Hebreos 1:1-2
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
12 de septiembre de 2012
Conflicto interior
ESCRITURA
Salmo 139:3 “Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos”.
APLICACIÓN
Un anciano indio describió sus conflictos interiores así: — Dentro de mí existen dos cachorros. Uno de ellos es cruel y malo, y el otro es bueno y dócil. Los dos están siempre luchando...— Entonces le preguntaron cual de ellos era el que acabaría ganando. El sabio indio guardó silencio un instante, y luego respondió: — Aquel a quien yo alimente—
¿Cuales son sus pasatiempos favoritos? ¿Qué busca usted en las películas que ve o en la televisión? ¿Qué evoca la música que escucha? ¿Qué contiene la literatura que lee? ¿Cuáles son los temas de conversación con sus amigos? ¿A cual de los cachorros que lleva dentro está usted alimentando? Querido lector, por favor recuerde que Dios le ve en todas partes, y Él es el que examina todos sus caminos.
ACCIÓN
Esfuércese a partir de hoy, para que las veredas por las que anda, sean agradables a los ojos de Dios; él también está dispuesto a ver lo bueno que usted hace, y es amplio para perdonar sus errores. El evangelio de Jesús debe ser su alimento, porque es el más sano y seguro.
1 de septiembre de 2012
¿Tiene Dios un plan para cada persona?
La pregunta que nos enviaron decía: ¿Le diría a Dios si él ha planeado mi vida completamente y podré dejar este mundo una vez que mis hijas ya estén preparadas para vivir sin sus padres? A veces me atemoriza que llegue el día de mi partida y que ellas aún estén estudiando o no tengan su vida formada.
Supongamos que una pareja de novios planea casarse pronto, ellos dentro de sus planes tienen el deseo y la ilusión de tener unos lindos hijos, a los cuales educarán hasta lograr que sean médicos profesionales. Casados ya ellos, logran tener un solo hijo y no dos como era su deseo, y al pasar el tiempo, el niño manifiesta que quiere ser futbolista; sus padres, por supuesto que no están de acuerdo con esta idea, porque piensan que no es la mejor opción, y no es nada parecido a lo que ellos habían planificado para él. Al fin el joven ya tiene edad y decide por lo que él quiere y no por lo que sus padres le piden.
Aunque esta es solo una sencilla ilustración, lo que trato de decir, es que el plan de Dios para cada ser humano, es algo parecido a lo que acabo de contar. Si alguien me pregunta: ¿Tiene Dios un plan para cada uno de nosotros? Yo le diría que sí y con toda seguridad. Luego esa persona pensará inmediatamente, pero… ¿Por qué ese plan para mí no es tan bueno, y es tan diferente al de mi prójimo, a quien parece que todo le sale bien? Quizá empiece a enumerar todas las cosas que de su vida no le gustan, puede quejarse de la esposa indiferente que tiene, del sueldo bajo que gana, de su salud que no es muy buena, o tal vez de sus hijos, que no han sido como a él le hubiese gustado, y muchas cosas más. En definitiva, no podrá entender porque Dios, si es tan sabio y soberano, no pudo haber trazado un mejor plan de vida para él, o es que ¿no es Dios así de poderoso como dicen?
Si bien es cierto que Dios tiene un plan de vida para cada uno de nosotros, este plan incluye un aspecto importante de una gran verdad bíblica, esta es: “Hemos sido hechos a la imagen de Dios” (Gen 1:27). Y, ¿qué significa eso? Significa que así como Dios es libre y soberano de hacer como a él le place, así también nosotros hemos sido hechos con esa capacidad de autodeterminación o libre albedrío; por lo tanto, y aunque el plan de Dios incluye con toda seguridad las mejores cosas para nosotros, estas no se llegan a cumplir porque nosotros intervenimos en el camino, y tomamos nuestras propias decisiones, y por lo tanto es lógico que también asumamos las consecuencias de las decisiones que tomamos. Es probable que debido a nuestra forma de ser, en algún momento solo tendamos a ver que Dios no nos ha trazado un buen plan de vida, y que no seamos capaces de aceptar que, si bien el plan no parece muy bueno, es solo el resultado de nuestra propia forma de actuar.
