Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











8 de diciembre de 2011

¿Hay algún peligro en creer en el rapto pretribulacional?

Continuación....
Mateo 24 El capítulo 24 del libro de San Mateo, es también objeto de discusión, especialmente por el versículo 13, que dice: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”; aquí los postribulacionistas dicen: ¿entendieron? Dice claramente que el que persevere hasta el fin será salvo, y ese fin, es el fin de la tribulación, por lo tanto la iglesia debe estar aquí en la tierra hasta ese día. Trae consecuencias parecidas, el párrafo que está entre los versículos 29 al 31 que rezan: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” Ellos dicen: Aquí dice claramente que el día que Jesús regrese a la tierra y que será después de la tribulación, recién enviará a sus ángeles a juntar a sus escogidos por todo el mundo, entonces ¿Cómo es que la iglesia será arrebatada antes de la tribulación? Analicemos este asunto: A partir del versículo 5 hasta el 13 (por favor revise su Biblia), el Señor Jesús relata todo el periodo de la tribulación, y lo hace de manera resumida por lo que es difícil percibir los eventos de manera particular, pero hasta el versículo 8 probablemente esté hablando de la primera mitad de ese periodo. Desde el versículo 9 hasta el 13 parece tocar exclusivamente la segunda mitad de la tribulación. El versículo 13 que habla de los que perseveren hasta el fin serán salvos, no es una referencia taxativa del fin del periodo de la tribulación, sino más bien es una referencia a que cada cristiano debe ser fiel y perseverante hasta el fin de sus días, pudiendo aplicarse este concepto, incluso a aquellos que han muerto antes del arrebatamiento o antes de la tribulación. Todo el que persevere hasta el fin de sus días, será salvo; por supuesto que hay que incluir a aquellos que perseveren hasta del fin de la tribulación. En el versículo 14, Jesús trata de destacar un evento muy importante del periodo final, y habla de la predicación del evangelio principalmente por los dos testigos, en el segundo periodo de la tribulación, es decir en los últimos tres años y medio; es tan especifico el Señor, al señalarnos el tiempo de predicación del evangelio, que en Apocalipsis dice: “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio” (Ap 11:3), mil doscientos sesenta días que son tres años y medio. Este versículo, el 14, también termina con la palabra ‘fin’; porque abarca hasta el final de la tribulación. Desde el versículo 15 hasta el 31 el Señor comenta algunos detalles exclusivos de la gran tribulación, vale decir de los últimos tres años y medio de ese periodo, y parte citando a Daniel, quien dijo: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador” (Dn 9:27) Daniel en este versículo menta toda la tribulación, por eso dice ‘y por otra semana’; usted debe saber que se trata de una semana de años, y por lo tanto son siete años, pero a la mitad de la semana, o sea hacia los tres años y medio, el Anticristo, a quien Daniel llama el desolador, hará cesar el sacrificio y la ofrenda, rito judío que se reanudará en Jerusalén seguramente en los primeros meses de esa semana de años; a ese hecho le llama Daniel, confirmar el pacto con muchos, refiriéndose principalmente a los judíos que harán un pacto con el Anticristo para reanudar los ritos en el templo de acuerdo a la ley de Moisés; pacto que será visto seguramente como un gran avance del pueblo judío, pues lo más probable es que ellos en ese momento no se den cuenta que están frente al hijo de perdición. La muchedumbre de las abominaciones que menciona Daniel incluye lo que dijo Jesús en el verso 15, ‘la abominación desoladora’; o el intento del desolador o Anticristo de invadir Israel, la guerra de Armagedón y hasta el final cuando todo el poder de Jesús se derrame contra el desolador o Anticristo. Jesús parte en el versículo 15 entonces y relata la gran tribulación, relato que concluye en los versículos 30 y 31 que dicen: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” Aparece Jesús, viniendo en las nubes, y en esa venida, todo ojo le verá (Ap 1:7) tal como lo dicen las escrituras. Esa será la segunda venida de Jesús a la tierra. Y juntará a sus escogidos de todas partes del planeta, porque muchos de los creyentes que les ha tocado vivir en la tribulación, especialmente judíos, estarán vivos. Ellos han sido perseguidos, y martirizados por el Anticristo, pero en el tiempo de su venida estarán vivos, y no habrán ascendido a los cielos, ellos no pertenecieron a la iglesia, porque no se arrepintieron en el periodo de la iglesia, pero llegarán a ser salvos porque creyeron en Jesús y le entregaron su corazón durante el periodo de la tribulación; a ellos Jesús los juntara usando sus ángeles. Recordemos que 144.000 judíos, fueron sellados para Dios en el capítulo 11 de Apocalipsis, y esto fue en los primeros tres años y medio del periodo tribulacional, y posiblemente muchos de esos judíos hayan muerto en la gran tribulación a manos de Anticristo, pero muchos de ellos deben estar vivos, y ellos serán reunidos por los ángeles en el día en que Jesús venga. Aquí con toda seguridad se produce la confusión, por que los de la teoría postribulacional, piensan que estos escogidos a quienes el Señor juntara de los cuatro vientos, son la iglesia. El hecho de que el día del regreso de Jesús a la tierra, haya gente creyente viva, no parece ser un privilegio exclusivo de los judíos, seguro que habrá también algunos gentiles, o no judíos, que por la misma razón que estos, se mantendrán fieles hasta el final de esos días. Pero el hecho de que haya creyentes ese día, en ninguna parte de la Biblia deja entrever que serán solo gentiles o creyentes en Cristo convertidos solo por la fe y la gracia, como es la opción de la iglesia; por el contrario, de que esa gente pertenezca al pueblo de Israel, hay muchísimos pasajes que lo afirman de manera categórica. Veamos como muestra algunos de esos pasajes: “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré” (Jer 30:7-9) Aquí Dios llama a los judíos sufrientes en los días finales de la tribulación ‘tiempo de angustia para Jacob’ Recuerde que Jacob es otro de los apelativos que se le da al pueblo de Israel, y cuando menciona que quebrara el yugo y las coyundas de Israel, es porque ese día será el final de la opresión para ese pueblo, y luego se le llama rey David, al rey que en este caso es Jesús, quien gobernará el mundo luego de esa batalla final. El profeta Sofonías también escribió: “Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal” (Sof 3:14-15) Este pasaje también habla exclusivamente de los israelitas, quienes hayan pasado por la tribulación vivirán esa alegría y regocijo, y nunca más verán el mal. Jesús mismo, en el pasaje que estamos analizando, o sea Mateo 24 dijo: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo” (Mt 24:20) Al decir Jesús que su huida no sea en día de reposo, se refiere exclusivamente a los judíos, quienes según la ley no deben realizar trabajos en los días de reposo (Ex 20:8-10) y según el antiguo sanedrín, se había establecido que quien recorra una distancia mayor a mil pasos, sería considerado trabajo y por lo tanto una grave falta al mandamiento de Jehová. Jesús lo dijo para incentivarlos a la oración principalmente, pero también pensando que muchos al no poder huir de sus enemigos por la limitación de recorrer un trecho tan corto, serían presa fácil de sus perseguidores. También hay por supuesto pasajes que mencionan a gente no judía, atravesando la tribulación, o sencillamente dan a entender que serán tanto gentiles como judíos; veamos una pequeña muestra: “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zac 14:16) Aquí dice claramente que mucha gente que vendrá a favor o en contra del Anticristo a la llanura de Armagedón, sobrevivirá a esa guerra; es posible que algunos que eran contrarios a Jesús se conviertan a él en esa guerra, y sobrevivan, porque lo que es seguro, es que ningún contrario a Jesús sobrevivirá; pero todos los que logren pasar esa terrible guerra, y que provengan de cualquier nación del mundo, en los años subsiguientes, subirán o irán a Jerusalén a adorar al rey Jesús y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Jesús al también mencionó a todas las naciones del mundo cuando dijo: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt 24:31) Dicho en otras palabras, los ángeles juntarán a los escogidos de todos los lugares de la tierra, y esto incluye por supuesto, a gentiles. Pero aún no hemos aclarado la confusión; porque los que discuten que esas personas de todo el mundo, que acabamos de ver pasando por la tribulación y que vivirán con Jesús después de ese periodo, son la iglesia, podrían tener razón y aunque tratáramos de defender nuestra posición diciendo que también habrá judíos entre esas personas, no nos serviría, porque los judíos también pueden pertenecer a la iglesia si se convierten a Cristo; entonces quedaría claro de que la iglesia no tiene arrebatamiento y pasa por la tribulación, tal como ellos lo enseñan. Pero… ¡No, no! La iglesia según la Biblia será arrebatada y no pasará por la tribulación, porque no nos ha puesto Dios para ira, o sea para pasar por el día de su ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; tal como lo dice en el libro de 1 Tesalonicenses 5:9, y los pasajes que hablan de esto son específicos y ya los hemos comentado. Lo que debemos entender, y en esto hay que tener cuidado; es qué clase de salvación tiene la iglesia, y qué clase de salvación tienen esas personas que pasan por los días de la tribulación. Por ejemplo en la dispensación de la fe, Abraham para ser salvo solo necesito eso, fe; eso implicaba creerle a Dios que Sara tendría un hijo siendo ella ya anciana con más de 90 años, significaba obedecer a Dios y sacrificar a su propio y único hijo, y cosas como esas; porque la Biblia dice que: ‘Abraham creyó a Dios, y eso le significó ser reconocido como justo’ (Gal 3:6, Stgo 2:23, etc.) ; en la era de la ley, se necesitaba cumplir con los ritos establecidos en ésta, y así ser salvos; mas en la dispensación o era de la gracia, la cual es la era de la iglesia, la salvación es así, ‘por gracia’. ¿Qué significa esto? Significa que la era de la fe, la era de la ley y finalmente todas las eras anteriores han venido a cumplir un rol con consecuencias acumulativas en la conversión del hombre de estos días. Porque la fe de Abraham fue muy diferente a la fe que necesitamos nosotros; Abraham no veía absolutamente nada, él solo oyó la voz de Jehová y partió con rumbo desconocido, llegó a Canaán como Dios le dijo, pero la tierra estaba ocupada, anduvo como errante de un lugar a otro buscando donde posar, y finalmente fue hasta Egipto en busca de un poco de pan, como dicen las escrituras, ‘fue un arameo a punto de perecer’ (Dt 26:5), fue uno que cuando Dios le prometió que de él sería la tierra de Canaán, sin poder comprenderlo preguntó ¿en qué conoceré que la he de heredar? (Gn 15:8); pero a pesar de lo incomprensible de las propuestas de Dios para él, Abraham creyó a Dios. Nosotros también necesitamos una fe, pero nosotros tenemos un panorama muy amplio delante de nuestros ojos, nuestra fe esta cimentada en hechos reales, nosotros tenemos cumplidas muchas de las promesas de Dios, incluidas las promesas hechas a Abraham, a David y a otros profetas, y solo necesitamos mirar los hechos, y reaccionar; solo necesitamos mirar a la cruz de Cristo, y creer que lo que viene por delante es una realidad; quiero decir que la fe de nosotros es mucho mas sencilla que la fe de Abraham, porque tiene muchísimos más elementos en qué sustentarse. Así también la era de la ley, cumplió en nosotros su importante rol de hacernos ver que somos pecadores y que sin la gracia de Dios, nos es imposible presentarnos delante de él como justos. Podríamos argumentar a cerca de cada una de las eras pasadas, para ver como ellas han influido en nosotros, pero nos extenderíamos mucho; lo importante es que usted vea que la salvación ha sido un tanto diferente para las personas en las diferentes etapas o dispensaciones. La salvación en la era de la iglesia es por gracia para los que tienen fe en Jesús y se han constituido en un grupo que metafóricamente representa el cuerpo de Cristo y que se llama ‘La Iglesia’. Las escrituras dicen que Cristo es la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y él es su Salvador (Ef 5:23) pero, ¿Salvador de qué? Salvador de que su cuerpo pase por la tribulación. Y si nos trasladamos a los días de la tribulación, veremos que la gente de esos días, sabrá muy bien los hechos del arrebatamiento de la iglesia, seguramente estará consciente de que perdió su gran oportunidad de ser salva por gracia, conocerá en persona al Anticristo, vivirá en carne propia la difícil situación alimentaria y climática de esos últimos días, sabrá que todo eso fue predicado y advertido en la era de la iglesia, entonces casi no necesitará fe, porque lo que a nosotros nos cuesta creer, para ellos será una realidad; podríamos decir que ellos se salvarán casi por su valentía y por su determinación al enfrentarse al Anticristo, por negarse a recibir la marca de la bestia, y no tanto por creer en Jesús; pues si nosotros los de la era de la iglesia, tenemos muchos elementos que nos ayudan a creer en Jesús, ellos tendrán mayores razones de hacerlo, por lo que creer en Jesús no será el problema, sino que la razón de su salvación será la determinación de vencer o resistir al Anticristo; de esta forma podríamos decir que ellos se salvarán casi mas por obras que por gracia; ni siquiera estará el Espíritu Santo para ayudarlos como lo hace hoy con nosotros. Daniel hizo una mención muy importante a la forma en que esas personas se salvarán, con respecto a la ayuda de parte de Dios para ellos, él