Texto base
Mateo 28:18-20
Predicado en la congregación el 24 de Junio.
“Jesús se acercó y les hablo diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
Bueno, le puse un Titulo a esta reflexión, y la llamé ‘Los discípulos de salón’. Así como los deportes de salón ¿No es cierto? Se juegan entre cuatro paredes. Y bien… creo que es preocupación de todos, la marcha de la iglesia, el crecimiento, el fortalecimiento, y todo aquello que demuestre que hay una iglesia saludable. En el pasado la iglesia tenía cierto sistema, un método para evangelizar; era la predicación en las calles. Pero en estos últimos años, nuestra situación ha cambiado mucho, los sistemas de comunicación modernos han hecho que nuestra mente se distraiga tanto, y se enfríe nuestro amor, como dice en la Biblia que sucederá; y en realidad, es muy difícil impactar a las personas. Tanta televisión, tanto programa que habla de cosas catastróficas, tantas películas que se filman sobre guerras, sobre monstruos, y sobre el fin del mundo; y se habla de tantas invasiones extraterrestres, y en fin, en realidad la gente se ha vuelto tan insensible que salir a la calle a predicar no causa impacto, no impresiona a nadie; y eso ha hecho que nosotros busquemos otros sistemas, otros métodos; que no esta mal buscarlos por supuesto, porque es nuestro deber ensanchar el evangelio y esa es la preocupación de todos; y no solo estoy hablando de esta congregación, si no de la iglesia en general. Es una preocupación, por que no hay esa expansión que esperamos, la gente no es impactada con la palabra de Dios como lo deseamos. Pero… también tenemos que aceptar que hay en nosotros algunas fallas, que causan que esa expansión que deseamos, no resulte. Tenemos que detenernos un poco, y ver qué es lo que no está bien, por eso es que quiero hablarles de estos ‘discípulos de salón’, y creo que esta es una de nuestras fallas. Si bien hemos logrado conquistar el terreno enemigo, y hemos traído gente a la iglesia; el resultado no ha sido el esperado, hay un caminar muy lento, mucha indiferencia y desilusión en las congregaciones. ¿Por qué? Porque hemos tratado de hacer el discipulado en la sala; y les instamos a que conozcan la verdad, les explicamos muchas partes importantes de la Biblia, la gente se familiariza con ella y entiende la palabra del Señor, pero algo falta, que impide que suceda lo que nosotros esperamos. Entonces, es importante tomar en cuenta que el discipulado, debe hacerse en todas las áreas; y creo firmemente que esa es nuestra principal falla. O sea, en la sala de clases se puede instruir, eso esta muy bien, pero también se necesita llevar ese conocimiento a la práctica. Jesús por ejemplo, tubo un ministerio de tres años mas o menos, en el que él, se preocupó de hacer discípulos; por que, este era un proyecto muy largo, muy grande, algo que iba a abarcar a todo el mundo, y a todas las edades; y no podía fallar. Creo que el modelo esta ahí; entonces nosotros, vemos a Jesús llamando desde muchos lugares a gente rica como a gente pobre, tenemos a Mateo por ejemplo, que estaba ahí, en su escritorio donde cobraba impuestos, él tenia mucho dinero, pero lo llamo y el decidió seguir a Jesús; bueno también había gente de bajos recursos, gente humilde que también siguió a Jesús, pero a unos y a otros les dió las mismas clases, las mismas enseñanzas y esas enseñanzas incluían vivir con él; hacer las cosas de manera práctica, no había mucha instrucción teórica, entonces el caminaba con los discípulos, andaba con ellos por muchas partes para que ellos vieran, qué exactamente él quería que aprendan. Ustedes se darán cuenta que aquí nosotros fallamos, no hacemos eso. No salimos al terreno a hacer lo que decimos que hay que hacer, hablamos de practicar el amor por ejemplo, hablamos de ser justos, de ser afectuosos, pero no lo llevamos a cabo en el terreno con nuestros discípulos; de hecho nosotros mismo hemos sido formados en esa manera. Nadie nos ha tomado para discipularnos en el terreno, y decirnos: Mira, ésta es la manera práctica de amar al hermano, ésta es la manera práctica de cumplir este aspecto de la palabra de Dios. Entonces nos hemos hecho cristianos teóricos, que entendemos muy bien muchas cosas, oramos , tenemos una seguridad, una certeza por que Dios a