Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











19 de diciembre de 2010

Emboscada en Ecuador


La vida de Jim Elliot
Autor: Janet y Geoff Benge
Serie: Héroes cristianos de ayer y de hoy.

Jim Elliot, desde sus días en la universidad, sintió el llamado de Dios a servir como misionero cristiano en alguna parte del mundo. Pero de acuerdo a su pensamiento, este llamado debería ser confirmado y dirigido por Dios mismo; de tal manera, es que él esperaba que de alguna manera Dios le fuera guiando hacia algún lugar donde pueda servir. Así, fue naciendo en su corazón el deseo de ir a Ecuador a evangelizar a los indios quechuas. Sintió de alguna manera que Dios le llamaba para eso; se había informado a cerca de algunas tribus selváticas que vivían casi ignorantes de la civilización y mucho mas del evangelio, y idea de contribuir allí lo asalto, y luego esto fue apoyado por algunos de sus compañeros, y finalmente por una invitación que recibió de un misionero en el Ecuador, quien deseaba ser reemplazado en su trabajo en la selva oriental de ese país; por la razón de que su esposa se encontraba muy enferma y que sería reubicado en la ciudad para obtener atención.
Jim se despidió de sus padres, en el puerto de San Pedro en California un 2 de febrero de 1952, y partió en un barco rumbo al sur, cuyo destino final, era las selvas orientales del Ecuador. Una vez en el país meridional, aparte de las dificultades naturales de adaptación a su nuevo trabajo, se encontró con la difícil tarea de aprender el idioma español, y también tenía que aprender el quechua, pues los indígenas a quienes él atendería, hablaban ese idioma.
El señor Wilfred Tidmarsh, era el misionero a quien iba a reemplazar, y quien ya había sido trasladado a una ciudad; le ayudo mucho en varias de sus dificultades y también le acompañó hasta el lugar donde debía realizar su trabajo y donde estuvo conviviendo con él en terreno los primeros meses; por supuesto que Jim Elliot no llegó para quedarse allí solo, sino que estaría acompañado por su amigo de la infancia Pete Fleming. Estos dos varones intentaron hacer lo mejor que pudieron las cosas en aquel lugar, que el señor Tidmarsh había bautizado con el nombre de Shandía. Con el tiempo, cuando ya estaban a cargo de la obra y sin la compañía de Tidmarsh, ellos vieron la necesidad de que se unieran más personas a la misión por la gran cantidad de trabajos que tenían que realizar; fue así como lograron que se asigne a Ed McCully y su esposa para que también apoyen la misión donde los dos amigos habían puesto en funcionamiento una escuela básica, y donde también se hacía necesaria la atención de salud para la población indígena.
Mientras construían la casa para los McCully, los sorprendió la temporada de lluvias, y tuvieron que sufrir serias pérdidas. Perdieron toda la construcción en curso, y a causa de la crecida del rio, en cuyo borde el señor Tidmarsh había instalado inicialmente la base del campamento misionero; prácticamente perdieron todo el campamento, que para el tiempo del señor Tidmarsh solo constituía de una choza, donde él pasó sus años de misionero. El rio se llevó todo, junto con el terreno donde estaba instalada la misión; obligándolos a comenzar de nuevo todo el trabajo, y a conseguir más materiales de los que inicialmente necesitaban, y que eran muy difíciles de conseguir en ese lugar. Ellos no solo sufrieron este tipo pérdidas, sino que junto con lo anterior, el rio también se llevó el trabajo de mucho tiempo y paciencia, invertido en la confección de un diccionario quechua y otros registros con información importante de los indígenas de esa región. Por esta razón, se vieron obligados a replantear la ubicación de la misión, y salieron a buscar otro lugar donde pudiera ser más seguro en caso de lluvias muy torrenciales y extendidas como las que acababan de pasar; al fin encontraron un lugar en la confluencia de dos ríos, lugar que ellos bautizaron como Puyupungu, pero finalmente terminaron haciendo las dos cosas, estableciendo una avanzada en Puyupungu y reedificando la base en Shandía.
En aquel tiempo, entre idas y venidas a los centros urbanos, a conseguir recursos y hacer informes de los avances de obra, y entre llamadas por la radio y conversaciones para conocer la situación de otras misiones, Jim Elliot se caso con Betty Howard, una muchacha que también se había convertido en misionera, y a quien había conocido en sus días de estudiante, de quien a pesar de nunca haber sido novio, Jim sentía una fuerte atracción. De alguna manera, no solo era un deseo de Jim el casarse; sino que a la vez sentía que era una necesidad, pues Jim entendía que el mejor ayudante de un misionero, es su esposa; especialmente cuando había que dedicarse a las mujeres indígenas, por ejemplo en los partos, o en algunos otros problemas propios de las mujeres, Jim necesitaba una buena esposa y ¿quién lo haría mejor que Betty?.