escribió: “Y en su caída (a manos del Anticristo) serán ayudados de pequeño socorro…” (Dn 11:34) Serán ayudados muy poco, pues ni siquiera la predicación del evangelio estará tan al alcance para esas personas, el profeta Amos escribió: “E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán” (Am 8:12) La salvación para los que pasen por la tribulación será entonces producto de la decisión y valentía de esas personas, ayudadas de pequeño socorro de parte de Dios. Hay pasajes que hablan de esto claramente, veamos lo que escribió Daniel por ejemplo: “El (Señor) respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán” (Dn 12:9-10) Este pasaje que se refiere principalmente a los judíos, dice que la gente de la tribulación será limpiada y emblanquecida de su pecado; eso significa que tendrá que atravesar por momentos de dolor y sufrimiento, pero así serán salvos; ahora, en la era de la iglesia, está la posibilidad de ser salvos sin ni siquiera pasar por muchas pruebas, porque está disponible la gracia de Dios, pero en aquellos días los entendidos, o sea los que de alguna manera se den cuenta que la única vía de salvación es resistir al enemigo hasta la muerte, ellos serán salvos; no sucederá así con los impíos, ellos por supuesto, como en toda época, no entenderán nada, y continuarán con su vida de pecado. Otro pasaje dice: “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos” (Mal 3:2-4) Otro pasaje más decidor que los anteriores: “Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El (se refiere a Israel) invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios” (Zac 13:8-9) Por supuesto que no se trata de decir que en la era de la gracia las personas no pasan por pruebas; hay pruebas, y también hay sufrimiento, persecución, martirio y muchas cosas de esas, que a muchos les ayudan y les bendicen para que se aferren a Dios, y a muchos les confunden y les hacen renegar de Dios, tal como ocurrirá también en los días de la tribulación; pero el creyente de la era de la gracia, no se será probado al mismo nivel de los de la tribulación; pues Jesús mismo dice en el versículo 21 de este capítulo que estamos analizando: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora ( o sea hasta esos días) ni la habrá” esos días serán terribles y nadie que haya vivido antes de esa época los puede conocer. Pero el creyente de la era de la iglesia tiene que tener más fe que los de la tribulación, porque muchas de las cosas que espera, están mas allá de esta era, y como dice la propia palabra de Dios, sin fe, nadie podrá agradar al Señor (Heb 11:6). Así como también en el tiempo de la tribulación existirá una cierta gracia o favor de parte de Dios y de su Espíritu, esto que Daniel le llamó ‘pequeño socorro’, y también ellos tendrán que tener algo de fe, pues aún quedarán cosas por venir, pero la situación es muy diferente y ellos deberán actuar en razón de la realidad que viven para ser salvos. Es bueno decir aquí, que para el hombre es mucho más difícil ser salvo por gracia en esta era, que por las obras de valentía de los días de la tribulación; para muchos de nosotros pasar por el valle de sombra y de muerte nos hace más bien que mal, y por eso creo que serán más los salvos, en proporción digo, del tiempo tribulacional que del tiempo de la gracia. También están por supuesto aquellos que en el sufrimiento se ciegan y no pueden ver la mano de Dios tratando de limpiarlos de su pecado con la lejía del dolor; hay un pasaje en Apocalipsis que grafica esto muy claramente: “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras” (Ap 16:8-11) No todo el que sufre dolor se convierte a Dios, sino solo aquellos que tienen entendimiento y están dispuestos a humillarse delante de él; los demás como dice el pasaje, morderán de dolor sus lenguas, pero seguirán blasfemando el nombre de Dios. Para terminar este pequeño comentario del capítulo 24 de San Mateo, diremos que en los versículos 35 al 39 el Señor amonesta y llama a creer en lo que él está diciendo, porque han pasado otras ocasiones, (los días de Noé) en que los hombres han dejado escapar por descuido sus mejores oportunidades. Pero en los versículos 40 y 41, el Señor pasa a comentar detalladamente cómo será el momento en que se produzca el arrebatamiento, dice: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.” No es una regla, que uno será tomado y el otro será dejado, pero nos enseña claramente que algunos si serán arrebatados y otros no. El día que venga por segunda vez el Señor Jesús con sus santos ángeles, casi podrá ser calculado; ya hemos hablado de eso y la Biblia da periodos de tiempo exactos. Una vez que empiece la tribulación, solo será cosa de contar los siete años que durará esta y luego vendrá el Señor. O cuando terminen los mil doscientos sesenta días de predicación de los testigos de Dios (Ap 11:3) o cuando pasen los cuarenta y dos meses del dominio de la bestia o Anticristo (Ap 13:5), etc., quiero decir que el día en que Jesús regrese a la tierra por segunda vez, será perfectamente predecible; pero… ¿Por qué entonces algunos versículos al final del capítulo 24, dan a entender que nadie sabe el día ni la hora en que el Señor vendrá? (v 42, 44, 50) Porque el día y la hora que nadie sabe, es el día y la hora del arrebatamiento de la iglesia, ese día se producirá cuando la gente menos lo piense y es un día que según la Biblia nadie sabe, ni siquiera los ángeles, sino solo el Padre, como dice el versículo 36. La gran muchedumbre Otro punto controversial, es la gran muchedumbre. El pasaje que habla de eso, dice: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.” (Ap 7:9-10) Y más abajo el pasaje dice: “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Ap 7:13-14) Como usted puede leer, esa gran muchedumbre esta allá en el cielo, delante del trono y en la presencia del Cordero, quien es Jesús, y ellos han salido de la ‘gran tribulación’; para los postribulacionistas o para algunos de ellos, para los que aceptan que de alguna manera habrá arrebatamiento aunque sea al final de la tribulación, porque algunos de ellos piensan que no hay arrebatamiento a los cielos; más para los primeros, esta es una confirmación de que la iglesia que en este caso sería esa gran muchedumbre, ha pasado por la tribulación y recién ha sido arrebatada al final de ella; viéndolo así, ciertamente es un buen argumento a su favor. Para aquellos que niegan la posibilidad de un arrebatamiento literal, este pasaje pasa a ser un grave problema. Y… ¿Qué dicen los pretribulacionistas? Para nosotros esa gran muchedumbre no es la iglesia, pero sí estamos de acuerdo que ellos han sufrido en la gran tribulación, han muerto a manos del Anticristo y ahora están en el cielo. Algunas de nuestras razones para decir que no pertenecen a la iglesia, son estas: Pablo escribió: “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros” (2 Tesalonicenses 1:7-10). Si bien esta es una carta a los Tesalonicenses, de alguna manera es también una profecía que hace referencia a estos dos grupos de salvos: los de la era de la iglesia que son arrebatados a los cielos antes de la tribulación, y los de la era de la tribulación que mueren y son arrebatados a los cielos, y que forman esta gran muchedumbre. Pablo dice claramente, a vosotros que sois atribulados o que vivisteis en la tribulación, el Señor les dará reposo con nosotros o junto a nosotros, Pablo se cuenta entre los de la iglesia. ¿Cuándo? Cuando se manifieste el Señor Jesús y sus ángeles desde el cielo al final de la tribulación. Apocalipsis 7:14 dice: “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” Si examinamos con detenimiento este pasaje, nos podemos dar cuenta fácilmente que esta gran muchedumbre no es la iglesia, porque ellos, los de la gran muchedumbre han lavado y emblanquecido sus ropas en la sangre del Cordero. Esto denota la terrible lucha que han tenido que soportar y vencer para poder ser merecedores del cielo, por lo tanto no han sido salvos como los de la iglesia, que han gozado de la abundante gracia de Dios para estar también allí. Incluso más abajo, en versículo 16 dice que ellos ya no sufrirán hambre ni sed, ni tampoco ese sol dañino de los días de la tribulación, les hará más daño; en contraposición a los de la era de la iglesia que cuando sean arrebatados, estarán moliendo en molinos, pastando sus ganados en el campo y pensando confiados en que quizá el Señor aún no vendrá. Pero… ¿Acaso no será probada la iglesia? Si. Por supuesto que será probada, pero la prueba no significará pasar por la tribulación. Muchos piensan que esta es la prueba que debe pasar la iglesia, para demostrar su fidelidad a Dios; pero razonemos en lo siguiente: La iglesia tiene más o menos 20 siglos de existencia, y dentro de ese periodo, mucha gente que perteneció a la iglesia de Dios ha muerto, ellos no tuvieron oportunidad de pasar por la tribulación, y si en la tribulación se lleva a cabo la prueba, ¿cómo pasarán esa prueba ellos? No es posible que algunos pasen por el periodo de prueba y otros no, creo que eso sería injusto; por lo tanto, el periodo de la tribulación no es la prueba de la iglesia. Y… ¿cómo será entonces probada? La iglesia, ha vivido diferentes etapas: La época primitiva, donde los datos a cerca del Mesías estaban cercanos; luego la intromisión de doctrinas y ritos paganos, cuando la iglesia se fusionó con el imperio romano y se hizo universal o católica; etapas de oscurantismo, donde no había siquiera Biblias para leer; épocas en que se debió defender la fe, poniendo incluso la vida por entre medio; épocas de libertad absoluta, donde los hombres gozan de todo tipo de bienestar y toda la información está expedita y al alcance de todos, en fin; cada cual en su momento, ha sido probado, ya sea de manera individual o como grupo o iglesia, muchos quizá demostraron a Dios su fidelidad, con la lucha, con sus propias vidas, pero para muchos esa prueba se reduce solo a creer y vivir de acuerdo a los deseos de Cristo. No se piense que los que sufren solo son probados, debemos entender que la prueba más dura de pasar es precisamente aquella en que no hay sufrimiento ni enfermedad, ni necesidad. Los hombres que les toca pasar por este tipo de prueba, generalmente no la pueden pasar exitosamente, ellos no se aperciben del peligro que corren, y es posible que ni siquiera lleguen a ser salvos, destinando así a pasar sus vidas en eterna condenación. Esta completamente demostrado que esto es así, pues en tiempos difíciles, mucha gente ha llenado las iglesias, y a luchado contra toda adversidad a fin de ser salvo, pero en los tiempos de bonanza, el hombre generalmente tiende a alejarse de Dios y a desechar toda oportunidad de salvación que se le presenta. Para terminar y poner como ejemplo, transcribiré unos versículos que demuestran esto que vengo diciendo, y que en su momento fue el error de Israel cuando llegó a la tierra prometida; mientras ellos no tenían pan, ni agua en el desierto, ellos de alguna manera se aferraron a Dios, pero cuando llegaron a la tierra que fluía leche y miel, ellos se olvidaron de su salvador. El pasaje dice: “Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo. Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, y con él no hubo dios extraño. Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal; mantequilla de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán; también machos cabríos, con lo mejor del trigo; y de la sangre de la uva bebiste vino. Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; lo provocaron a ira con abominaciones. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres. De la Roca que te creó te olvidaste; te has olvidado de Dios tu creador.” (Dt 32:9-18) En la era de la gracia hay mucha bendición para los que se salvan de pasar por la tribulación, pero también es el tiempo en que para los hombres es mucho más difícil pasar la prueba, aquí necesitamos detenernos un momento y meditar en cómo estamos pasando la prueba que está delante de nosotros. En medio de toda la abundancia y comodidad en que hoy vivimos, debemos estar mucho mas agradecidos de nuestro Dios, debemos estar mucho más aferrados a su gracia, porque nadie, en ninguna otra era, ha tenido estas regalías y ventajas de las que nosotros gozamos hoy; pues Jesús cuida y ama a la iglesia, tal como lo hace un marido amante de su esposa, la palabra dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. (Ef 5:25-30) Primeramente Jesús purifica a la iglesia, mediante el agua del bautismo y la palabra de Dios, que es la Biblia, la que hoy esta tan al alcance de todos; no dice aquí que la purifica con el dolor y sufrimiento, la iglesia no blanqueará sus ropas en la sangre del Cordero, como lo tendrán que hacer los que pasarán por la tribulación. Luego dice que Cristo mismo se entrego a la muerte, a fin de santificar a la iglesia, pero los que pasarán por la tribulación, tendrán que ofrendar sus propias vidas para ser reconocidos como santos. Cristo ama a la iglesia como un hombre ama su propio cuerpo, al cual nadie descuida y somete a propósito al dolor y sufrimiento, nadie aborreció jamás su propio cuerpo, y nosotros somos el cuerpo de Cristo, somos carne de su carne y hueso de sus huesos, por lo tanto no seremos sometidos a dolor y tribulación. De alguna manera esperamos haber contribuido a contestar vuestras inquietudes y despejar vuestras dudas acerca del arrebatamiento de la iglesia. No hay ningún peligro en creer en esta doctrina, porque es una doctrina basada en las escrituras, y los que predican lo contrario, usted mismo los puede juzgar. Ustedes deben apegarse al Santo Espíritu para ser enseñados en toda buena doctrina, pues él siempre está presto para guiarnos a toda verdad. Mientras tanto estamos preparando alguna otra enseñanza, estar siempre atentos a estas publicaciones. Que Dios les bendiga muy ricamente. Amén.