Por otro lado, tenemos que decir que, si alguien decide permanecer fiel a Dios, esto es con apego estricto a su palabra y a su consejo; ese alguien automáticamente entenderá que las cosas que sucedan en este mundo, no pueden influir para nada en desviar al hombre del plan de Dios, pues este plan en su parte más fundamental está diseñado para que el hombre llegue a vivir con Dios en la eternidad; y nuestra vida acá en la tierra solo sirve, por decirlo de alguna manera, para demostrarle a Dios que le amamos, que deseamos estar algún día con él y que allá donde vayamos, nos portaremos muy bien, así como ya lo estamos demostrando aquí en la tierra. Por lo tanto, el día que el hombre tenga que partir de éste mundo: los familiares que quedan aquí, la situación en que ellos quedan, en manos de quien quedan los negocios, las posesiones, etc., no son relevantes y no deberían influir en la vida del verdadero cristiano. Este, de por sí entenderá que Dios es suficientemente poderoso para cuidar de sus hijos, de su esposa y de sus familiares; y, el no pensar de esa forma es dejar de reconocerle esa capacidad a Dios, es dejar de creer en su amor por las personas, y hasta dejar de reconocer que él tiene un plan para cada cual. Si de alguna manera aceptamos que Dios tiene un plan para nosotros, creo que lo más básico es empezar pensando que él se ocupara de nosotros, de nuestra salud, de nuestros alimentos, de nuestro bienestar, pero, principalmente se preocupará de que lleguemos a obtener la vida eterna junto a él. El problema surge, cuando nosotros queremos que el plan de Dios sea a la medida de nuestros pensamientos, y a la medida de nuestros deseos. Actuamos por cuenta nuestra, hasta habernos alejado completamente de ese plan, y luego nos quejamos de que ese plan no es bueno para nosotros, o solamente lo vemos como bueno, mientras nuestras expectativas y nuestros deseos se cumplen, pero llega el momento donde algo deja de estar de acuerdo a lo que nosotros quisiéramos, y en ese momento recién pensamos que Dios no nos ha dado un buen plan para esta vida.
Ahora, es necesario aclarar que muchas de las cosas que nosotros vemos como estrictamente necesarias, para Dios no lo son; y mientras no tengamos los pensamientos parecidos a los de él, probablemente no entendamos estas cosas y tampoco podamos ver que su plan es bueno. Jesús les dijo a sus discípulos: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?” (Lc 12:22-24) No os afanéis por vuestra vida; eso quiere decir que no nos preocupemos mucho de que si viviremos o moriremos, pues si estamos seguros de que Dios nos ha dado una vida eterna, confiamos en que así es. Si no podemos conseguir pan, y nos llegásemos a morir de hambre, o de frío por no tener vestido, ̶ porque eso es lo que les pasa a algunos cuervos u otras aves ̶ ; sin embargo Jesús enseño que Dios los alimenta, y lo que vemos que les pasa a las aves, ese es el cuidado que Dios les da, y seguramente las aves se mueren sin renegar de Dios, y mientras viven, viven muy contentas con lo que tienen, sea poco o sea mucho; y es que a ellas ni siquiera se les ha prometido una vida eterna. Luego de presentar esta enseñanza, Jesús pregunta: ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¡Claro que Dios nos proporcionará un mejor cuidado!
Lo que nosotros debemos pensar es que muchas, por no decir todas las cosas malas que pasan en este mundo, no son por obra de Dios, sino que son por obra de nosotros mismos, lo seres humanos, y en algunos casos pueden ser obra o influencia de Satanás; por lo tanto la pobreza, los conflictos familiares, las enfermedades y toda clase de mal ha sido cultivado afanosamente por el ser humano, y si nos toca pasar por esos problemas, primero deberíamos pensar y aceptar que somos los autores de todo aquello, y luego aceptar que estas situaciones adversas, pueden servir para demostrarle a Dios, que de todas maneras confiamos en sus promesas, y que deseamos un día estar con él. Pero… ¿Cómo es eso? ¿Acaso Dios no tiene poder para controlarlo todo? Vuelvo a citar la sentencia bíblica: “Hemos sido hechos a la imagen de Dios”. Dios no va a intervenir en nuestro actuar, no tiene por qué hacerlo, porque eso significaría que no somos autodependientes o que no tenemos libre albedrío, significaría que no hemos sido hechos a su imagen; en ese caso pasaríamos a ser simplemente como los animales, y como ya dijimos, los animales no tienen el problema que tenemos nosotros los seres humanos; quiero decir que los animales no tienen el problema del afán por las cosas materiales, el problema del pecado, no tienen problemas de convivencia y si no fuera por el hombre, creo tampoco tendrían problemas de alimentación y hábitat.