Desde un comienzo la idea de Jim Elliot, fue alcanzar a los indios Aucas, de quienes había escuchado hablar que eran una tribu que prácticamente vivía en la edad de la piedra y que era una tribu muy hostil. Una vez que estuvo en Ecuador, Elliot se entero mucho más de su ferocidad, supo que estos indios habían matado a varios trabajadores de la compañía Shell, por lo que incluso esta compañía había abandonado un lugar de exploración que tenía en la selva y que era conocido como Arajuno. Pero Elliot y sus compañeros nunca dejaron de considerar a aquellos indígenas y comenzaron a buscar la manera de entrar en contacto con ellos. Partieron instalando a Ed McCully en Arajuno, lo que de alguna manera significaba una aproximación a los Aucas, aunque tuvieron que tomar todas las precauciones para no ser atacados.
La llamada operación Auca había comenzado y dada la peligrosidad de esta tribu, ellos vieron que la mejor forma de acercarse a esos indígenas era por el aire; sobrevolaron la zona muchas veces, hasta ubicar un asentamiento Auca en un claro de la selva, y donde trataron de tener algún contacto con ellos; primero no lograban ver a nadie por el lugar, luego tuvieron la idea de bajar desde la avioneta un balde de lona con algunos regalos y dejarlo allí a la vista de los aucas. Al día siguiente vieron que los regalos habían desaparecido, y en los siguientes días empezaron a ver a los aucas como se acercaban al balde, y era claro que estaban respondiendo a este sistema; luego también empezaron a gritarles algunas frases de amistad en el idioma auca, pues ellos habían contactado a una indígena auca que había desertado hacia los quechuas, ella colaboro bastante dándoles mucha información y detalles de su gente, entre ellos, una severa advertencia de que nunca confíen en un auca.
Después que las visitas aéreas se hicieron bastante rutinarias, y después de haber intercambiado incluso algunas señas de posible amistad y de haber incluso recibido de regreso en el balde algún regalo de parte de los aucas ellos empezaron a pensar de que ya era tiempo de hacer un acercamiento por tierra. En sus andanzas, ubicaron una playa en el borde de un rio cercano al territorio auca, y como era bastante larga, al fin se animaron a descender y aterrizar allí; la playa fue justo lo que necesitaban para hacer ese acercamiento y contacto con los selváticos, y en el entusiasmo la llamaron ‘playa las palmeras’. Comenzaron a construir una pequeña casita sobre las ramas de uno de los grandes árboles que habían allí, donde puedan refugiarse en caso de algún ataque, y también para pasar la noche fuera del peligro no solo de los indígenas sino también de algunas fieras carnívoras que merodeaban por aquellos lugares. Después de varios días de no tener noticias de los aucas, una mañana ellos se encontraban gritando por turno algunas frases en el idioma auca, y fue cuando Jim grito: ‘Bito weka pomopa’ que alguien respondió en auca desde en medio del cerrado verdor ‘aquí estamos’; y de pronto después de algunos crujidos de ramas, los misioneros pudieron ver un hombre joven, y dos mujeres, una era mayor, pero la otra era una adolescente, esos indígenas desnudos y los misioneros, quedaron completamente paralizados, cada uno tenía en frente algo que a lo mejor parecía imposible, al fin los misioneros reaccionaron y gritaron ‘Poinani’, ese era un saludo de bienvenida, y como al parecer el joven indígena creyó que ellos hablaban su idioma, éste les respondió con un montón de palabras que ellos finalmente nada entendieron. Jim decidió avanzar hacia ellos, y finalmente se encontraron todos en la rivera donde ellos habían instalado su campamento provisional. Los indígenas no parecieron mostrar señales de agresividad, pero era lógico que la falta de comunicación hacia casi imposible que pudieran explicarles cuales eran realmente sus intenciones, les hicieron algunos regalos, y luego mostraron interés en la avioneta, especialmente el varón hizo señas, dando a entender que quería volar. Había por supuesto un cierto temor de que llevarlo en un vuelo, pueda convertirse en una tragedia; quizá intentara bajarse en pleno vuelo, o allí al sentirse asustado se volviera agresivo, o quizá intentara tomar el timón y no soltarlo más, en fin; pero Nate Saint quien era el piloto, al fin decidió que valía la pena intentarlo, así que subió al indígena a la avioneta y lo abrochó, luego despegaron sin novedad. Saint lo llevó a la aldea auca donde por supuesto intentó que el indígena fuera visto por los demás, quizá así se animarían a visitarlos, el indígena gritó muchas cosas de las cuales Saint no logro captar nada, pero había señales de que les estaba indicando donde estaban los hombres blancos. Al fin otra vez se encontraron de regreso en la playa las palmeras.