7 de diciembre de 2011

El final del cuento

ESCRITURA 1 Tesalonicenses 5:9-10 “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él” APLICACIÓN Un hombre que leía una novela de acción e intriga, al ver que una muchacha inocente había sido secuestrada por unos sinvergüenzas; finalmente, no pudo resistir la tentación de saber cómo terminaría aquella historia, así que decidió leer el final. Quedo tranquilo al enterarse de que la niña al fin, era liberada sana y salva; y que aquellos hombres malos del cuento, tuvieron su merecido. Esa es la misma tranquilidad que deberíamos sentir nosotros, pues si bien el mundo tiene aflicción de espíritu por la incertidumbre de no saber cómo terminará todo; nosotros sabemos al leer la palabra de Dios, que la iglesia al igual que esa muchacha, al final será liberada sana y salva, y que los malvados tendrán su justo castigo; porque a aquellos que han creído en su nombre, no los ha puesto Dios en este mundo para ira, o mejor dicho, para ser castigados en el día de su ira, sino para alcanzar la salvación eterna. ACCIÓN Seguro que usted no puede estar indiferente, cuando se da cuenta de que el mundo avanza hacia un final que se pinta catastrófico; pero debe saber que usted puede tener un final feliz, o uno triste. El Señor le invita hoy personalmente, a escoger ser parte de aquellos que no probarán su ira, sino que vivirán para siempre con él. Amén.

9 de noviembre de 2011

La roca de nuestra salvación


ESCRITURA
Isaías 14:13 “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte”
APLICACIÓN
Una noche nublada en el mar, el capitán de un barco vio lo que parecían las luces de otra nave que se dirigía hacia la suya. Hizo que su encargado de comunicación por luces se contactara con el otro barco. ―Cambie su curso diez grados al sur ―envió el mensaje. ―Cambie usted su curso diez grados al norte ―recibió la respuesta. ―Soy un capitán ―Contestó el comandante―, así que cambie su curso diez grados al sur. ―Soy un marino de primera clase ―recibió como respuesta―, y cambie su curso diez grados al norte. Este último intercambio enfureció de veras al capitán, así que devolvió la señal. ―Soy un acorazado… cambie su curso diez grados al sur. ―Yo soy un faro. ¡Cambie su curso diez grados al norte!
El barco de Satanás parece un acorazado y él no cambiará de rumbo, se estrellará y su fin será desastroso; usted no viaje en esa nave; usted debe buscar urgente aquella roca donde está la luz, que es Cristo, solo ahí estará seguro.
ACCIÓN
“Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio” (Sal 18:2) Haga de este versículo, su oración y su consigna desde hoy. Amén

¿Hay algún peligro en creer en el rapto pretribulacional?


Hay un gran sector de la cristiandad que cree en el ‘rapto’ o arrebatamiento de la iglesia, y muchos de los que creen esto dicen que será un evento pretribulacional. Es decir, creen que la iglesia será arrebatada a los cielos en un momento determinado; algunos creen que eso será de forma secreta, sin que nadie se dé cuenta, otros piensan que será a la vista de todo el mundo, y otros probablemente no se preocupen de la forma en que eso sucederá, pero sí están de acuerdo en que el ‘rapto’ será una realidad para la iglesia.
Por otro lado, tenemos a aquellos que se niegan completamente a aceptar que aquello que venimos diciendo, suceda; y ellos tienen un montón de razones para demostrar que ese rapto o arrebatamiento nunca sucederá; y muchos de sus argumentos son de tal peso, que hacen temblar las bases de los que promueven el rapto pretribulacional. Hay también un sector que se encuentra entre la mitad de estas dos posiciones; y se han llamado los ‘midtribulacionalistas’; ellos también tienen su argumentos, que en cierta forma también son validos.
Le invito a revisar brevemente estas posiciones; digo brevemente, porque estas teologías están basadas en estudios bastante profundos y exhaustivos de la palabra de Dios, y que han traído como fruto, un cierto fraccionamiento de la iglesia; división que por supuesto, no nos trae ningún beneficio. Los que promueven el rapto pretribulacional, o sea que el rapto será un instante antes de que empiece la tribulación, tienen la mejor interpretación de los pasajes bíblicos, que se refieren a este tema; ellos enseñan de que uno de los propósitos del rapto es el de evitar que la iglesia pase por la tribulación. Si bien, los que están en contra de esta enseñanza, tienen buenos argumentos para rechazar esto, podríamos decir que ellos no profundizan mucho en el análisis de los versículos en cuestión y pareciera que más bien se dedican a argumentar en contra de cada una de las razones que presentan los pretribulacionalistas para afirmar lo que creen.
Antes de continuar con nuestra explicación, diremos que pretribulacionalismo o pretribulacionismo, se denomina a la enseñanza que afirma que la iglesia será arrebatada antes de la tribulación; el midtribulacionalismo o midtribulacionismo, enseña que la iglesia será arrebatada en la mitad de la tribulación; y postribulacionalismo o postribulacionismo, es enseñar que la iglesia pasará por la tribulación; algunos postribulacionalistas afirman que el arrebatamiento será después de la tribulación y otros indican que definitivamente no habrá tal arrebatamiento. A continuación analicemos algunas de las razones que están en conflicto:

Apocalipsis 4:1-2
Uno de los primeros puntos conflictivos con los que se encuentran las personas que leen a cerca de esta guerra de argumentos en contra y a favor del rapto pretribulacional, está en Apocalipsis 4:1-2, que dice así: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado”
Es verdad que la enseñanza del rapto pretribulacional, es muy posterior a la que dice que no habrá tal rapto y que la iglesia estará siempre aquí en la tierra hasta la venida de nuestro Señor Jesús, y que por lo tanto pasará por toda la tribulación y que como ya hemos dicho ellos son los postribulacionalistas. Cuando los primeros estudiosos comenzaron a discernir estos temas y aceptar la idea del rapto, que por lo demás siempre ha estado en boca y mente de muchos a través de la historia, pero que no se había agrupado como enseñanza; ellos argumentaron que uno de los versículos que apoyaba la idea de que la iglesia sería arrebatada a los cielos, era precisamente este, que dice ‘sube acá’; ellos dijeron que era una mención a la iglesia siendo invitada a subir a los cielos. También es verdad que después que se estableció el rapto como una enseñanza, algunos estudiosos o teólogos pretribulacionalistas, como el Dr. Walvoord, Thomas y otros, reconocieron que estos versículos no enseñan que es a la iglesia, a quien se invita a subir al cielo, sino al mismo Apóstol Juan. Este solo hecho sin embargo, no puede echar por tierra una enseñanza tan grande y completa como es la enseñanza del arrebatamiento pretribulacional; porque si bien puede ser antojadiza la pretensión de enseñar que en Apocalipsis 4:1-2 se está invitando a la iglesia a subir a los cielos, hay que decir que en todas las doctrinas hay gente que por defender la posición de su creencia, cae en error o en exceso, pero el comentario de uno o de unos pocos, no puede echar por tierra lo que han dicho, entendido y discernido muchos otros. Nosotros decimos a favor de los que promueven la teoría del rapto, que estos han conseguido afirmar su enseñanza en muchos y mejores argumentos que el que está en Apocalipsis 4, tal como lo veremos más adelante; pasando a ser este versículos un argumento mínimo en contra de los pretribulacionalistas.

¿Cristo vendrá tres veces?
Otra de las opiniones en conflicto, se produce cuando nosotros los dispensacionalistas, pretribulacionales decimos que Jesús vendrá a buscar a su iglesia, y que en un momento la iglesia será arrebatada para reunirse con Cristo en el aire, tal como dice el pasaje que sigue: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1Tes 4:15-17).
El desacuerdo de los postribulacionalistas o postribulacionistas en este punto, es que dicen: Ustedes están diciendo que Cristo vendrá a buscar a su iglesia, entonces ¿esta será la segunda venida de Cristo? Y, cuando venga al final de la tribulación, con sus santos, para iniciar el milenio, ¿se producirá una tercera venida? ¡Nunca leímos en la Biblia a cerca de una tercera venida!
Pareciera que ellos tienen mucha razón cuando lo plantean así, porque al final del periodo llamado ‘la gran tribulación’ Jesús regresará a la tierra tal como está descrito en Ap 1:7, 19:11-16, Hch 1:11, He 9:28, Zac14:4, y tal como lo dijo Jesús mismo: “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria” (Lc 21:27) y también lo mencionan muchos otros pasajes bíblicos. Estamos muy de acuerdo que esto que dicen estos últimos versículos, se refiere a la segunda venida de Cristo, esa venida donde todo el mundo le verá, esa que indica que él asentará sus pies sobre el Monte de los Olivos, etc.; pero la Biblia, en 1Tes 4:16, no dice que Cristo vendrá a la tierra, simplemente allí dice que ‘descenderá del cielo’, más eso no significa que descenderá hasta tocar la tierra. Sin embargo, es bueno reconocer que muchos de nosotros al decir que ‘el señor vendrá a buscar a su iglesia’, damos a entender que el Señor vendrá a la tierra a buscar a la iglesia, y esto puede ser entendido como una segunda venida. Más la verdad es que: si suponemos que el cielo es un lugar lejano, probablemente Jesús descenderá un tanto hacia la tierra, pero no llegará hasta aquí; solo lo hará hasta una cierta altura, para recibirnos allí en el aire, porque eso es lo que dice el pasaje claramente ‘para recibir al Señor en el aire’. Entonces esto no puede llamarse una venida de Cristo a la tierra. Creemos que este descenso no será visto por las personas que se queden en este mundo, y lo creemos así porque la Biblia no lo confirma en ninguna parte; por lo tanto es muy fácil suponer que así será. El descenso de Cristo no será visto por las personas porque hasta donde él lo haga lo más probable es que el ojo humano no logre alcanzar. Esta no es entonces la segunda venida de Cristo, solo es el arrebatamiento de la iglesia, por lo que el argumento de los postribulacionistas no es válido.

Y… ellos continúan. ¡Pero dice que será al toque de la final trompeta! Y, esa es la séptima trompeta, que se toca al final de los días de la tribulación, por lo tanto ¿Cómo dicen ustedes de que no pasará la iglesia por la tribulación?. (Ap 11:15)
La expresión de ‘la final trompeta’, ha sido sacada de otro pasaje que está en 1Co 15:52, y que dice: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”; y como usted ya leyó en 1Tes 4:16, menciona también a esta trompeta, porque se trata del mismo evento; pero aún así, nadie puede asegurar de que esa es la séptima trompeta de la cual se habla en Apocalipsis (Ap 11:15). La expresión trompeta final, bien puede referirse a la última trompeta que escuchará la iglesia como señal de su arrebatamiento, la ultima trompeta de la dispensación de la gracia, o quizá alguna forma de expresar que con un toque de trompeta termina una era. Por otro lado, es probable que no se trate precisamente de una trompeta, pues examinemos el resto de la expresión en 1 Tesalonicences, donde dice: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”; aquí podríamos entender que esa expresión simplemente quiere reforzar la idea de que será Dios mismo el que hablará, y que esa voz, será tan potente como el de una trompeta; Jesús también dijo algo parecido, al referirse a un evento muy posterior al que venimos tratando: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt 24:31), aquí se entiende claramente, que la voz de los ángeles será como el sonido de una trompeta. No hay ningún indicio que nos lleve a pensar que la trompeta que toca el séptimo ángel, en Apocalipsis 11:15, sea la misma que se menciona el día del arrebatamiento; y si no se trata de la misma trompeta, no hay porqué entramparse en que la iglesia debe pasar por la tribulación.

¿Serán arrebatados los que ya estuvieron con Cristo?
Otro de los puntos de conflicto con los postribulacionalistas, se produce cuando leemos que seremos arrebatados para estar con Cristo; como vimos que en 1 Tesalonicenses dice: “y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” Este pasaje dice claramente, que los que sean arrebatados estarán siempre con el Señor después de ese arrebatamiento; no dice que ya estuvieron con él antes de ese evento. Por otro lado, dice que esos que serán arrebatados a los cielos, serán los que resucitarán porque habían muerto en Cristo, o sea que habían muerto creyendo y sirviendo a Cristo; y…, esto debe ser bien entendido: se trata de los muertos en Cristo de todos los tiempos, desde los días de Adán hasta ese día. Pero…, − dicen los postribulacionalistas −: ¿ellos, los muertos creyentes, no estaban ya con Cristo?
Como hemos explicado en una enseñanza anterior, ellos no están en el cielo con Cristo, sino que están en el ‘Seno de Abraham’, o en el ‘Paraíso’; que en algunos casos también se le puede llamar ‘el cielo’, pero este no es el lugar donde mora y tiene su trono nuestro Señor Jesús. Para mayor entendimiento, revisar el pasaje de San Lucas 16:19-31. Más adelante profundizaremos sobre este concepto, y usted entenderá bien que los muertos en Cristo no estuvieron con Jesús antes de resucitar, sino que estarán con él después de la resurrección. Explicaremos a continuación algunos otros versículos que pueden ser objeto de confusión en este tema; y que sirven para que los postribulacionistas nos critiquen o piensen que los que murieron creyendo en Cristo están con él desde el día de su muerte:

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43) Jesús es el rey del universo, y es dueño de visitar todos y cada uno de sus rincones; y si le dijo al malhechor que ese mismo día estaría con él en el paraíso, que también se llama seno de Abraham, es porque seguramente Jesús iría ese día por aquel lugar. Claramente este versículo no enseña que Jesús mora en el paraíso o que el paraíso sea el lugar de su trono. Recordemos que el Apóstol Pedro nos enseña que Jesús incluso visitó el Hades, para predicarles a los anti diluvianos, mientras su cuerpo estuvo en el sepulcro. (1Pe 3:18-20, 4:6) Los católicos en uno de sus rezos, dicen que Jesús ‘descendió a los infiernos’ cuando se refieren a este acontecimiento; pero como hemos dicho otras veces, ese no es precisamente el infierno, sino el Hades o Seol, y que en algunos casos puede ser llamado ‘infierno’, así como el Seno de Abraham, también es llamado en algunos casos ‘el cielo’.

“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor…” (Jn 12:26) A cerca de este pasaje, primero diremos que todos los creyentes, de alguna manera ya están entronizados con Cristo en los lugares celestiales, tal como lo dice Pablo en Efesios 2:6; pero esa no es una presencia física en los cielos, sino que nuestro espíritu se une al de Cristo y nos hace sentir que ya estamos en esos lugares celestiales; así que de esta manera, los creyentes siempre estamos con Cristo. Pero la expresión dice que personalmente estaremos con Cristo, allí donde él esté; entendamos otra vez que eso solo sucederá cuando seamos arrebatados a los cielos en el día del rapto y no en el momento inmediato después de morir en este mundo. La expresión solo dice: ‘allí donde yo estuviere (en el tiempo en que eso suceda), allí también estará mi servidor (en ese tiempo)’

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3) Este versículo habla claramente de ese descenso que hará Jesús para tomar o arrebatar a su iglesia, y que luego de ese evento la iglesia estará junto a él, donde él esté; pero de ninguna manera enseña que las personas al momento de morir, se van inmediatamente a vivir con Cristo. La expresión: ‘os tomaré a mí mismo’, es una expresión que nos hace entender que a quien tomará es a la iglesia; ya que según la enseñanza bíblica, la iglesia y el Señor se consideran un solo ser, así como lo es también en el matrimonio, el marido es la cabeza y el cuerpo es la mujer; el libro de los efesios nos confirma esto cuando dice: “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Ef 5:23) Leemos entonces esta alegoría que dice que el cuerpo de Cristo es la iglesia, luego él vendrá y se tomará a sí mismo.