Mas, como hemos sido hechos a la imagen de Dios, nosotros sí tenemos autodeterminación o libre albedrío, y Dios no quiere relacionarse con animales, aunque a ellos por supuesto que los ama; pero él ha hecho un ser superior, un ser que tiene conciencia de su libertad y que tiene muchos de sus atributos, y es con ese ser con quien quiere tener comunión. Para poder amar a Dios de manera libre, debemos tener libre albedrío, debemos tener la capacidad de elegirle libre y voluntariamente como nuestro Dios y Padre, incluso debemos tener la capacidad de elegir no amarle o de rechazarle, es la única manera de que podamos demostrar que le amamos voluntaria y verdaderamente, es la única manera que podemos demostrarle a Dios qué camino o qué decisión hemos tomado, y que esa decisión no ha sido influenciada por él sino que proviene directamente de nuestra propia conciencia y voluntad.
Por supuesto que Dios tiene todo el poder para hacer lo que a él le plazca. El puede sanar enfermedades, él puede prolongar la vida a las personas, también podría acortársela por supuesto, él puede enviar lluvia para tener buenas cosechas, el puede hacer todo lo que nosotros nos podemos imaginar, pero… ¿Por qué entonces no lo hace? Para responder a eso, tenemos que mirar el versículo que está al lado del anterior y que dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y SEÑOREE en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, EN TODA LA TIERRA, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gen 1:26) Yo cambié a propósito esas palabras a mayúsculas, porque ahí está el secreto para responder esta pregunta. Si Dios pasara interviniendo en las cosas que hacemos, entonces dejaríamos de ser libres, como ya lo hemos dicho; pero además dejaríamos de ser los DUEÑOS Y SEÑORES DE LA TIERRA, tal como él lo dijo el día que nos creó . Sería como si usted le regalara una bicicleta a su hijo, y luego él tuviera que usarla solo en los momentos y en la forma en que a usted le parece y no como él quiere, o sea él no estaría capacitado para hacer lo que quiera con su bicicleta; esto: Primeramente, sería como si no se la hubiese regalado ¿verdad? Y luego, ¿Cómo podría usted saber si realmente él aprecia el regalo? ¿Cómo saber si realmente él sigue sus consejos de cuidado y buenas costumbres? Esta es la razón por la que Dios no interviene comúnmente en las cosas del hombre: “Él ha determinado que somos los dueños y señores de este mundo” y cuando él nos lo entregó tenía todo muy limpio, estaba todo bien equilibrado, y había mucha abundancia; por lo tanto todo lo que aquí sucede, pasa a ser de nuestra propia responsabilidad. Sin embargo debemos notar que a pesar de todo eso, Dios sí cuida de la humanidad, y ha hecho muchas cosas para convencernos de que está pendiente de nosotros, de que nos ama y de que desea un día estar junto a nosotros. A través de la historia, Dios se ha manifestado innumerables veces, ha enviado a su hijo único, para que podamos creer en él, y así ser salvos; y es más, él se manifestará activamente en la vida de cualquier ser humano, si este decide conducirse bajo la voluntad de Dios; o sea, cuando el hombre decide por si solo, no hacer casi nada guiado por su propia decisión, si no que lo pone todo en la voluntad de Dios. Es como si su hijo a pesar de haber recibido la bicicleta, y a pesar de saber que él es el dueño absoluto y tiene muy claro que puede hacer lo quiera con el aparato; de todas maneras decidiera preguntarle cuando puede salir con ella a la calle, o como es que debe cuidarla, o le pide consejos de como hacerle un buen mantenimiento. Esto demostraría que el joven realmente esta feliz y agradecido por lo que usted a hecho por él; y usted amorosamente le dará los mejores consejos y le ayudará en todo lo que necesite para tener siempre bien su bicicleta y hasta quizá le regale algo de dinero para que la hermosee ¿verdad? Así Dios, también puede intervenir en la vida de nosotros, sanando nuestras enfermedades, puede bendecirnos materialmente, puede consolarnos en los momentos de tristeza y hacer muchas cosas más; y tengo que aclarar, que no es solo una posibilidad, sino que así lo hace ¡Hay una inmensa nube de testigos!, que pueden dar fe de que así ha sido en sus vidas. Incluso tendríamos que decir que Dios interviene a veces en la vida de personas que ni siquiera creen en él; o quizá hasta reniegan de él. Nadie le puede decir a Dios lo que debe hacer, o pedirle cuentas de lo que hace, porque él es dueño de hacer lo que él quiera; tal como nosotros somos, y que también podemos ayudar no solo a nuestros hijos, sino a cualquier persona, y por cualquier motivo; y si por alguna razón decidimos no hacerlo, pensamos que somos completamente libres de haber tomado esa decisión. Así actúa Dios, y nosotros fuimos hechos a su imagen, por lo tanto actuamos, bajo ese mismo espejo de conducta.