tratado con cada uno de nosotros; pero no sabemos transmitirlo muy bien, y lejos de entusiasmar a la gente, a veces la desanimamos. Es importante detenerse a pensar, y analizar esto. Mire, después de un tiempo en que Jesús anduvo por Galilea, por Samaria, por Judea; él decidió hacer unas pruebas, y los envió a predicar. Tomó a doce primero (Lucas 9:1-6), y después envió a setenta de sus discípulos (Lucas 10:1-12); seguro que escogió los mejores, y lo hizo para que aquellos que les faltaba instrucción vean y aprendan también; y, los envió a hacer el trabajo, y les dio unas recomendaciones, les dijo: Por favor, no lleven bolsas, no lleven túnicas de repuesto, zapatos de repuesto, dinero, pan, ni ninguna cosa. Pero no era por que él estaba poniendo restricciones o tratando de incomodarlos, sino porque Jesús les había enseñado que esa era la forma en que el andaba. Ellos ya habían visto, que esa era la forma en que él actuaba cada día. Jesús confiaba en el Padre de los cielos para proveerse de todas las cosas; entonces él no les dijo nada diferente de lo que hacían cotidianamente, al contrario, fue una recomendación, una instancia en que ellos deberían demostrar que habían aprendido las enseñanzas, que estaban decididos a aprender a confiar, a aprender a conformarse con lo que ellos tuvieran, aprender a obedecer, y a perdonar a aquellos que no los atendían bien; alo mejor fue un poco duro, pero es que tuvo que decirles eso; para que sigan las reglas. Por ahí hubo uno que dijo: Señor ¡yo te seguiré a donde sea que vayas! (Mateo 8:18-20)Y…, estaba muy entusiasmado el caballero, pero Jesús se vio obligado a aclararle algo; le dijo: Mira, en realidad las zorras tienen sus guaridas y los pájaros tienen sus nidos, pero yo, no tengo donde apoyar mi cabeza; así se lo dijo francamente, para que él vea, y pese bien lo que le costaría seguir a Jesús. Yo creo que eso es muy importante que lo notemos. Bueno, yo creo que por estos días, Dios no nos tiene tan alicaídos; nosotros estamos en mejores condiciones, y podríamos hacer algunas cosas con un poco mas de ventaja que estos discípulos de Jesús, pero no hemos puesto aquello en nuestro plan de trabajo. Ese es un detalle muy importante. Jesús por ejemplo, también les estableció las prioridades; no se si recuerda, un día cuando iban llegando a un pueblo cerca de Samaria, a Sicar (Juan 4:1-34), él estaba cansado por que caminaban a pie, o sea, Jesús no decía, hay ir a predicar, hay que darle prioridad, hay que esforzarse. ¡No…, él iba! Iba junto con ellos, y le daba la prisa que corresponde; llegaban cansados, sedientos, hambrientos, y los discípulos tenían que aprender que eso era ir a predicar, ¿no es cierto? Entonces, llegaron ahí, a este pueblo, y el se sentó cerca del pozo; ustedes saben esa historia. Y una señora que esta ahí, queriendo sacar agua; mientras tanto lo discípulos habían ido a comprar al pueblo, algo para hacerse unos ‘sanguchitos’; por que estaban hambrientos y cansados. Y después de un cierto dialogo que tuvo con la dama esta, ella se sorprendió y decidió ir al pueblo a decirles a los demás, que ahí había un hombre que parecía que era el Cristo, y mucha gente vino a Jesús, y justamente en ese rato también venían llegando los apóstoles o discípulos con las cosas que habían comprado; y le dijeron: Señor, sírvase. Y él les dijo: Miren, yo tengo una cosa más especial que comer. Entonces ellos dijeron, ¡ah!, seguramente alguien tiene que haberle traído un lomo a lo pobre, o algo así, entonces, el va ha comer aparte dijeron ¿no? (risas) Y bueno, como estaban tan confundidos, se vio obligado a aclararles las cosas; les dijo: Mi comida es que yo haga la voluntad de mi Padre, y acabe su obra. Entonces, más importante que comer, les dijo en otras palabras, para mi es importante predicar. Miren toda esta gente a salido del pueblo para escuchar algo, y yo no puedo dedicarme a comer, tengo hambre por supuesto, pero tengo que hacer esto primero. Hermanos, muchos detalles como esos, nosotros los podemos ver en el ministerio de Jesús; vemos, como Jesús realmente se preocupó de que aprendieran cuales son las prioridades, que es más importante y que es menos importante. Había gente por ejemplo, que lo criticaba por que hacia sanidades en el día sábado (Juan 5:14-18), y el