“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado…” (Juan 17:24) Jesús quiere que sus escogidos estén con él, donde el está, y que vean su gloria, y se gocen con él; y sucederá así como él lo desea, pero siempre será después de la ascensión a los cielos en el día del arrebatamiento; mientras tanto todos los muertos en Cristo, están en el paraíso o seno de Abraham. Esta misma es la explicación para muchos otros versículos que hablan de esto. (2Co 5:8, Fil 1:3, etc.)


Este artículo continuará...
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16 de octubre de 2011

Cigarrillos


ESCRITURA:
1 Reyes 18:21 “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuando claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal es dios, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”

APLICACIÓN:
En las cajetillas de cigarrillos, desde hace algún tiempo, se lee: “ ¡CUIDADO! ESTOS CIGARRILLOS TE ESTAN MATANDO” y al reverso hay una fotografía de un hombre que se llama Miguel; y dice que fumó durante 20 años y ha perdido su laringe por cáncer. En un sondeo básico entre los comerciantes de cigarrillos, concluí que este aviso no ha cumplido con el objetivo de disminuir el consumo entre los fumadores. Las personas que fuman siempre tienen un pretexto, o alguna razón que les parece de peso para no dejar el cigarrillo, les parece que aquello no los alcanzará, piensan que lo que hacen no es tan grave como para merecer un final tan trágico; sin embargo las consecuencias van gestándose de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tengan que ser, sus cuerpos mutilados por la enfermedad o desahuciados por el médico.
Los mensajes que yo le escribo, tienen la misma claridad y franqueza que ofrece el aviso mencionado, y como usted se dará cuenta, tampoco son tomados en serio, y las consecuencias también se van gestando de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tenga que dar cuenta al Creador por sus hechos. ¿Qué hace, que usted no los considere? ¿Cuál es su pretexto? ¿Cree usted que tendrá suficientes razones para quedar impune?

ACCIÓN:
En la vida hay que tomar decisiones. Decida hoy seguir a Jesús, descubra las grandes bendiciones que hay para usted en la Biblia. Aún espero a que se decida a escribirme para seguir el plan de lecturas asistidas de la Biblia para este año.

La anáfora


La anáfora, es una figura retórica cuyo nombre proviene del griego ‘anaphora’, que quiere decir ‘repetición’. Aunque debemos decir que hay varias figuras que se pueden agrupar dentro de la repetición, ya sean de letras, de frases o palabras; ésta, la anáfora consiste en una repetición de la misma palabra o palabras al principio del verso o frase en la prosa, bien de forma continua, bien de forma discontinua. La razón de ésta, casi no necesita explicación, pues es claro que es usada para resaltar, insistir o persuadir al lector u oyente. Esta figura en la palabra de Dios es usada a cada momento, pues Dios siempre ha buscado llamar nuestra atención y ha usado para ello todos los recursos literarios, y entre ellos el lenguaje de la persuasión y la insistencia. Veamos algunos ejemplos bíblicos, donde podremos apreciar mejor esta figura.

Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir (Deuteronomio 28:3-6)

Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón.
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes. (Salmo 115:12-13)

Aquí podemos ver la intensión de que Jehová bendecirá, en todos los campos de la vida a todos aquellos que oyen su voz y ponen sus mandamientos por obra; especialmente estos versículos estaban dirigidos a los israelitas; pero desde luego, hay una extensión para todo aquel que decide escuchar la voz de Jehová.

¿Hasta cuándo los impíos,
Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?
¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,
Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad? (Salmo 94:3-4)

He aquí la desesperación del salmista, al ver que los impíos prosperan y se jactan de su buena situación frente a aquellos que siguen a Dios, que en muchos casos tienen pruebas y dificultades; no sabiendo aquellos que esas situaciones, lejos de ser tropiezo para estos, son una grande bendición; sin embargo es evidente que en algunos la situación es tal, que nos puede llevar a la desesperación.

Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos. (Salmo 148:1-4)

Este es un Salmo que exhorta a toda la creación, a alabar a Jehová por todas sus bondades y maravillas. Él es el único digno de ser alabado.

Y comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías. (Jeremías 5:17)

En un esfuerzo por advertir a los israelitas de las consecuencias que les traerá su mala conducta, y su falta de confianza en Dios; él autor bíblico, a través del Espíritu de Dios, trata de que entiendan que vendrán de seguro invasores al país y lo dejarán en la ruina total.

Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. (San Mateo 5:3-11)

Hay que ver cómo el Señor Jesús se esforzó en que entendamos que seremos bienaventurados, cuando pasemos por esas situaciones, que aunque son difíciles, siempre nos harán bien, porque alcanzaremos un objetivo supremo.

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (Romanos 8:33-35)

Aquí el énfasis esta en dar a conocer que aparte de Cristo no hay nadie que nos pueda juzgar, nadie que nos pueda condenar y nadie que nos pueda separar de su amor; pues ¿quién podrá hacerlo? Así es nuestro Cristo, el bendito hijo de Dios.

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos, tocante al Verbo de vida. (1 Juan 1:1)

Aquí el apóstol Juan quiere poner toda la fuerza en darnos a entender que lo que él está escribiendo, es verdad; que él y los otros apóstoles son testigos presenciales de algunos de esos hechos y de los que no lo son, ellos han hecho averiguaciones minuciosas a fin de establecer la verdad de esos hechos, la verdad a cerca de Jesús.

Creo que con estos pocos ejemplos usted ha comprendido muy bien el objetivo de usar la figura retorica ‘anáfora’; sin ella es posible que muchos pasajes pierdan la fuerza, la urgencia, la seguridad, o cualquier otro concepto que se pretenda introducir y que se desee dejar bien en claro. Ya pronto estaremos hablando de otra figura retorica importante. Bendiciones.

10 de octubre de 2011

Porque la Biblia es la palabra de Dios (Parte IV)

Revelación


ESCRITURA:
Romanos 2:5 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”

APLICACIÓN:
El otro día hablando a cerca de Apocalipsis 1:1, dije que Dios revelará los secretos de este libro, solo a sus siervos; y que si alguien no se hacía siervo voluntario de Jesucristo, aunque lea este libro, nada entenderá. Muchos pensaron: “¿Qué clase de Dios es? ¿Por qué es tan injusto, que solo se revela a algunos y a otros no? Si esas verdades fueran reveladas a todos, creo que todos las entenderían y se convertirían”
Permítanme explicar el mecanismo: Las verdades bíblicas, incluidas las del Apocalipsis, están ahí para todos; pero si usted no tiene una disposición de aceptarlas de corazón, reconociendo que Dios es el que tiene la razón, la sabiduría y el entendimiento de todo; es usted el que no deja que esa verdad sea visible y aceptable para usted. En cambio si decide ser siervo de Jesús, o sea, convertirse en un humilde servidor que está dispuesto a seguir las instrucciones de su amo, su corazón se tornará sencillo, entenderá plenamente todo lo que Dios quiera decirle, y tal como él quiere que entienda. Lo contrario es no aceptarle a Él como Señor de su vida, y por supuesto no aceptará ninguno de sus consejos; o sea no entenderá nada de lo que el le quiera decir.

ACCIÓN:
El que trazó un plan para el hombre es Dios, y no nosotros. ¿Por qué piensa usted que nosotros tenemos que poner las reglas? Dios llevará acabo sus planes, estemos o no de acuerdo; no necesita nuestra ayuda ni nuestra opinión. Usted tiene la gran oportunidad de ver el plan de Dios para su vida, pero solo lo verá, si esta de su lado. Amén.

23 de septiembre de 2011

Victoriosos en Jesús


ESCRITURA
San Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
APLICACIÓN
Durante la invasión alemana, en la segunda guerra mundial; el rey Christian de Dinamarca observó una bandera nazi ondeando sobre un edificio oficial danés, y exigió a un funcionario alemán que la retirara inmediatamente. El alemán contestó que la bandera fue instalada allí, de acuerdo a instrucciones de Berlín. Esa bandera debe ser retirada ―declaró el monarca― o de lo contrario enviaré un soldado a quitarla― Se le disparará al soldado ―advirtió el oficial nazi― Yo soy ese soldado… ―contestó el rey―
La firmeza de este rey puede ayudarnos a entender la lección de Jesús. Muchos miran a la cruz, y solo ven un hombre humillado y derrotado; alguien en quien ni siquiera vale la pena confiar y por lo tanto, no lo hacen. Pero Jesús en el camino al calvario, estuvo lleno de paz, porque sabía íntimamente que estaba haciendo aquello para lo cual vino, y se sentía un vencedor; aunque a los ojos de muchos, estaba siendo derrotado.
ACCIÓN
¿Ve usted a Jesús, como su rey victorioso? Si así lo ve, usted también se sentirá victorioso, aunque las huestes de Satanás le estén carcomiendo los huesos. Busque esa paz, porque cuando la tenga en su corazón nadie se la podrá quitar. ¡Aleluya!

Dios mio... ¿volveré a convivir con mi abuelito Bartolomé?