Lo que puedo contestarle a la persona que me envió esta pregunta, es que si bien Dios tiene un plan para cada ser humano, y ese plan, que dicho sea de paso es eterno, no tiene mucho que ver con él en nuestro paso por este mundo, a no ser de que el hombre decida voluntaria y libremente depender de Dios en este mundo; entonces por supuesto, todo lo que le suceda a ese hombre será responsabilidad de Dios. Pero aquí debemos tomar en cuenta dos cosas: Primeramente que de todas maneras el hombre sigue siendo libre, y puede en cualquier momento decidir dejar de depender de Dios, así como también puede decidir seguir dependiendo de él toda su vida. Por otro lado, tenemos que estar conscientes que depender de Dios puede justamente significar que él nos use para dar testimonio a otros, para demostrar qué tanto amor tiene por la humanidad, y qué tan dispuesto esta a perdonar nuestras maldades; y en ese cometido, es posible que la persona utilizada por Dios tenga que pasar por momento difíciles, de dolor o sufrimiento y quizá hasta entregar su vida como testimonio de fidelidad. Veamos eso en una sola mirada a la vida de Jesús: Sufrió, pasó necesidades, fue rechazado, y murió a manos de hombres pecadores; y aún en la cruz, pidió perdón por ellos al Padre. Y si a nosotros no nos impacta la vida y pasión de Jesús, es probable que Dios tenga que seguir usando a sus hijos para impactar a las personas, quizá tenga que usar a nuestros familiares cercanos, quizá nosotros mismo tengamos que pasar por el valle de sombra y de muerte, para ser impactados por su amor, y así tener oportunidad de demostrar no solo a él, sino también a los demás, que tamaña fe tenemos y que determinación de seguir la senda que Jesús nos trazó; muchas veces es la única forma de poder entender su plan y tener la certeza de que todo esto sucede porque nos ama, porque desea tener comunión con nosotros y desea un día estar con nosotros. Las personas que están bajo la voluntad de Dios lo entienden perfectamente y se gozan en ello, pero es probable que las personas que no viven bajo esa voluntad sino que viven bajo su propia voluntad, solo vean que Dios finalmente no es tan bueno como muchos lo predican y que de todas maneras no ha tenido un buen plan para ellos. Como siempre espero que estas meditaciones, le lleven al convencimiento de que nuestro amoroso Dios, está pendiente y deseoso de tener comunión con cada ser humano, él desea bendecirnos y perdonar todas nuestras iniquidades, pero si algo de eso no sucede, no es por él, es por nosotros.
Que Dios les bendiga mucho. Amén.
Supongamos que una pareja de novios planea casarse pronto, ellos dentro de sus planes tienen el deseo y la ilusión de tener unos lindos hijos, a los cuales educarán hasta lograr que sean médicos profesionales. Casados ya ellos, logran tener un solo hijo y no dos como era su deseo, y al pasar el tiempo, el niño manifiesta que quiere ser futbolista; sus padres, por supuesto que no están de acuerdo con esta idea, porque piensan que no es la mejor opción, y no es nada parecido a lo que ellos habían planificado para él. Al fin el joven ya tiene edad y decide por lo que él quiere y no por lo que sus padres le piden.
Aunque esta es solo una sencilla ilustración, lo que trato de decir, es que el plan de Dios para cada ser humano, es algo parecido a lo que acabo de contar. Si alguien me pregunta: ¿Tiene Dios un plan para cada uno de nosotros? Yo le diría que sí y con toda seguridad. Luego esa persona pensará inmediatamente, pero… ¿Por qué ese plan para mí no es tan bueno, y es tan diferente al de mi prójimo, a quien parece que todo le sale bien? Quizá empiece a enumerar todas las cosas que de su vida no le gustan, puede quejarse de la esposa indiferente que tiene, del sueldo bajo que gana, de su salud que no es muy buena, o tal vez de sus hijos, que no han sido como a él le hubiese gustado, y muchas cosas más. En definitiva, no podrá entender porque Dios, si es tan sabio y soberano, no pudo haber trazado un mejor plan de vida para él, o es que ¿no es Dios así de poderoso como dicen?
Si bien es cierto que Dios tiene un plan de vida para cada uno de nosotros, este plan incluye un aspecto importante de una gran verdad bíblica, esta es: “Hemos sido hechos a la imagen de Dios” (Gen 1:27). Y, ¿qué significa eso? Significa que así como Dios es libre y soberano de hacer como a él le place, así también nosotros hemos sido hechos con esa capacidad de autodeterminación o libre albedrío; por lo tanto, y aunque el plan de Dios incluye con toda seguridad las mejores cosas para nosotros, estas no se llegan a cumplir porque nosotros intervenimos en el camino, y tomamos nuestras propias decisiones, y por lo tanto es lógico que también asumamos las consecuencias de las decisiones que tomamos. Es probable que debido a nuestra forma de ser, en algún momento solo tendamos a ver que Dios no nos ha trazado un buen plan de vida, y que no seamos capaces de aceptar que, si bien el plan no parece muy bueno, es solo el resultado de nuestra propia forma de actuar.
