar las iglesias, para recaudar más fondos ¡Que terrible error! ¡Que ceguera, que falta de entendimiento! No entienden, que el evangelio es el mayor refrigerio para el alma, es la paz que muchos andan buscando, es justamente lo que la gente necesita; pero, se niegan a recibirlo ¡Que contrariedad! ¿Por qué creen que Jesús lo hizo? Él dejó su trono de gloria, para venir a darnos este mensaje, para predicarnos el evangelio, aún entre tanta contrariedad ¿Usted cree que hubo tristeza y dolor en él, por haberlo hecho? Si así lo cree, esta muy equivocado. En el solo hubo paz, solo hubo satisfacción y alegría. Por eso leemos en Mateo 11:29-30 “llevad mi yugo sobre vosotros...” ¿Lo entiende usted? ¿Por qué se ha cargado el yugo del mundo? El yugo del mundo es un yugo de afanes, de tristezas, de amarguras, de peleas, ese yugo nos consumirá hasta los huesos, por que al final llegaremos a la tumba con las manos vacías. Jesús dijo en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da” Jesús tuvo paz en todo lo que hizo, aún en la cruz; y desea que nosotros también tengamos esa paz. La paz que podría darnos el mundo es simplemente un descanso, donde Satán reordena sus filas, para después empeorar nuestra situación; se parece a la calma que hay antes de que pase el huracán. La paz que Dios nos da, tiene que ver con la alegría de saber que un día estaremos con él, que estamos haciendo las cosas de acuerdo a sus deseos, que somos afortunados al descubrir que hemos entendido bien el mensaje del Señor, ese mensaje dicho en palabras especiales. ¡Siéntase afortunado hermano! No cualquiera puede entender ese mensaje. A los demás solo los asaltará una horrible duda, comenzaran a pensar que todo es un engaño. El pasaje confirma que este mensaje será así “mandamiento sobre mandamiento, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” Así va ha ser para todos, pero... ¡Hay de aquellos que no abran su corazón, sus oídos, a estas palabras especiales! Pues ¿qué dice de ellos? Dice que al final de tanto luchar ellos “caerán de espaldas, y serán quebrantados, enlazados y presos” Así es, mis queridos hermanos, ellos serán quebrantados, quiere decir que sufrirán las consecuencias de su desobediencia, quedarán ahí tendidos, completamente derrotados. Vea el panorama, triste desolador. Ellos serán enlazados y presos, no tendrán escapatoria, tendrán que quedar al final bajo el juicio de Dios; caerán bajo el juicio de sus propios pensamientos, de sus propias palabras. Esto no lo estoy diciendo yo, lo dice la Biblia, el pasaje que tratamos habla de estas cosas, y justamente nosotros creemos en las escrituras, entendemos el mensaje, por que se nos ha dado esa facultad, esa inteligencia, ese favor.
Vamos a terminar esta predica, recordando que el mensaje del Señor, siempre vendrá de a poco, nadie puede tenerlo todo, nadie puede saberlo todo; está diseñado para que cada día el hombre sea edificado en el, para que cada día nos sea entregado renglón tras renglón, línea tras línea, un poquito aquí y otro poquito allá. El que tiene un genuino interés, el que le pide a Dios, con un corazón sencillo y humilde, el que lo desea profundamente en su corazón; pues, a ese le será entregado, le será dado el conocer los grandes misterios del reino de los cielos. Mas si usted no lo desea, ni lo busca; solo servirá para que se confunda, para que se endurezca su corazón, para que no encuentre a Dios y para que no sea sanado, para que no sea perdonado. ¡Que Dios los bendiga! Y desde ahora ponga más atención a las palabras de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.

19 de marzo de 2008

Juntitos los dos





Aqui estoy junto a mi esposa Yuly. Ella es quien me ayuda y me acompaña en muchos de mis trabajos. gracias demos a Dios por nuestras esposas.