Esta también será la respuesta a otra de las preguntas que me enviaron mis amados lectores, y que decía: ¿Volveré a ver a mis seres queridos que ya partieron?
Pienso que de alguna forma, las personas que se plantean preguntas como estas, tienen la convicción de que hay vida más allá de la muerte, porque si el convencimiento fuera contrario, creo ni siquiera surgiría esta pregunta. Hay mucha gente que cree en la vida más allá de la muerte; hay gente que cree que las personas después de morir, se van a vivir a otros mundos que pueden ser mejores o peores que este, dependiendo de su comportamiento aquí en la tierra; otros creen que las personas se reencarnarán aquí mismo, pero serán mejores personas o peores, dependiendo de cómo haya sido su conducta aquí en este mundo; incluso algunos piensan que pueden reencarnarse como bestias, si es que fueron muy malas personas en su última vida terrenal. La enseñanza bíblica, también ha sido un tanto distorsionada, y muchos piensan que los humanos que mueren, derechamente se van a vivir al reino de los cielos, y pareciera que no interesa mucho el cómo haya sido su comportamiento aquí; otros aceptan que si no se han portado muy bien, irán a parar a algún lugar que se llama el purgatorio y allí corregirán o pagarán, por decir de alguna manera, ese comportamiento inadecuado que tuvieron y luego recién entrarán en el cielo.
La verdad, es que hay vida más allá de la muerte, y en ese punto me parece que no deberíamos tener mayores dificultades. Nosotros los cristianos sabemos que hay vida después de la muerte, por las enseñanzas que nos da la Biblia, y la mayor prueba de aquello es la resurrección de Jesús, su convivencia con sus discípulos durante cuarenta días después de resucitado, y su ascensión a los cielos; de donde también vendrá al final de los días de la tribulación, para juzgar a este mundo.
El punto de conflicto es quizá, el definir donde van a parar todos los que dejan este mundo mediante la muerte física. Aunque algunas enseñanzas, supuestamente son cristianas, me parece que no están diciendo la verdad; por ejemplo, la existencia del purgatorio no es una enseñanza registrada en la Biblia, y por lo tanto ese lugar no existe. Los que piensan que solo los buenos resucitarán, y que los malos, permanecerán muertos; o sea que con la muerte ya recibieron su paga y que por lo tanto ya dejaron de existir, también están equivocados porque eso no es lo que enseña la Biblia. Los que piensan que los que mueren, al menos si han sido buenos, se irán directamente a los cielos a vivir con Dios, también están equivocados; así como también lo están, aquellos que creen que los muertos intercederán ante Dios por nosotros, o que de alguna manera ellos adquieren un cierto poder para ayudarnos en nuestros problemas cotidianos. Entonces… ¿qué es lo que enseña la Biblia, a cerca de esto?
Transcribiré un pasaje, que nos da una enseñanza clara y muy directa sobre este asunto: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos. (Lucas 16:19-31)
Veamos que enseñanzas nos deja este pasaje:
- Primeramente, nos confirma de que las personas, siguen vivas y completamente conscientes después de morir. Es obvio que no es una vida corpórea, sino espiritual; pero eso no quita que ellos piensen y sientan tal como lo hacían cuando tenían sus propios cuerpos.
- Nos enseña que, no todas las personas irán a parar al mismo lugar; aunque los lugares donde se encuentran están muy cercanos, son completamente diferentes.
- El rico no fue a parar al Hades, solo porque era rico. Es probable que la poca consideración que tuvo hacia el mendigo, haya influido para que tenga ese destino; pero lo que es seguro, y que fue determinante; es que el rico tuvo todo el conocimiento y todas las oportunidades de arrepentirse, pero sencillamente no lo hizo. El mendigo, por su parte, no fue a parar al seno de Abraham, solo porque era mendigo, sino porque confió en Dios, y a pesar de que sufría hambre y enfermedades, siempre confió en Dios, siempre fue agradecido y nunca renegó de su creador, ni siquiera del rico, que lo miraba con desdén. Es probable que estos puntos de vista usted no los pueda sustraer directamente del párrafo, pero la Biblia está llena de ese tipo de enseñanzas.
- El pasaje, dice claramente que el rico está sufriendo, atormentado en llamas. Y aunque pide ayuda, comprende que no es posible recibirla. Pero, como usted puede ver, él tampoco se carboniza instantáneamente en esas llamas; aunque existe la posibilidad de que el párrafo tenga algo de lenguaje figurado, vale decir que no son ese tipo de llamas que nosotros conocemos, y si lo son, él tiene un cuerpo espiritual al cual las llamas no lo atacan como lo harían a un cuerpo terrenal, pero sí lo atormentan. Hay que aclarar también, que ese lugar, no es precisamente el infierno. Por otro lado el pasaje dice que Lázaro, sí está en un lugar a gusto, él es consolado de su tristeza y no sufre; aunque este lugar no es precisamente el cielo, o sea Lázaro no está viviendo junto a Dios.
- También podemos saber que los que están en el seno de Abraham, por muy compasivos que fueran, o por muy parientes que fueran, no pueden hacer nada para cambiar la situación de aquellos que han ido a parar al Hades.
- Otra enseñanza que nos deja el pasaje, es que los que están vivos aquí en la tierra, no pueden recibir ninguna influencia, ni ayuda, ni advertencia desde esos lugares; y también podemos deducir que los que están vivos, no pueden hacer absolutamente nada para que sus parientes que están muertos y han ido a parar al Hades, alivien su dolor, o se puedan cambiar de lugar.
- Abraham le dice al rico: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos. Si no oyen a Moisés y a los profetas, simplemente significa en otras palabras, si no hacen caso de lo que está escrito, o sea si no toman en cuenta lo que verdaderamente dice la Biblia. Abraham no estaba exagerando, al decir que no se persuadirán si alguien se levantare de entre los muertos. Eso es verdad, pues Jesús se levantó de entre los muertos, y aunque la gente de alguna manera lo acepta, no vemos que se arrepienta y se convierta a Cristo.
Sé que usted se está preguntando: ¿Por qué dice con tanta seguridad que esos lugares no son el infierno y tampoco el cielo? En las Escrituras, el Hades, también es llamado Seol, o sepulcro, y algunas veces por extensión, también infierno; pero el verdadero infierno, ese lago de fuego y azufre que arde por la eternidad, donde irán a parar todos los incrédulos y rebeldes ante Dios; ese, claramente está mucho más allá de la muerte y la resurrección. Porque la Biblia enseña, que después de esta muerte, la gente incrédula, volverá a vivir para ser juzgada, para ver con sus propios ojos que merece ir al infierno. Y una vez que alguien vaya a parar allá, será por la eternidad, y no podrá ver ni tendrá noticias de alguien que esté viviendo junto a Dios. La Biblia nos enseña que al infierno irán a parar, no solo las personas incrédulas, sino que lo harán el mismo Hades, la muerte, el Anticristo, y Satanás. Veamos algunos pasajes que nos hablan de eso: “Y la bestia (léase Anticristo) fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos (bestia y falso profeta) fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás (seres humanos) fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba a caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. (Ap 19:20-21) Este pasaje que cronológicamente está ubicado al final de la ‘gran tribulación’ indica con claridad que el Anticristo y el falso profeta, que será alguien que le ayudará a éste en el engaño de carácter espiritual, serán los primeros habitantes del infierno o lago de fuego y azufre. Cronológicamente, mil años después de ese acontecimiento, podemos leer este otro pasaje que dice así: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap 20:10-15)
Estos pasajes nos enseñan que:
- Los muertos grandes y pequeños, entiéndase adultos y niños que hayan actuado con maldad, estarán en el Hades hasta el día del juicio, que será mil años después de que termine la gran tribulación. Después de la gran tribulación, viene un periodo de mil años según la Biblia, al se le ha dado el nombre de milenio; y, al final de la gran tribulación, solo el Anticristo y el falso profeta irán a parar al infierno, pero las demás personas que morirán en esa guerra que se llama Armagedón, las cuales serán todas rebeldes según el contexto del pasaje, no dice que irán al infierno, sino que simplemente morirán y serán comidas por las aves; por lo tanto no es difícil entender que irán a parar al Hades.
- Al final del milenio, el segundo pasaje indica que Satanás será echado al infierno, donde ya están el Anticristo y el falso profeta, y que el tormento en ese lugar será por los siglos de los siglos, que es otra manera de decir, por la eternidad.
- El segundo pasaje también nos enseña que todos los muertos, de todos los tiempos, volverán a vivir o mejor dicho se presentarán ante Dios para un juicio según sus obras. Ellos serán entregados desde el Hades, y después de haber sido juzgados serán echados en el infierno para reunirse con Satanás, el Anticristo y el falso profeta, que ya están allí. Y como ya no habrá más muerte, y ya nadie necesitará el Hades, estos también serán echados al infierno.
Pero,… ¿en ese juicio, no habrá ninguna persona que sea buena? Tengo que decirle amado lector, que no habrá siquiera uno que sea bueno. Lo que pasa es que en cierta forma todos los que estaban en el Hades, ya tenían su destino sellado; porque sería muy injusto de parte de Dios, que alguien se encuentre en el Hades, y luego tenga que ser calificado de inocente y ser destinado a vivir junto a Dios. Este juicio, solo tiene un sentido de Suprema Justicia, pues Dios abrirá los libros donde están registrados todos los actos de maldad de los hombres que comparecen a ese juicio, y como acto muy justo, será leído el libro de la vida, que es donde están registrados los nombres de los creyentes fieles, esto será hecho simplemente para comprobar a los incrédulos que no están inscritos allí, y que no hay injusticia en lo que se está haciendo. Prácticamente, en el momento de morir, físicamente, el hombre sella su destino y nada puede cambiar ese destino después de la muerte; usted mismo lo leyó en el pasaje del rico y Lázaro.
Y… ¿cómo será el destino de los creyentes aceptos ante Dios? Todos los que han ido a parar al seno de Abraham, que también en algunos casos se le llama cielo; más como usted mismo puedo leer esta junto al Hades; ellos resucitarán y tomaran cuerpos especiales que puedan remontarse a los cielos, en un día próximo que se llama el arrebatamiento de la iglesia, y que probablemente sea justo antes de empezar la tribulación. Y los creyentes que estén vivos ese día, también serán transformados y llevados juntamente con los recién resucitados, allí permanecerán durante siete años adorando a Dios, luego regresarán a esta tierra con Jesús, para reinar con él durante mil años al final de la gran tribulación, que es donde morirán todos los incrédulos, es decir ningún incrédulo entrará al milenio para vivir con Jesús, usted leyó eso, cuando decía que apresaron a la bestia y al falso profeta, lo echaron al infierno, y los demás, o sea todos los otros que acompañaban al Anticristo fueron muertos. Después del milenio, los creyentes, entraran a la eternidad, con Jesús, en nuevos cielos y nueva tierra. Leamos algunos pasajes que indican esto claramente: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1Tes 4:16-18) Pero un poco más adelante, en esta misma carta del apóstol Pablo dice: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él” (1Tes 5:9-10) A esta mención que hace Pablo: ‘No nos ha puesto Dios para ira’, se hace referencia principalmente, cuando se afirma que el arrebatamiento será al inicio de la tribulación, porque a este periodo, o sea a la tribulación, también se le llama el día de la ira del Cordero. Otro pasaje dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1Co 15:51-53) He aquí otro pasaje más: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén” (Ap 7:9-12) Otro pasaje: “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!
Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Ap 19:1-8)
Esta multitud que adora y reconoce el señorío de Jesús, luego desciende con él para derrotar definitivamente al Anticristo en la Batalla llamada ‘Armagedón’. Esta multitud reconoce que los juicios de Dios, o sea el hecho de que el mundo pase por la gran tribulación con terrible sufrimiento y que aún así no se arrepiente, es justo. El siguiente pasaje dice que ellos descienden junto a Jesús.
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (Ap 19:11-14) El pasaje que sigue, nos muestra cómo será el juicio de los inocentes, o de los creyentes, los que no recibieron la marca de la bestia; y hace una referencia muy especial al juicio de los incrédulos, quienes dice que no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Ap 20:4-6) Por último transcribiremos un pasaje que habla de los nuevos cielos y la nueva tierra, que vendrá después de que se haya producido el juicio del Gran trono blanco, que es para los incrédulos. La nueva tierra y los nuevos cielos, serán solo para los que han permanecido fieles hasta el final, dice así: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Ap 21:1-5)
Al responder con base bíblica, la pregunta que se ha planteado; tendríamos que decir que existen todas las posibilidades de volver a vivir con nuestros seres queridos; en el cielo junto a Dios y por la eternidad, siempre que ellos hayan sido, y nosotros seamos fieles creyentes y seguidores de Jesús; de lo contrario, también está la posibilidad de convivir con ellos pero en el infierno, lo cual es muy triste, pero lamentablemente real. Si de alguna manera percibimos que nuestros parientes o amigos no fueron a parar al Seno de Abraham, entonces mejor sería no seguirlos, porque es muy seguro que ellos también así lo desean, tal como lo hace el rico, en la historia del ‘Rico y Lázaro’ No es mi intención asustar a nadie, ni mucho menos condenar a nadie, de ninguna manera yo soy el juez; solo deseo que entendamos lo que está escrito en la Palabra de Dios, ella es la que nos juzgará en el día final. Y si todas las cosas que han pasado, tienen un fiel cumplimiento en ella, no veo por qué no creamos que esto que leemos hoy, también será así, tal como está escrito. Solo deseo animarle a que usted se aferre a la esperanza que hay en Cristo Jesús, él también lo desea, y no se lo digo, solo porque lo leí en la Biblia, que ya es una gran verdad; sino porque el hecho de que vino a este mundo, y ofrendó su vida por nosotros y resucitó y ascendió a los cielos, para mostrarnos el camino hacia Dios; indica claramente que si no le seguimos, nos espera un lugar muy terrible donde tendremos que pasar la eternidad.
Que Dios toque su corazón, y le bendiga con mucha sabiduría de lo alto, para que pueda estar con él un día, pues no depende de nadie más, que de nosotros mismos. Amén.