Por otro lado, tenemos que decir que, si alguien decide permanecer fiel a Dios, esto es con apego estricto a su palabra y a su consejo; ese alguien automáticamente entenderá que las cosas que sucedan en este mundo, no pueden influir para nada en desviar al hombre del plan de Dios, pues este plan en su parte más fundamental está diseñado para que el hombre llegue a vivir con Dios en la eternidad; y nuestra vida acá en la tierra solo sirve, por decirlo de alguna manera, para demostrarle a Dios que le amamos, que deseamos estar algún día con él y que allá donde vayamos, nos portaremos muy bien, así como ya lo estamos demostrando aquí en la tierra. Por lo tanto, el día que el hombre tenga que partir de éste mundo: los familiares que quedan aquí, la situación en que ellos quedan, en manos de quien quedan los negocios, las posesiones, etc., no son relevantes y no deberían influir en la vida del verdadero cristiano. Este, de por sí entenderá que Dios es suficientemente poderoso para cuidar de sus hijos, de su esposa y de sus familiares; y, el no pensar de esa forma es dejar de reconocerle esa capacidad a Dios, es dejar de creer en su amor por las personas, y hasta dejar de reconocer que él tiene un plan para cada cual. Si de alguna manera aceptamos que Dios tiene un plan para nosotros, creo que lo más básico es empezar pensando que él se ocupara de nosotros, de nuestra salud, de nuestros alimentos, de nuestro bienestar, pero, principalmente se preocupará de que lleguemos a obtener la vida eterna junto a él. El problema surge, cuando nosotros queremos que el plan de Dios sea a la medida de nuestros pensamientos, y a la medida de nuestros deseos. Actuamos por cuenta nuestra, hasta habernos alejado completamente de ese plan, y luego nos quejamos de que ese plan no es bueno para nosotros, o solamente lo vemos como bueno, mientras nuestras expectativas y nuestros deseos se cumplen, pero llega el momento donde algo deja de estar de acuerdo a lo que nosotros quisiéramos, y en ese momento recién pensamos que Dios no nos ha dado un buen plan para esta vida.
Ahora, es necesario aclarar que muchas de las cosas que nosotros vemos como estrictamente necesarias, para Dios no lo son; y mientras no tengamos los pensamientos parecidos a los de él, probablemente no entendamos estas cosas y tampoco podamos ver que su plan es bueno. Jesús les dijo a sus discípulos: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?” (Lc 12:22-24) No os afanéis por vuestra vida; eso quiere decir que no nos preocupemos mucho de que si viviremos o moriremos, pues si estamos seguros de que Dios nos ha dado una vida eterna, confiamos en que así es. Si no podemos conseguir pan, y nos llegásemos a morir de hambre, o de frío por no tener vestido, ̶ porque eso es lo que les pasa a algunos cuervos u otras aves ̶ ; sin embargo Jesús enseño que Dios los alimenta, y lo que vemos que les pasa a las aves, ese es el cuidado que Dios les da, y seguramente las aves se mueren sin renegar de Dios, y mientras viven, viven muy contentas con lo que tienen, sea poco o sea mucho; y es que a ellas ni siquiera se les ha prometido una vida eterna. Luego de presentar esta enseñanza, Jesús pregunta: ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¡Claro que Dios nos proporcionará un mejor cuidado!
Lo que nosotros debemos pensar es que muchas, por no decir todas las cosas malas que pasan en este mundo, no son por obra de Dios, sino que son por obra de nosotros mismos, lo seres humanos, y en algunos casos pueden ser obra o influencia de Satanás; por lo tanto la pobreza, los conflictos familiares, las enfermedades y toda clase de mal ha sido cultivado afanosamente por el ser humano, y si nos toca pasar por esos problemas, primero deberíamos pensar y aceptar que somos los autores de todo aquello, y luego aceptar que estas situaciones adversas, pueden servir para demostrarle a Dios, que de todas maneras confiamos en sus promesas, y que deseamos un día estar con él. Pero… ¿Cómo es eso? ¿Acaso Dios no tiene poder para controlarlo todo? Vuelvo a citar la sentencia bíblica: “Hemos sido hechos a la imagen de Dios”. Dios no va a intervenir en nuestro actuar, no tiene por qué hacerlo, porque eso significaría que no somos autodependientes o que no tenemos libre albedrío, significaría que no hemos sido hechos a su imagen; en ese caso pasaríamos a ser simplemente como los animales, y como ya dijimos, los animales no tienen el problema que tenemos nosotros los seres humanos; quiero decir que los animales no tienen el problema del afán por las cosas materiales, el problema del pecado, no tienen problemas de convivencia y si no fuera por el hombre, creo tampoco tendrían problemas de alimentación y hábitat.