Aunque la visita de los aucas, después de este acontecimiento, no se produjo inmediatamente como ellos esperaban, pues confiaban que los indígenas que los habían visitado irían y animarían al resto de la tribu a hacerles una visita en masa. Al tercer día, después de aquella visita, recién tuvieron noticias de nuevos visitantes; al fin se asomaron por entre la maleza tres mujeres aucas, aunque no parecían tan amistosas como los anteriores visitantes, de todas maneras Jim y Pete avanzaron hacia ellos vadeando el rio Curaray, mientras avanzaban iban repitiendo algunas frases amistosas, pero las indígenas parecían indiferentes a aquellos saludos, cuando casi ya habían alcanzado la orilla opuesta, de pronto escucharon un fuerte griterío, y al volver su mirada hacia atrás vieron muchísimos guerreros aucas que se acercaban a zancadas a Nate Ed y Rogers, que eran los misioneros que se habían quedado cerca de la avioneta; los atacaron sin piedad, cayeron delante de ellos los dos primeros y Roger se subió a una rama gritando lo mejor que pudo, diciéndoles que habían venido en paz, pero fue imposible todos los misioneros cayeron muertos por las piedras y por las lanzas de aquellos incomprensibles indígenas.
Cuando los rescatistas salieron en su búsqueda, ubicaron desde el aire la avioneta hecha trizas, después de muchos días de búsqueda encontraron los cuerpos algunos flotando en el rio, algún otro por ahí entre medio de los arboles; al parecer los indígenas habían arrastrado los cuerpos hasta el rio, el único cuerpo que nunca apareció fue el de Ed McCully. La noticia se disperso por todo el mundo, y llegaron muchos grupos de rescate y también enviados de prensa; las viudas solo pudieron visitar el lugar después que aquellos varones valientes y fieles a Dios, ya habían sido enterrados a orillas del Curaray. Esta fue una noticia que conmocionó al mundo.
Pero, se puede decir que la operación auca no terminó allí, pues un tiempo después, dos mujeres aucas salieron del bosque hacia una pequeña aldea quechua, donde por casualidad se encontraba Betty Elliot; ella convenció a estas indígenas a que la acompañaran a Shell Mera, un pequeño centro urbano, ya que se entero de que estas mujeres andaban en busca de Dayuma, la indígena desertora que había instruido a los misioneros en el idioma auca y que les había proporcionado otras informaciones. Dayuma, estaba siendo buscada, porque la madre de esta se estaba haciendo vieja y deseaba verla antes de morir. Dayuma por esos días se encontraba en estados unidos, donde había sido invitada por otra de las misioneras, y donde también se convirtió en cristiana, junto con las enseñanzas del evangelio. Cuando Dayuma regresó, pudo conversar con las mujeres aucas que la esperaban, con quienes regreso a su tribu para ver a su madre. Unas semanas después, volvieron a aparecer las tres mujeres junto con un sequito de guerreros, los cuales comunicaron que habían venido por que deseaban conocer más acerca del Dios que Dayuma les había hablado. Ellos invitaron a Rachel Saint y Betty Elliot a vivir con los aucas. El 6 de octubre de 1958 Rachel, Betty y la pequeña Valery Elliot, hija de Jim Elliot, se internaron a la selva para llevar a cabo esa meta final por la cual habían entregado su vida aquellos cinco misioneros; este fue el precio de presentar a Jesús a los aucas. Betty estuvo allí dos años, y luego salió para dar testimonio al mundo de toda esta historia. Rachel Saint no regreso mas a la civilización entregando completamente su vida a evangelizar a los aucas, ella murió en 1994, y fue enterrada cerca de playa las palmeras, donde su esposo había perdido la vida.
Este es pues el relato que conmovió al mundo en su momento y aún hoy puede hacernos pensar cuan dispuestos estaban aquellos hombres de servir a su Dios, aun con su propia vida, haciendo eco a las palabras de Jesús: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mr 8:35) Ellos perdieron su vida terrenal, por causa de Jesús, pero salvaron su vida para la eternidad; y creo que aquellos que pueden recibir esta verdad en sus corazones, saben que finalmente esos misioneros no perdieron nada, solo ganaron; y esa también es la razón por la que las viudas y otros misioneros siguieron trabajando en aquella zona, a pesar de los peligros.
Cuanto bien nos hace leer estas historias, y es a través de ellas que podemos darnos cuenta como Dios aun hoy, está actuando a favor de todos aquellos que por alguna razón no le conocen; aunque esas gentes por supuesto no conocen el amor de Dios, pero él está actuando, para que la verdad bíblica que dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1Jn 4:19) sea una realidad en ellos, así como lo ha sido en nosotros. Si puede leer este libro, no será decepcionado, es un buen trabajo que han hecho sus autores Janet y Geoff Benge, el resumir las vidas de algunos de los grandes héroes de la fe de nuestros tiempos. Se lo recomiendo de todas maneras; y así podrá enterarse de muchos detalles más, acerca a Jim Elliot y sus compañeros. Que Dios les Bendiga. Amén.

