Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











16 de octubre de 2011

Cigarrillos


ESCRITURA:
1 Reyes 18:21 “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuando claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal es dios, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”

APLICACIÓN:
En las cajetillas de cigarrillos, desde hace algún tiempo, se lee: “ ¡CUIDADO! ESTOS CIGARRILLOS TE ESTAN MATANDO” y al reverso hay una fotografía de un hombre que se llama Miguel; y dice que fumó durante 20 años y ha perdido su laringe por cáncer. En un sondeo básico entre los comerciantes de cigarrillos, concluí que este aviso no ha cumplido con el objetivo de disminuir el consumo entre los fumadores. Las personas que fuman siempre tienen un pretexto, o alguna razón que les parece de peso para no dejar el cigarrillo, les parece que aquello no los alcanzará, piensan que lo que hacen no es tan grave como para merecer un final tan trágico; sin embargo las consecuencias van gestándose de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tengan que ser, sus cuerpos mutilados por la enfermedad o desahuciados por el médico.
Los mensajes que yo le escribo, tienen la misma claridad y franqueza que ofrece el aviso mencionado, y como usted se dará cuenta, tampoco son tomados en serio, y las consecuencias también se van gestando de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tenga que dar cuenta al Creador por sus hechos. ¿Qué hace, que usted no los considere? ¿Cuál es su pretexto? ¿Cree usted que tendrá suficientes razones para quedar impune?

ACCIÓN:
En la vida hay que tomar decisiones. Decida hoy seguir a Jesús, descubra las grandes bendiciones que hay para usted en la Biblia. Aún espero a que se decida a escribirme para seguir el plan de lecturas asistidas de la Biblia para este año.

La anáfora


La anáfora, es una figura retórica cuyo nombre proviene del griego ‘anaphora’, que quiere decir ‘repetición’. Aunque debemos decir que hay varias figuras que se pueden agrupar dentro de la repetición, ya sean de letras, de frases o palabras; ésta, la anáfora consiste en una repetición de la misma palabra o palabras al principio del verso o frase en la prosa, bien de forma continua, bien de forma discontinua. La razón de ésta, casi no necesita explicación, pues es claro que es usada para resaltar, insistir o persuadir al lector u oyente. Esta figura en la palabra de Dios es usada a cada momento, pues Dios siempre ha buscado llamar nuestra atención y ha usado para ello todos los recursos literarios, y entre ellos el lenguaje de la persuasión y la insistencia. Veamos algunos ejemplos bíblicos, donde podremos apreciar mejor esta figura.

Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir (Deuteronomio 28:3-6)

Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón.
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes. (Salmo 115:12-13)

Aquí podemos ver la intensión de que Jehová bendecirá, en todos los campos de la vida a todos aquellos que oyen su voz y ponen sus mandamientos por obra; especialmente estos versículos estaban dirigidos a los israelitas; pero desde luego, hay una extensión para todo aquel que decide escuchar la voz de Jehová.

¿Hasta cuándo los impíos,
Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?
¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,
Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad? (Salmo 94:3-4)

He aquí la desesperación del salmista, al ver que los impíos prosperan y se jactan de su buena situación frente a aquellos que siguen a Dios, que en muchos casos tienen pruebas y dificultades; no sabiendo aquellos que esas situaciones, lejos de ser tropiezo para estos, son una grande bendición; sin embargo es evidente que en algunos la situación es tal, que nos puede llevar a la desesperación.

Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos. (Salmo 148:1-4)

Este es un Salmo que exhorta a toda la creación, a alabar a Jehová por todas sus bondades y maravillas. Él es el único digno de ser alabado.

Y comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías. (Jeremías 5:17)

En un esfuerzo por advertir a los israelitas de las consecuencias que les traerá su mala conducta, y su falta de confianza en Dios; él autor bíblico, a través del Espíritu de Dios, trata de que entiendan que vendrán de seguro invasores al país y lo dejarán en la ruina total.

Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. (San Mateo 5:3-11)

Hay que ver cómo el Señor Jesús se esforzó en que entendamos que seremos bienaventurados, cuando pasemos por esas situaciones, que aunque son difíciles, siempre nos harán bien, porque alcanzaremos un objetivo supremo.

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (Romanos 8:33-35)

Aquí el énfasis esta en dar a conocer que aparte de Cristo no hay nadie que nos pueda juzgar, nadie que nos pueda condenar y nadie que nos pueda separar de su amor; pues ¿quién podrá hacerlo? Así es nuestro Cristo, el bendito hijo de Dios.

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos, tocante al Verbo de vida. (1 Juan 1:1)

Aquí el apóstol Juan quiere poner toda la fuerza en darnos a entender que lo que él está escribiendo, es verdad; que él y los otros apóstoles son testigos presenciales de algunos de esos hechos y de los que no lo son, ellos han hecho averiguaciones minuciosas a fin de establecer la verdad de esos hechos, la verdad a cerca de Jesús.

Creo que con estos pocos ejemplos usted ha comprendido muy bien el objetivo de usar la figura retorica ‘anáfora’; sin ella es posible que muchos pasajes pierdan la fuerza, la urgencia, la seguridad, o cualquier otro concepto que se pretenda introducir y que se desee dejar bien en claro. Ya pronto estaremos hablando de otra figura retorica importante. Bendiciones.

10 de octubre de 2011

Porque la Biblia es la palabra de Dios (Parte IV)

Revelación


ESCRITURA:
Romanos 2:5 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”

APLICACIÓN:
El otro día hablando a cerca de Apocalipsis 1:1, dije que Dios revelará los secretos de este libro, solo a sus siervos; y que si alguien no se hacía siervo voluntario de Jesucristo, aunque lea este libro, nada entenderá. Muchos pensaron: “¿Qué clase de Dios es? ¿Por qué es tan injusto, que solo se revela a algunos y a otros no? Si esas verdades fueran reveladas a todos, creo que todos las entenderían y se convertirían”
Permítanme explicar el mecanismo: Las verdades bíblicas, incluidas las del Apocalipsis, están ahí para todos; pero si usted no tiene una disposición de aceptarlas de corazón, reconociendo que Dios es el que tiene la razón, la sabiduría y el entendimiento de todo; es usted el que no deja que esa verdad sea visible y aceptable para usted. En cambio si decide ser siervo de Jesús, o sea, convertirse en un humilde servidor que está dispuesto a seguir las instrucciones de su amo, su corazón se tornará sencillo, entenderá plenamente todo lo que Dios quiera decirle, y tal como él quiere que entienda. Lo contrario es no aceptarle a Él como Señor de su vida, y por supuesto no aceptará ninguno de sus consejos; o sea no entenderá nada de lo que el le quiera decir.

ACCIÓN:
El que trazó un plan para el hombre es Dios, y no nosotros. ¿Por qué piensa usted que nosotros tenemos que poner las reglas? Dios llevará acabo sus planes, estemos o no de acuerdo; no necesita nuestra ayuda ni nuestra opinión. Usted tiene la gran oportunidad de ver el plan de Dios para su vida, pero solo lo verá, si esta de su lado. Amén.