Mas, como hemos sido hechos a la imagen de Dios, nosotros sí tenemos autodeterminación o libre albedrío, y Dios no quiere relacionarse con animales, aunque a ellos por supuesto que los ama; pero él ha hecho un ser superior, un ser que tiene conciencia de su libertad y que tiene muchos de sus atributos, y es con ese ser con quien quiere tener comunión. Para poder amar a Dios de manera libre, debemos tener libre albedrío, debemos tener la capacidad de elegirle libre y voluntariamente como nuestro Dios y Padre, incluso debemos tener la capacidad de elegir no amarle o de rechazarle, es la única manera de que podamos demostrar que le amamos voluntaria y verdaderamente, es la única manera que podemos demostrarle a Dios qué camino o qué decisión hemos tomado, y que esa decisión no ha sido influenciada por él sino que proviene directamente de nuestra propia conciencia y voluntad.
Por supuesto que Dios tiene todo el poder para hacer lo que a él le plazca. El puede sanar enfermedades, él puede prolongar la vida a las personas, también podría acortársela por supuesto, él puede enviar lluvia para tener buenas cosechas, el puede hacer todo lo que nosotros nos podemos imaginar, pero… ¿Por qué entonces no lo hace? Para responder a eso, tenemos que mirar el versículo que está al lado del anterior y que dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y SEÑOREE en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, EN TODA LA TIERRA, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gen 1:26) Yo cambié a propósito esas palabras a mayúsculas, porque ahí está el secreto para responder esta pregunta. Si Dios pasara interviniendo en las cosas que hacemos, entonces dejaríamos de ser libres, como ya lo hemos dicho; pero además dejaríamos de ser los DUEÑOS Y SEÑORES DE LA TIERRA, tal como él lo dijo el día que nos creó . Sería como si usted le regalara una bicicleta a su hijo, y luego él tuviera que usarla solo en los momentos y en la forma en que a usted le parece y no como él quiere, o sea él no estaría capacitado para hacer lo que quiera con su bicicleta; esto: Primeramente, sería como si no se la hubiese regalado ¿verdad? Y luego, ¿Cómo podría usted saber si realmente él aprecia el regalo? ¿Cómo saber si realmente él sigue sus consejos de cuidado y buenas costumbres? Esta es la razón por la que Dios no interviene comúnmente en las cosas del hombre: “Él ha determinado que somos los dueños y señores de este mundo” y cuando él nos lo entregó tenía todo muy limpio, estaba todo bien equilibrado, y había mucha abundancia; por lo tanto todo lo que aquí sucede, pasa a ser de nuestra propia responsabilidad. Sin embargo debemos notar que a pesar de todo eso, Dios sí cuida de la humanidad, y ha hecho muchas cosas para convencernos de que está pendiente de nosotros, de que nos ama y de que desea un día estar junto a nosotros. A través de la historia, Dios se ha manifestado innumerables veces, ha enviado a su hijo único, para que podamos creer en él, y así ser salvos; y es más, él se manifestará activamente en la vida de cualquier ser humano, si este decide conducirse bajo la voluntad de Dios; o sea, cuando el hombre decide por si solo, no hacer casi nada guiado por su propia decisión, si no que lo pone todo en la voluntad de Dios. Es como si su hijo a pesar de haber recibido la bicicleta, y a pesar de saber que él es el dueño absoluto y tiene muy claro que puede hacer lo quiera con el aparato; de todas maneras decidiera preguntarle cuando puede salir con ella a la calle, o como es que debe cuidarla, o le pide consejos de como hacerle un buen mantenimiento. Esto demostraría que el joven realmente esta feliz y agradecido por lo que usted a hecho por él; y usted amorosamente le dará los mejores consejos y le ayudará en todo lo que necesite para tener siempre bien su bicicleta y hasta quizá le regale algo de dinero para que la hermosee ¿verdad? Así Dios, también puede intervenir en la vida de nosotros, sanando nuestras enfermedades, puede bendecirnos materialmente, puede consolarnos en los momentos de tristeza y hacer muchas cosas más; y tengo que aclarar, que no es solo una posibilidad, sino que así lo hace ¡Hay una inmensa nube de testigos!, que pueden dar fe de que así ha sido en sus vidas. Incluso tendríamos que decir que Dios interviene a veces en la vida de personas que ni siquiera creen en él; o quizá hasta reniegan de él. Nadie le puede decir a Dios lo que debe hacer, o pedirle cuentas de lo que hace, porque él es dueño de hacer lo que él quiera; tal como nosotros somos, y que también podemos ayudar no solo a nuestros hijos, sino a cualquier persona, y por cualquier motivo; y si por alguna razón decidimos no hacerlo, pensamos que somos completamente libres de haber tomado esa decisión. Así actúa Dios, y nosotros fuimos hechos a su imagen, por lo tanto actuamos, bajo ese mismo espejo de conducta.