16 de diciembre de 2010

Todo para la gloria de Dios


ESCRITURA
Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”

APLICACIÓN
¿Cree que Dios merece toda gloria? Si es así, toda su gratitud, su alabanza, y todo su temor, debieran ser para él; y si no sucede así, entonces usted cree lo contrario. En ese caso, le diré: Ya que todas las cosas son de él, y subsisten por él y finalmente son para él; entonces todo lo que tenemos es de él, y si algo poseemos, es porque lo hemos recibido, digamos… en calidad de préstamo. Dios esperaba que junto con esas cosas que nos dio, nosotros podamos valorar lo que él es en nuestra vida.
Qué pensaría, si tuviera que empezar a devolver algunas cosas que él le ha dado; supongamos que debería devolver su puesto de trabajo, o esas habilidades especiales que tiene y de las que se siente siempre orgulloso, tal vez su salud, o ese hermoso coche con el que piensa irse de vacaciones, o quizá su linda casa. Podríamos ir más lejos en esto, por ejemplo, su amada esposa, o esos lindos hijos que Dios le ha dado, y así…, pero después de hacerlo ¿aún pensaría que él no es merecedor de toda gloria?

ACCIÓN
¿Qué cosas de las que posee hoy se llevará a la tumba? ¡Nada! Porque nada es suyo. Glorifique a Dios con todo lo que tiene y con todo lo que es. Amén.

7 de diciembre de 2010

La dispensación del gobierno de Dios

Continuación...