9 de septiembre de 2011

Porque la Biblia es la palabra de Dios (Parte III)

Toda potestad

ESCRITURA Mateo 28:18 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” APLICACIÓN: Algunos de los sinónimos de ‘potestad’, son: Autonomía, autoridad, jurisdicción, dominio, imperio, mando, omnipotencia, poderío, o señorío. Y aunque usted no lo crea o no lo sienta, Jesús tiene en este día toda potestad; no solamente sobre el universo o sobre este mundo, sino también sobre nuestras vidas, sobre nuestros negocios, sobre nuestras actividades, incluso sobre nuestros pensamientos. Por eso lo que Jesús dijo, no es una exageración: “Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mt 12:36) Y… “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” (Mt 10:32-33) ACCIÓN La autoridad de Jesús debe ser respetada, debe ser aceptada, y debe ser predicada. Y si alguien siente que no es así; debe saber que hay un día en que esa autoridad será aplicada en toda su potencia y rigor. Jesús es el Señor de su vida, reconózcalo hoy como tal.

25 de agosto de 2011

Adopcion


ESCRITURA
Romanos 8: 15 “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

APLICACIÓN
Una niña que estaba siendo adoptada desde un orfanato por unas personas muy ricas, al final se mostró algo reacia a irse con ellos. ¿Por qué no quieres venir con nosotros? ─ Preguntó la señora. Luego añadió ─ Te daremos muchos juguetes, golosinas, y vestidos hermosos; tendrás una linda habitación para ti sola. La niña pensó un momento y dijo: ─ No sé porqué ustedes me ofrecen esas cosas tan bonitas, nunca nadie antes me las ofreció ¿Qué hice para merecerlas? ─ ¡Es que ahora eres nuestra hija! – dijo la señora.
Muchos no se quedan al lado de Dios, cuando él en su amor los llama; por que sencillamente no pueden creer que él Señor los quiere adoptar como hijos; no se sienten merecedores del perdón, no pueden creer que el Dios de los cielos se haya fijado en ellos, y tampoco pueden creer su promesa de que estará junto a ellos en todas las circunstancias. El diablo, está presto para hablarles al oído y decirles que no se lo merecen, de que en las condiciones en que se encuentran en el orfanato del mundo, nunca nadie les ofrecería semejante premio. Ellos se preguntan: ¿Qué he hecho para merecerlo? Los que deciden creer al maligno, se llenan de temor, se desaniman, y se echan a correr hacia el fondo del orfanato, para esconderse en algún lugar donde no puedan ser encontrados.

ACCIÓN
¿Sabe lo que significa Abba, Padre? Es un equivalente a decir cariñosamente ‘Papá mío’ o ‘papito’. Busque a partir de hoy el espíritu de adopción, por el cual usted también puede decir ¡Abba Padre! El Padre de los cielos desea tenerlo dentro de su familia; “porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (San Juan 3:17)