les dijo: Bueno, mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo. Lo que equivale a decir, no hay tiempo que perder; yo no he venido aquí a descansar, ¿no es cierto? Entonces, yo creo que es importante que nosotros pongamos en practica muchas cosas que hemos aprendido en forma teórica; que nos han sido reveladas por nuestro Dios, y justamente si no tenemos un resultado bueno; alo mejor es por que nosotros no estamos practicando aquello que hemos aprendido en la sala; o sea la iglesia tiene que moverse, tiene que ser dinámica, tiene que ir al campo, y tiene que hacer aquello que ha entendido. Porque el amor no se puede transmitir sin ese afecto, sin ese roce con la gente, no solo se trata de compartir las cosas buenas, ustedes ven que Jesús compartía también las cosas tristes, las dificultades. Él se apartaba a orar, a rogar al Altísimo por sabiduría para actuar, a rogar que le diera fuerzas para soportar esa oposición que había del pueblo judío, pedía seguramente, que le proveyera de ropa y alimentos; pero iba con sus discípulos. Él tenía oportunidad de ver cuanto oraban ellos, y veían los discípulos cuanto oraba Jesús. Eso es importante, nosotros no hacemos eso, y de hecho no sé, si tenemos discípulos, porque enseñarles a las personas alguna parte de las escrituras, aclararle algún tema a alguna persona, yo creo que es importante; pero eso no hace que sean discípulos nuestros. Luego, debemos tocar estos temas, y seriamente considerarlos dentro de nuestros proyectos; para que podamos en realidad recapacitar, para que así podamos revertir esta situación. Cada día nos encerramos más en la teoría, y eso nos hace un poco religiosos; lamentablemente tengo que decirlo. Por que, por ejemplo los judíos, los escribas, los fariseos; eran bastante justos y conocían muy bien las escrituras. Y yo digo que eran justos, por que Jesús mismo los reconocía como tal, y les dijo a sus discípulos: ¡Ustedes tienen que ser más justos que ellos! (Mateo 5:20) Eso indica que sí, evidentemente tenían una cierta justicia. Ellos conocían muchas cosas a cerca de las escrituras, y trataban de hacer humanamente, lo máximo que podían, pero, ustedes les dijo: ¡Tienen que ser mejores! Es importante notar entonces, que Dios no los desechaba plenamente. Y de hecho, dijo (Mateo 231-4): En la cátedra de Moisés, se sientan los escribas y los fariseos. ¡Imagínense! Eso quería decir en otras palabras, que los escribas y los fariseos saben muy bien lo que dicen las escrituras, como se tienen que hacer las cosas, y que es lo que se tiene que hacer. Jesús lo estaba reconociendo; y, es más, les dijo: Todo lo que ellos les digan que ustedes hagan, ¡háganlo! Por que ellos saben qué se debe hacer, y cómo se debe hacer, ¡háganlo! Pero si, les hizo una pequeña observación; que yo creo que bien podría hacérnosla en estos días también a nosotros. ‘Pero no hagan lo que ellos hacen, por que ellos dicen una cosa, pero no la hacen’ ¿Entiende? Ellos, dijo, atan cargas pesadas sobre las personas, pero ellos no las quieren mover ni siquiera con un dedo; esa situación estaba en esos días así, y yo creo que ahora nosotros estamos entrando en una frialdad como esa; en esa indiferencia, y yo creo que es hora de recapacitar y ver, que nosotros tenemos que hacer algunas cosas que decimos que se deben hacer, no solamente decirlas; creo que es importante que recapacitemos en ese tipo de cosas. De hecho, no solamente Jesús tuvo esta visión, esta dirección en su ministerio; vemos a los apóstoles después, trabajando en el mismo sentido, tratando de hacer exactamente lo mismo; vemos a Pablo incluso, que a lo mejor no estuvo con Jesús, así como discípulo. Quizá Pablo, era uno de los que tenían piedras en la mano, como usted sabe, cada vez que Jesús decía algo que no les parecía a los judíos, ellos trataban de apedrearlo, ¿no es cierto? Pues, les diré que Jesús estuvo en todas las situaciones. Él cuando les dijo: ¡Los envío como ovejas en medio de lobos! Jesús no les estaba diciendo una cosa que él nunca vivió, él cuando iba por la ciudad siempre estuvo en peligro; cuantas veces la gente tubo piedras en sus manos, y estaba lista para tirárselas, lo único que los detenía; era el temor a algunos del pueblo que habían creído en Jesús, y que veían que lo que decía era justo.