Esto es a grandes rasgos, lo que sucederá al inicio del milenio, y aunque no sé el orden y duración exacta de estas cosas; ya vimos en un estudio anterior, que los que queden vivos después de la tribulación, serán por supuesto los creyentes fieles, esos que acabamos de leer que ‘recibieron el reino’, o mejor dicho, que tuvieron la oportunidad de vivir en el reino de Jesucristo, o milenio; a ellos les tocara la tarea de limpiar la tierra, pensemos que después de la guerra de Armagedón, todo quedará contaminado con cadáveres y con sangre, y con armas y materiales de guerra por todas partes; algunos de los pasajes que nos hablan de eso, nos relatan: “Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios” (Ap 14:20) Esta ciudad, es Jerusalén, pues la guerra de Armagedón se llevará a cabo fuera de la ciudad, más hacia el norte; y cuando se dice ‘el lagar’, es una mención a la matanza que sucederá, pues así como se pisan las uvas en el lagar y sale el zumo en cantidad apreciable, así será la sangre que correrá en esa guerra; y aunque no se puede decir si esa cantidad es real o figurada, pero al decir que el nivel llegará hasta la altura de los frenos de los caballos, y por esa extensión de tierra, entendemos con facilidad, el tamaño de la catástrofe, la contaminación y el hedor. Otro pasaje dice lo siguiente: “En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog. Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra. Los enterrará todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre el día en que yo sea glorificado, dice Jehová el Señor. Y tomarán hombres a jornal que vayan por el país con los que viajen, para enterrar a los que queden sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete meses harán el reconocimiento. Y pasarán los que irán por el país, y el que vea los huesos de algún hombre pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el valle de Hamón-gog. Y también el nombre de la ciudad será Hamona; y limpiarán la tierra” (Dn 39:11-16)
Parte de ese plan de limpieza, también será la organización y aprovechamiento de todos los recursos que queden dispersos por el mundo; pensemos que la gente que habitará el mundo de esos días será gente de buen criterio y de buena voluntad, pero como pertenecieron a la era moderna, ellos conocen toda esa tecnología que se había empleado en armas, y pertrechos para los ejércitos del Anticristo. Ellos, se dedicarán voluntariamente a transformar y aprovechar toda esa energía y potencial de los restos de la guerra, para bien de la humanidad; El profeta Ezequiel, aunque estuvo muy lejos de nuestros días, por inspiración del Espíritu de Dios, escribió así: “Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel (es decir que los israelitas del milenio, sí, serán gente que reconoció a Jesús como el Señor y rey del mundo, así como lo han reconocido también los cristianos), y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel (esta es una clara mención al gobierno mundial de Jesucristo). He aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es el día del cual he hablado. Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años (una clara alusión a la limpieza que ya hemos mencionado, y cuando se lee ‘escudos, paveses, arcos, saetas, etc’. Por supuesto que no podemos pensar que se tratará de esa clase de armas; pues como sabemos, hoy en día ya no se usan tales armas, sino que es una referencia a la variedad de armas, pero las que se usarán en el Armagedón, serán por supuesto las más modernas y letales que existan en ese tiempo). No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino quemarán las armas en el fuego (esta es una mención al aprovechamientos de esos recursos energéticos. Quizá quedarán allí, reservas de energía atómica, química, y otras formas de energía y reservas de materiales que se puedan ocupar para fines benéficos; por eso dijo el profeta, que no traerán leña de los bosques, pues él solo conocía esa clase de combustible que se empleaba en las cocinas, y como fuente de iluminación y calefacción); y despojarán a sus despojadores, y robarán a los que les robaron (es una forma de decir, usarán para hacer el bien, aquello que usaron sus enemigos, para hacer el mal), dice Jehová el Señor” (Ez. 39:7-10)