Lo que puedo contestarle a la persona que me envió esta pregunta, es que si bien Dios tiene un plan para cada ser humano, y ese plan, que dicho sea de paso es eterno, no tiene mucho que ver con él en nuestro paso por este mundo, a no ser de que el hombre decida voluntaria y libremente depender de Dios en este mundo; entonces por supuesto, todo lo que le suceda a ese hombre será responsabilidad de Dios. Pero aquí debemos tomar en cuenta dos cosas: Primeramente que de todas maneras el hombre sigue siendo libre, y puede en cualquier momento decidir dejar de depender de Dios, así como también puede decidir seguir dependiendo de él toda su vida. Por otro lado, tenemos que estar conscientes que depender de Dios puede justamente significar que él nos use para dar testimonio a otros, para demostrar qué tanto amor tiene por la humanidad, y qué tan dispuesto esta a perdonar nuestras maldades; y en ese cometido, es posible que la persona utilizada por Dios tenga que pasar por momento difíciles, de dolor o sufrimiento y quizá hasta entregar su vida como testimonio de fidelidad. Veamos eso en una sola mirada a la vida de Jesús: Sufrió, pasó necesidades, fue rechazado, y murió a manos de hombres pecadores; y aún en la cruz, pidió perdón por ellos al Padre. Y si a nosotros no nos impacta la vida y pasión de Jesús, es probable que Dios tenga que seguir usando a sus hijos para impactar a las personas, quizá tenga que usar a nuestros familiares cercanos, quizá nosotros mismo tengamos que pasar por el valle de sombra y de muerte, para ser impactados por su amor, y así tener oportunidad de demostrar no solo a él, sino también a los demás, que tamaña fe tenemos y que determinación de seguir la senda que Jesús nos trazó; muchas veces es la única forma de poder entender su plan y tener la certeza de que todo esto sucede porque nos ama, porque desea tener comunión con nosotros y desea un día estar con nosotros. Las personas que están bajo la voluntad de Dios lo entienden perfectamente y se gozan en ello, pero es probable que las personas que no viven bajo esa voluntad sino que viven bajo su propia voluntad, solo vean que Dios finalmente no es tan bueno como muchos lo predican y que de todas maneras no ha tenido un buen plan para ellos. Como siempre espero que estas meditaciones, le lleven al convencimiento de que nuestro amoroso Dios, está pendiente y deseoso de tener comunión con cada ser humano, él desea bendecirnos y perdonar todas nuestras iniquidades, pero si algo de eso no sucede, no es por él, es por nosotros.
Que Dios les bendiga mucho. Amén.
Guerra
ESCRITURA:
Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
APLICACIÓN:
Si el país fuese invadido y subyugado por otro país, usted ¿sería capaz de permanecer indiferente? ¿Aplaudiría a esos invasores? ¿Se enrolaría en las filas del ejército, para defender a su país? La actitud que usted tomase frente a una situación así, determinaría quién es usted, o a cuál de los dos países pertenece ¿verdad?
A los hijos de Dios les ha sido entregado este mundo para cuidarlo y vivir en él, pero hemos sido invadidos por tropas enemigas; y, lo peor de todo es que ellos están usando una táctica letal e infalible. Ellos están usando la mimetización y la infiltración; están predicando casi las mismas cosas que nosotros, usan los mismos métodos y hasta ofrecen mejores panoramas para el futuro. Todo lo que dicen es falso; pero muchos son los ingenuos que creen y otros ni siquiera se dan cuenta que estamos en guerra, otros, piensan que nosotros somos los enemigos. ¡Vaya que guerra tan terrible!
ACCIÓN;
¿Cuál es su actitud frente a esta terrible invasión? ¿Le es indiferente? ¿Los aplaude? ¿Trata de desenmascararlos? ¿Trabaja para ellos? La actitud que usted tome frente a esta guerra, le indicará a nuestro Rey Jesús de qué lado está usted. Únase al ejército vencedor, únase a Jesús.