Pero, la Biblia nos cuenta que muchas veces trataron de apedrearlo. Entonces, él se metía en los lugares donde ‘queman las papas’; y no les estaba diciendo: Miren, yo los envió ahí donde está peligroso, pero yo no puedo ir, ¡no, él fue! ya estaba de regreso de allá, y los apóstoles lo sabían, por eso es que les estaba diciendo eso. Bueno, estábamos diciendo que, Pablo pudo haber sido uno de los que tenían piedras en sus manos; pero después, cuando él, por una cosa bastante especial que ustedes ya saben, se hizo discípulo de Jesús; él también empleo el mismo sistema, y tuvo que vivir esa situación, y tubo que enseñar, y hacer sus propios discípulos; nosotros vemos por ejemplo en las cartas a Timoteo, a Tito, a Filemón; cómo él, les recomienda guardar todo aquello que les había enseñado. Es importante notarlo, por que, por ejemplo acá, en la segunda carta a Timoteo capitulo dos, dice: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” Y cuando dice enseñar, no esta hablando de una sala de clases, evidente que es bueno enseñar, yo no estoy diciendo que enseñar en una sala, hacer doctrina por ejemplo sea malo, no hermanos, es algo bueno que podemos hacer, porque afuera se necesita estar seguro de lo que creemos; pero también necesitamos practicarlo ¿me entiende? Entonces dice: Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Yo pienso que usted cree que Pablo estaba actuando igual que Jesús ¿o no? No le estaba diciendo: Bueno…, métete ahí donde están las cosas un tanto peligrosas, por que yo no puedo estar ahí, ¡no hermano! Pablo ya volvía de allá. Timoteo había probado como era el temple de Pablo. De hecho en el libro de 2da. Corintios capítulo 11, a partir del versículo 23, Pablo escribe, no a Timoteo sino a los corintios, les dice: “Yo mas en trabajos, mas abundante, en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno” Bueno, ese era como el máximo castigo físico en esos días. “Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez” Hermanos, cuando Pablo le dice a Timoteo ¡Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo! no le estaba hablando de una cierta teoría que había aprendido, de que transmitir el evangelio es difícil, que hay que arriesgar ¡no! Él ya había vivido junto a sus discípulos esas situaciones difíciles, él lo único que le estaba diciendo era: Timoteo, mira,… no vayas a ‘arrugar’, por que tu ya has visto como hay que hacerlo, así que tienes que hacerlo así; que si te metes en una situación difícil vas a tener que sufrir las penalidades y lo importante es que así como yo te enseñe tu lo trasmitas también. Hermanos, si no habría sido de esa manera, el cristianismo habría desaparecido en el primer siglo; y la cosa habría sido terrible. Nosotros tenemos que ver que Dios nos insta en esta noche, a que retomemos algunas de estas cosas, por que esto no solamente se escribió para estas personas, ni que ya terminó; esto es así para todos, tenemos una cierta función que desempeñar. Ahora, puede ser que no todos tengamos que discipular en el terreno, algunos pueden ser maestros de sala, pueden tener otras funciones, pero aun así, la Biblia nos llama a que tenemos que ser sobrios, prudentes, que tenemos que enseñar en paciencia, en fe, en amor, incluso hay algo importantísimo para las damas adultas; el otro día me hablaban, y creo que no es necesario que nos hablen de eso, porque nosotros lo vemos a cada instante; es la realidad en la sociedad: ‘Tanta separación en los matrimonios’, llega a dar miedo en realidad, pero por que esa situación es así, incluso en la iglesia se da, por que nuestro sistema no logra conseguir que nosotros tengamos una cierta seguridad en la unión matrimonial y todo ese tipo de cosas. Yo estaba leyendo que hay una especie ministerio para las ancianas, y yo no se porque no lo tomamos, pienso que puede ser muy bueno, dice: (Tito 