También queremos despejar toda duda a cerca de quien será, el que gobierne el mundo en esos días, pues si bien hemos llamado a esta dispensación ‘El gobierno de Dios’, se ha hecho así, porque para nosotros Jesús es Dios; sé que no es el momento de hablar de la trinidad de Dios pero, esta es justamente una de las razones por las que se puede entender que ese Jehová del Antiguo Testamento, y de quien se dice que gobernará el mundo, es el mismo Jesús al que se refiere el Nuevo Testamento; y cuando algún pasaje dice ‘ha dicho Jehová’, vemos claramente que Jehová no pronunció precisamente una palabra, pero sí, inspiró al profeta a escribir estas cosas, entonces podemos ver que está actuando el Espíritu Santo, quien es la tercera persona de la trinidad. Pero volviendo al tema, diremos que de acuerdo a la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se nos confirma que Jesús de Nazaret, el hijo de José de Belén, él será ese líder que esperamos, él será el que reinará en todo el mundo y será el que nos traiga ese tiempo de justicia y paz que tanto deseamos, dice la Biblia: “Saldrá una vara del tronco de Isaí (recordemos que Isaí de Belén, fue el padre del rey David (1Sam 16:1), y según la genealogía, Jesús fue descendiente directo en esa línea), y un vástago retoñará de sus raíces (referencia a la forma en que apareció Jesús, distante en el tiempo, del rey David). Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová (muchos de estos atributos, ya los hemos conocido directamente en la vida de Jesús, cuando estuvo en Palestina). Y le hará entender diligente (a sus escogidos) en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío (Esto nos enseña que Jesús será justo al determinar quienes entrarán al milenio y quienes no lo podrán hacer, y también nos habla de cómo acabarán los impíos). Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura (en la era milenial)” (Is 11:1-5).
La actitud de toda la gente en la era del milenio, será muy diferente de lo que hoy podemos ver a nuestro alrededor, ellos serán obedientes a Jesucristo, y harán su voluntad, y gran parte del mejoramiento del planeta será obra de las manos de aquella gente; el profeta Miqueas, aporta aquí con este pasaje: “Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos (dicho en otras palabras, Jerusalén será la capital del mundo, en aquellos días, y será la ciudad más importante del mundo, aunque eso no quita como dice, de que haya otras ciudades y pueblos importantes, tal como lo es hoy; pues la palabra ‘monte’, aquí significa figuradamente, ciudad y también nación, de tal manera que ‘monte de la casa de Jehová’, es una referencia a Jerusalén por que allí estará el templo de Jehová). Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob (o sea al templo de Jerusalén); y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas (o dicho en otra manera, andaremos de acuerdo a las enseñanzas y los deseos de Jesús nuestro rey); porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová (quien es también, Jesús). Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos (aunque la gente de ese tiempo es cristiana, siempre estará la posibilidad de que haya algún brote de desacuerdo, y para eso estará la ley y la justicia de Dios); y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces (o sea todos aquellos materiales y tecnología que se uso para la guerra, ahora se usará para el bien de la humanidad); no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra (en otras palabras ya no habrá ejércitos ni guerras). Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado (aquí, ya podemos encontrar, los signos de esa paz y felicidad que sentiremos en ese mundo del milenio” (Miq 4:1-4); Esto mismo fue dicho también por el profeta Isaías, por inspiración del Espíritu Santo. (Is 2:2-4)
El profeta Jeremías, también hace su aporte, y nos habla de esa alegría que se sentirá en los días del milenio, el dice: “Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite (estos son los principales símbolos de la abundancia, la alegría y la llenura de Espíritu), y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor (Entiéndase que todo el dolor y aflicción que podamos tener en este mundo, allí será olvidado, y todo aquello será cambiado en gozo y alegría; pues para nadie es desconocido que los hijos de Dios han sido probados de muchas maneras y entre ellas ha estado la enfermedad, la escasez, la humillación, la persecución, y muchas otras cosas que nos han causado dolor; y principalmente se refiere a la aflicción que pasarán las gentes a manos del Anticristo, en los días de la tribulación)” (Jer 31:12-13).