31 de julio de 2011

El mundo en crisis


Es difícil para mí proporcionarles algún material que tenga el fruto de mi propia investigación a cerca del aspecto científico que hoy atraviesa este mundo. Es por eso que como la mayoría de la gente tengo que recurrir al juicio de los entendidos, cuyos estudios y comparaciones, por supuesto que están basados en aquello que el hombre ha desarrollado, y tiene el respaldo de la experiencia registrada de años de investigación. Y… esta investigación como usted puede ver nos muestra un panorama más o menos critico a cerca de la situación mundial por la que estamos atravesando; y que como le sucede al autor de este pequeño documental, hay mucha impotencia en aquellos que logran entender el grado critico de la situación, al ver que a la mayoría le cuesta mucho entender y no logra conectarse con estas verdades, y peor aún si ese alguien se encuentra entre la multitud que levanta la voz en disconformidad y dice que solo se trata de falsas alarmas, que siempre ha habido periodos críticos en los cambios climáticos, que todo es controlable, y un sinfín de otras opiniones tendientes a quitarle todo el peso que puedan traer estas investigaciones.
Sin embargo, estamos los que nos sentimos aún más impotentes y casi desesperados, porque no solo vemos que el mundo no logra conectarse con esa realidad a la que está a punto de enfrentarse, y que están aquellos que luchan para bajarle el perfil a todo este asunto; sino que vemos que los mismos científicos, a pesar de todo lo que saben, no han logrado comprender todo lo que realmente está sucediendo. Decía desesperados, porque si los científicos se hallan desconcertados e impotentes ante la reacción de la gente; nosotros que por gracia de Dios hemos logrado adentrarnos un poco más que los científicos en la realidad del mundo, por supuesto que deberíamos sentirnos mucho peor que ellos, ya que sentimos que nuestra voz es mucho menos escuchada que la de ellos.
Sé que hay personas que cuando leen o escuchan de nuestros labios esas afirmaciones de que nosotros ‘los cristianos’ estamos más cerca de la verdad que cualquier otro ser en este mundo, se enfurecen y rechazan nuestra postura de plano, porque piensan que no tenemos ningún respaldo en lo que decimos; y que por lo menos los científicos, han estudiado el asunto a fondo por lo que lógicamente tienen todos los antecedentes para decir lo que dicen, y aunque pueden tener algo de error en lo que dicen, por lo menos se han dado el trabajo de hacer las comprobaciones e investigaciones necesarias. Aunque entiendo muy bien esa posición y hasta cierto punto les doy la razón, si la conversación desciende solo al nivel humano; pero debo decir en defensa de aquellos que estudiamos la Biblia, que lo que nosotros decimos conocer y creemos, tampoco es mera corazonada o fruto de una creencia superficial o supersticiosa; pues creo que si alguien desea llevar la discusión bíblica al nivel científico, no debería encontrar oposición ni barrera, de hecho se de mucha gente que ha querido demostrar que la biblia es una falsedad, pero cuando al ir reuniendo los antecedentes necesarios para hacerlo, ha comprobado todo lo contrario, y ha tenido que retirarse o retractarse. La biblia y la ciencia se entienden muy bien en los puntos en que son comunes, y donde están diciendo prácticamente lo mismo y mirándolo desde el mismo ángulo; y también hay evidentemente, cosas en las cuales la biblia no podrá estar de acuerdo con la ciencia, porque lo que esta afirmando la ciencia en esos campos con seguridad son meras apreciaciones, teorías o cálculos antojadizos. Hay que decir también que la biblia no es un tratado de ciencia, ni tiene ese propósito, por lo tanto, no tiene porque contener todos los temas que a los científicos les preocupa, pero en todo aquello que la biblia afirma y tiene relación con lo que la ciencia ha descubierto o comprobado, nunca he visto que haya discrepancias serias. Por supuesto que no faltan los que a pesar de tales evidencias nunca darán un pie atrás, y discutirán que nada de lo que ella dice es comprobable, allá ellos.
Si regresamos a la consideración de lo que contiene el documental que acompaña este artículo y que dicho sea de paso es un poco antiguo, pero sabemos que las cosas si han cambiado, es hacia la confirmación de las tendencias que el autor indica, y por lo tanto podemos decir con toda seguridad, que mucho, o todo, lo que dice el científico y político estadounidense Al Gore, está en lo cierto, porque está comprobado, y todo lo que dice es fruto de una investigación que sabemos que es seria, porque además no es el único que ha hecho ese tipo de investigaciones y afirmaciones. Lo que nosotros tenemos que decir, especialmente a aquella gente que trata de dejarnos fuera de toda opinión, y voy a valerme de este reportaje precisamente para intentar hacerles entender qué es lo que discutimos cuando decimos tener más clara la idea que los científicos incluso, a cerca de las cosas que están por suceder; porque es precisamente, que nosotros consideramos muy bien aquello que la ciencia ha aportado en un campo como este por ejemplo, o sea en algo que tiene que ver con ‘el cómo podría terminar este mundo’ o en algún otro campo, luego nosotros comparamos eso, con aquello que hemos aprendido de la Biblia; y es esa congruencia, lo que nos da esa cierta autoridad, para decir lo que decimos, es decir que nosotros estamos un poco más adelantados que cualquier mortal en cuanto al conocimiento de todas las cosas. Ahora, no se trata, solo de leer la Biblia, ya que eso muchos lo hacen o lo pueden hacer; más bien, se trata de considerar profundamente todo lo que ella dice, pero sin poner nuestras propias ideas por entre medio, sino considerando que esa es la palabra de Dios y por lo tanto tratando de acercarse con humildad ante Dios, y así poder saber lo que él realmente quiso decir cuando escribió su palabra. Por lo tanto, el dar entendimiento en su palabra, es solo atribución de Dios, y de nadie más y aquellos que se han dejado guiar por el Espíritu de Dios son los destinatarios de esta sabiduría especial, que los guía hacia la plena verdad, y si esa verdad se hace patente delante de nuestros ojos, y aquellos que estudian ciencia e investigan llegan a la misma conclusión o a una muy parecida, es entonces que nosotros no solo tenemos una fuente de información en la que nos basamos, si no que tenemos dos, y una de ellas no proviene precisamente de los hombres, sino del mismo creador de los cielos, y quien es el que realmente tiene sabiduría, pues la biblia nos asegura que él ‘todo lo hizo con sabiduría’ (Sal 104:24, Pr 3:19) y eso usted mismo lo puede comprobar, si considera las maravillas de la creación. No entiende mucho la gente cómo es que nosotros decimos tener un conocimiento mayor que el de otros, porque no ha logrado nunca entender aquello que Dios ha dicho, de la forma en que lo ha dicho, y la razón por la que lo ha dicho, y la razón por la que decimos que los científicos están por debajo de nuestro conocimiento, o que no tienen toda la razón en lo que dicen, y por último a quienes ha dicho Dios que les haría entender aquello que es necesario entender. Veamos algunos de esos pasajes bíblicos que se refieren a esto último que hemos anotado; por ejemplo, el profeta Isaías escribió: “He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? (Is 52:13-53:1) Aquí lo que el profeta está diciendo, y más de siete siglos antes de Jesucristo, es que Jesús no será un fracaso, ni sufriría ninguna derrota, como muchos piensan que solo fue un judío que intento una rebelión contra los romanos y que finalmente murió, sin tener siquiera apoyo de sus mismos paisanos; pero el profeta afirma que él será puesto muy en alto, o sea por encima de todo rey y de todo gobernante, bueno los que seguimos a Jesús, lo hacemos por esta misma razón, porque él es ahora el ‘Rey de reyes’. Pero los reyes, y los importantes de aquellos días en que Jesús murió, se admiraron de Jesús, quien había demostrado tener un poder sobrenatural, quien decía ser el mismo hijo de Dios, y que no defendiera su causa ni su inocencia y llegara a morir en la más espantosa humillación que el mundo pudiera haber conocido, su rostro completamente desfigurado, y muerto en una cruz, que era el castigo que se le daba a los peores delincuentes, a los blasfemos, y rebeldes; ellos tuvieron una gran admiración por esto; pero el profeta dice que así admirará Jesús a muchas naciones, los reyes cerrarán ante él la boca o sea no tendrán nada que decir, porque verán lo que nunca les fue contado o si les fue contado, ellos no lo creyeron o no le tomaron el peso que tenía esa afirmación, y en ese tiempo la gente, y aunque el profeta usa la palabra ‘reyes’ él se refiere a toda la gente que está en eminencia, y aquí debemos incluir a los científicos, a los gobernantes y estudiosos, él dice que entenderán lo que jamás habían querido oír o creer, porque de escucharlo, si lo han escuchado, pero aquí la palabra oír, tiene el sentido de obedecer. Luego vienen las preguntas que cierran esta idea, el profeta se pregunta ¿Quién ha creído lo que decimos? Él está consciente de que es muy difícil que aquellos que dicen tener entendimiento, que dicen saber, están completamente en desacuerdo con lo que decimos; luego la segunda pregunta nos indica que ese conocimiento especial, ese entendimiento especial, se ha manifestado solo en aquellos que se acercan a Dios mismo, con humildad de corazón, si llevamos esta pregunta a palabras más actuales podríamos plantear la pregunta así: ¿A quienes les ha manifestado Jehová su sabiduría? Esto que decimos de que los sabios están confundidos y que quizá en algún momento de su existencia comprendan que han estado muy equivocados al no considerar nuestras sencillas explicaciones, y todo lo que habían dicho solo era vanidad; esto lo dicen algunos pasajes muy claramente y transcribimos a continuación algunos de ellos, pues son muchísimos: “Jehová hace nulo el consejo de las naciones, y frustra las maquinaciones de los pueblos” (Sal 33:10), “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos” (1Co 3:19-20), “Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos” (Is 29:14), “Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?” (Jer 8:9), “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe” (1Tim 6:19-20) Hay que decir que esta sabiduría vana, a la que se refieren los pasajes, es precisamente aquella que hace que los científicos y los entendidos de este mundo, se alejen de la palabra de Dios, pues muy bien les reconocemos muchas de las cosas que han descubierto y conocido con sus estudios, pero aquella que se sustenta en teorías y cálculos, solo hace que ellos se aparten de la sabiduría de Dios, y hace que las verdades bíblicas les parezcan absurdas, antojadizas y supersticiosas.
Pero volviendo a cerca de lo que trata este video, creo que no debe haber muchas personas que puedan estar en condiciones de decir lo contrario; o sea de que no existe el tal calentamiento global, o de que las cosas no se irán agravando más y más con el pasar de los años; y como es que la gente acepta tan fácilmente estos conceptos, a pesar de que si no fuera por los científicos, creo que muy pocos de ellos estarían en condiciones de afirmar que estamos entrando en una época de crisis climática en el mundo, entonces esto nos dice que la gente tiende a valorar y a creer lo que dice la ciencia al respecto, y si además todo lo que dice la ciencia, lo podemos ver con nuestros ojos, entonces ya casi tenemos todos los elementos para aceptar aquello como una verdad. Sin embargo, si alguien puede considerar la palabra de Dios, y se entera de que él ha dicho lo mismo o quizá ha aportado con mucha información respecto de estos sucesos, entonces ¿no es acaso un motivo poderoso, que nos pueda dar un mayor y mejor conocimiento? Y si consideramos que Dios ha afirmado esto hace ya miles de años atrás, antes que ningún hombre lo pueda imaginar y ninguna ciencia pueda hacer alguna medición ¿no es acaso otro motivo poderoso, para aceptar que lo que Dios dice, es realmente la verdad? Como ya dije, la biblia en sí, no es un tratado de ciencia, ni tiene la intención de explicar las cosas que al hombre le interesan, pero en el afán de explicar lo que Dios ha planificado para el hombre que le teme, y también para el que no le teme; ha quedado registrado como llegará a estar en crisis y como terminará este mundo, y puede que muchos no alcancen a notar la conexión que hay entre la realidad que vivimos y lo que está escrito, pero a medida que se agraven las cosas, esto se irá haciendo más patente, pero también llegará a ser mucho más peligroso y difícil para aquellos que han cerrado su corazón al Señor. Nuestro amoroso Dios nos ha anunciado con mucha anticipación, que vienen días de conflicto entre las naciones, días en que los alimentos serán escasos, días en que la luz del sol será diferente, días en que las aguas serán escasas, días en que los astros y los cielos nos traerán sorpresas, y días en que el corazón del hombre se cerrará aún más a aceptar aquello que él ha anunciado con mucha anticipación. Veamos a continuación algunos de esos pasajes, que como usted bien se imagina, son muchísimos: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.
He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes” (Isaías 11:6-11), “El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas. A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo. Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto” (Joel 1:17-20), “Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.
Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová” (Sofonías 1:1-3), “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.
Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra” (Sofonías 1:14-18), “Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:3-8)
Es posible que a usted le parezca que muchas de estas cosas que dicen estos pasajes, no se ajustan a la realidad, porque por ejemplo cuando se dice ‘cercano esta el día’, debe ser que eso ya sucedió hace mucho tiempo, porque usted se imagina y está en lo cierto que estas cosas fueron escritas hace mucho mas de dos mil años; y si piensa que muchas de estas cosas ya pasaron, y que si hablamos de guerras, se refieren a guerras que hubo en el pasado como las cruzadas o las guerras mundiales, que verdaderamente la historia nos cuenta que fueron grandes eventos, y si las compara con lo que ahora en mundo está logrando, un panorama de buen entendimiento, y que muchas cosas se están solucionando por la vía del entendimiento y la paz, entonces tiende a pensar que no hay razón para tener tal temor; y si además pensamos que la tecnología traerá al fin un equilibrio entre la población actual o futura del mundo y la gran cantidad de alimentos necesaria; y que gracias a los grandes avances de la ciencia, al fin estamos llegando a ganarle la guerra a las enfermedades por lo que el futuro que nos espera es de todas maneras halagüeño; y muchas como esas que la gente siempre tiende a pensar y usa como salida para no aceptar la palabra de Dios, y que también hace que muchos se burlen de nosotros los que aún mencionamos a Dios como el único que dice y tiene la verdad; a todos aquellos, les parece que siempre decimos lo mismo, que siempre estamos anunciando cosas malas y que somos tan pesimistas y que finalmente nunca sucede nada de lo que decimos; para ellos, es muy fácil no discernir u olvidar de que Dios es tan grande que mil años, prácticamente es nada delante de él y que las cosas de Dios generalmente son atemporales por lo que da lo mismo hablar de miles de años o de un día, y que si ha tardado un poco en su venida de acuerdo al criterio bíblico, es porque tiene misericordia de nosotros los que vivimos en este mundo; a todos aquellos, deseo decirles que todo se entenderá muy bien, que todo se conectará muy bien, y que todo tendrá sentido; si se hace un profundo estudio de la palabra de Dios, y que no quedará nada sin conexión; pues es verdad que si le muestro solo unos pocos pasajes, tal como acabo de hacerlo, se ve que todo es como desconectado y absurdo, pero necesitamos enterarnos del contexto de estos pasajes, del punto de vista del profeta que ha sido inspirado por Dios, y una conexión de todo eso con otros pasajes que nos hablan de lo mismo, y ahí es donde todo el panorama quedará completamente expuesto para aquel que se interesa en estas grandes verdades. Por último le diré que muchas de estas cosas que acabamos de decir ya las había vaticinado el apóstol Pedro, en una de sus cartas, él dijo esto: “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Más, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:1-10)
Piense el amado lector que nosotros solo somos portadores de estas grandes verdades; que muchas veces los hombres que han pasado por este mundo, han tenido problemas para entender y aceptar la realidad; que la mayoría de las veces que han intentado comparar la realidad del mundo en que vivían, no han encontrado que coincidieran plenamente con las escrituras; y que a los muchos que han logrado tener discernimiento de estas verdades, siempre se los ha tratado de locos, de mentirosos y no se les ha creído; más a aquellos que dicen algo sin tener plena certeza de lo que dicen, sin haber logrado tener plena comprensión de las cosas de Dios, y que han inventado fabulas artificiosas en muchos casos, la gente no solo les ha creído, sino que les ha seguido y les ha ayudado, porque todo eso también está escrito. Me despido de usted que me sigue, por este medio, y que seguramente encuentra que lo que digo tiene algo de cordura, y si así no lo fuera, no tenga temor de hacérmelo saber. Su opinión de todas maneras en buena para nosotros. Que Dios le bendiga muy ricamente, es siempre nuestro deseo. Amén.