2:3) “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien” Ahí empieza el asunto, ‘maestras del bien’ y dice: “ que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” O sea, yo me imagino que acá podría haber perfectamente una especie de discipulado para señoritas y para recién casadas, las que pueden ser instruidas en estos puntos: Amar a sus maridos y a sus hijos, ser personas prudentes, ser castas; justamente una de las fallas en esta área es la falta de castidad; también se les enseñaría, a que cuiden su casa. Creo que aquí esta todo lo que se necesita para tener éxito en un matrimonio; y si lo pusiéramos en práctica con nuestras jóvenes; que puedan ellas entender cómo es que tienen que hacerlo para no fracasar, y creo que bien les podría venir también a los varones, si nosotros no estamos exentos de ese tipo de cosas, creo que en un matrimonio hay dos problemas: El marido y la esposa. Alguien dijo “El matrimonio necesita dos funerales y una fiesta”. Porque ellos deben morir para si mismos y vivir para el otro, deben alegrarse en el otro; de hecho es así en el matrimonio celestial, entre el Señor y la Iglesia. Entonces necesitamos una especie enseñanza o adiestramiento, pero práctico por que de nada serviría por ejemplo decirles a las señoritas: El desayuno tiene que ser de esta forma, o a esta hora y en fin. Para evitar las peleas se tiene que hacer así. Por que eso podría ser una carga, un enredo, en vez de ser una ayuda; nosotros tendríamos que enseñar de verdad; convivir con nuestros discípulos. Yo se que suena como algo difícil, pero este tipo de cosas, en realidad nos hacen mucha falta. Yo leí hace mucho tiempo, un libro de los días de Juan Wesley en Inglaterra; como ustedes saben ese fue un tiempo en que el evangelismo se levantó muy fuerte, se fortaleció la iglesia cristiana, tubo un avivamiento, y floreció el discipulado y la enseñanza; ahí en esos tiempos, el estilo era que las personas de la iglesia, o sea los miembros, arrendaban bancas o pagaban un cierto cupo en la iglesia. El pastor, en este sistema, no se tenía que preocupar mucho por las ofrendas para el sostenimiento. ¡No!, sencillamente el arrendaba las bancas y el hermano miembro de la iglesia, se preocupaba de llenarlas por supuesto, éste arrendaba bancas para traer a sus discípulos ahí, él se preocupaba por ellos, los atendía; y ese era el sistema. Yo no se como funcionaria ahora, si arrendamos las bancas, a lo mejor estarían todas vacías; por que nosotros no tenemos discípulos, entonces habría que pensar, en como han cambiado estas cosas y reaccionar a tiempo.
Bueno, yo los llamo hermanos, a que si este sistema que hemos adoptado, de ‘células’, no ha dado el resultado que nosotros esperábamos, nos demos cuenta de que es por que algunas de las cosas están fallando. Llamamos a los miembros de la congregación, a los líderes, a los que están en eminencia en este rato; puedan considerar esta situación, y si es necesario hacer alguna modificación, o aplicar alguna variante, que pueda hacer que nosotros tengamos mejores resultados en nuestro crecimiento. No solamente en el crecimiento cuantitativo, por que sinceramente les digo, a mi no me llama mucho la atención eso, no me entusiasma tanto; por supuesto que queremos que se llene la iglesia, pero me gustaría más el crecimiento cualitativo. Ese de la calidad, ¿no es cierto? El cristiano como debe ser, como Dios espera que sea aquel que decide seguirlo, un hombre en todos los ámbitos entendido, que sea práctico y ferviente. Eso es hermanos lo que yo quería compartirles en esta noche; no seamos nosotros discipuladores de salón. Vamos a tener que salir al terreno para poder tener mejores resultados.
Bien, yo espero que esta pequeña reflexión les sirva, les ayude, les agrade, y el Señor sea el que pueda poner en nuestros corazones la verdadera dirección de todo aquello. Que Dios los bendiga. Amén.