Y siguiendo con nuestro comentario sobre las condiciones de vida que nos traerá Jesús, en la era del milenio, otro pasaje dice: “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré (entiéndase que las enfermedades serán muy escasas o quizá completamente ausentes en el milenio), y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio (es una referencia al regreso de los Israelitas a su tierra; pues como sabemos, hoy están dispersos por todo el mundo, y que allí en su tierra no hay paz por estos días, pero la promesa para ellos es que serán ‘restablecidos’). Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron. Y me será (el pueblo de Israel) a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago (esta es una mención exclusiva al pueblo de Israel; pues no es como muchos predican, diciendo que el ‘Israel de Dios’ es ahora la iglesia, o el grupo de los adventistas del séptimo día, o los testigos de Jehová, o cualquier otro grupo. Israel ha cometido errores, y hoy está alejado de Dios, pero él les dice: “los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron”); y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré” (Jer 33:6-9).
Por supuesto que esta es una mención a los judíos fieles, aquellos que en su vida y en cualquier época, y especialmente en los días del Anticristo, fueron temerosos de Dios, sabios y valientes, para oponerse a esa bestia; ellos tendrán en esa nueva dispensación, un lugar de privilegio y de prominencia, porque ellos constituyen el pueblo elegido de Dios, ellos son ‘el Israel de Dios’ que menciona Pablo en Galatas 6:16, ellos son los que recibieron las más grandes promesas de parte de Dios y es mediante ellos que Dios, ha conseguido llamar la atención del mundo; aunque por supuesto, muchos de ellos nunca lo entendieron, y si entendieron, no siguieron ese camino. Por eso decimos que, no todos los judíos tendrán este privilegio; pues como sabemos muchos de ellos, en todas las edades, y especialmente en los días del Anticristo, se habrán convertido en el instrumento de Satanás para atormentar al mundo, ellos serán los que apoyen al Anticristo en todos sus proyectos; estos correrán la misma suerte de aquellos ‘no judíos’ que hicieron lo mismo, serán aniquilados y dejados en las prisiones de oscuridad, hasta el final del milenio. Las escrituras con respecto a esto, dicen: “En aquel tiempo el renuevo de Jehová (o sea Jesús) será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel (aquí dice claramente ‘los sobrevivientes de Israel’, porque como dijimos, muchos Israelitas fueron infieles y opositores a los planes de Jesús, y estos no sobrevivirán). Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes (otra referencia exclusiva para aquellos judíos que fueron fieles), cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion (en aquellos días, los pensamientos de los que queden vivos y de las jóvenes y toda gente en general, serán de santidad), y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación (Jesús borrará todo ese pensamiento de guerra y venganza, que pudo tener el pueblo de Israel; y lo hará con espíritu de juicio y de devastación, o sea la tribulación será una de las formas en que aquellos judíos, entiendan que Dios es justo, y galardonador de aquellos que le buscan, y que no hay razón para tomar la justicia por nuestras manos, sino que él es el que nos vengará)” (Is 4:2-3).
A cerca de las condiciones que tendrá la naturaleza en aquellos días, también la Biblia nos dice algunas cosas, de las que podemos desprender fácilmente que ese será un mundo muy mejorado, con respecto a este que conocemos; la biblia nos dice: “He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador (mientras unos aún siguen cosechando, otros ya estarán sembrando), y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán (idea que nos habla de cómo la gente preferirá vivir en el campo, ya que allí habrá mucha abundancia porque la tierra se volverá tan pródiga como lo fue al principio, en los días del Edén). Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas (de Palestina), y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas (no se entienda de ninguna manera que se emborracharán), y harán huertos, y comerán el fruto de ellos” (Am 9:13-14). Luego, encontramos este otro pasaje: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará (Este pasaje, nos dice claramente y sin lugar a dudas, que los animales del milenio también se comportarán de una manera diferente de la que hoy conocemos; pues si bien nosotros seremos transformados para vivir toda la era milenial, como lo hicieron los primeros habitantes de este mundo, los animales también serán vueltos a su comportamiento original). La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja (no solo es un comportamiento diferente, sino que su misma anatomía, especialmente la de los carnívoros será cambiada, a la condición que fue en el principio, en el Edén). Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar (La gente actuará en su mayoría, de manera muy correcta, pues recordemos una vez más que allí solo estarán los que mostraron temor y fidelidad a Dios, durante su vida, en las anteriores dispensaciones)” (Is 11:6-9).