19 de julio de 2012
Señor… ¿Por qué les suceden situaciones adversas a los que se allegan a la Iglesia?,..... Eso me atemoriza.
Pablo era un hombre exitoso, tenía muy buena posición, tanto social como económica dentro de la sociedad en que vivía; sus amigos y familiares estaban dentro de la clase privilegiada judía, aquella que gozaba no solo de un buen nivel económico, sino también de buenas influencias dentro del pueblo judío y también dentro del gobierno romano. En el campo religioso él era un hombre destacado, que estaba haciendo aquello que creía de todo corazón, aquello que le habían enseñado sus padres y maestros; y por la forma en que pensaba y actuaba, cumplía fielmente con sus obligaciones frente a Dios. Eso, en algunos casos significaba defender lo que creía de una manera muy directa, firme y en completa consonancia con la clase dirigencial de su religión. Cuando las cosas se pusieron un tanto ácidas, por la aparición de nuevos liderazgos y la predicación de nuevas corrientes de pensamiento con respecto a Dios, su iglesia o su sector, decidió defender su posición aún con la amenaza, la persecución y muerte de algunos que estaban enredando la cuestión. Pablo estaba allí luchando también contra eso, persiguiendo gente desviada, entregándola para ser echada en la cárcel, porque creía que esa era su obligación. Pero un día, camino de Damasco y con motivo de perseguir a los que consideraba desviados de la verdadera doctrina, Pablo se encontró con Jesús, y aunque solo escucho su voz y vio una potente luz, debemos decir que la voz fue perfectamente audible, pues la escucharon también algunos que viajaban con él, y por medio de esa voz, Jesús hizo contacto con él; (Hechos 9:1-19, 22:6-16, 26:12-18) y desde ese momento Pablo supo con certeza que lo que estaba haciendo estaba completamente errado. Decidió cambiarse de iglesia, desde ahora pertenecería a la iglesia de ‘El camino’ a la cual también pertenecían los desviados que había estado persiguiendo. Y, como dice y piensa nuestro amigo que nos envió esta pregunta, el hombre de la historia o sea Pablo de Tarso, empezó a tener múltiples problemas; su familia, por supuesto lo rechazó de plano, se avergonzaban de él; sus amigos ahora eran sus enemigos, pues como las cosas se habían puesto tan calientes, y las diferencias se estaban transando a golpes, apedreamientos, y cárcel, él al pertenecer al bando opuesto, tuvo que sufrir las consecuencias de su decisión. Para qué podríamos hablar de su situación económica, él tuvo que dejar todos sus negocios, y ahora solo huía. Muchas veces estuvo en la cárcel, otras tantas veces, en peligros de muerte, cinco veces fue azotado por los judíos con el máximo nivel de crueldad, esto es, con cuarenta azotes menos uno; tres veces fue azotado con varas, otra clase de castigo muy doloroso y cruel; una vez ha sido apedreado, salvándose de la muerte solo por milagro; tres veces ha padecido naufragio; ha estado muchas veces huyendo por caminos desconocidos e inseguros, en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de su nación, peligros de los gentiles, quienes también lo perseguían y atacaban, ha estado en peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; ha tenido que vivir en trabajo duro y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. (2Co 11:24-27) Pablo, después de decidir seguir a Jesús, no solo sufría por lo que le hacían a él, sino también por lo que sufrían los demás perseguidos, pues su manera de ser y de pensar habían cambiado, sus sentimientos ahora eran diferentes, y estaba como obligado a sufrir dolor y tristeza por las cosas que sufrían sus hermanos en la fe; Pablo ya no podía defenderse con golpes como antes, ahora sentía que la ley del ‘Ojo por ojo, diente por diente’ ya no era para él, ahora él había entendido que debía perdonar a sus enemigos y debía orar por ellos.
Realmente, si lo vemos por ese lado, y quizá es lo que hace el amigo que nos ha hecho esta pregunta, podríamos preguntarnos: ¿valía la pena que Pablo se cambiara de religión?, o ¿de qué le sirvió a Pablo seguir la religión de Cristo? Nuestro amigo no está muy equivocado al pensar que a los que se allegan a la iglesia de Cristo, le empiezan a suceder situaciones adversas; aunque, en nuestro tiempo, no son cosas tan críticas como las que sufrió Pablo, pero sí, de todas maneras hay un desacomodo en cada vida cotidiana que se entrega al camino del Señor. Sin embargo debemos aclarar que esta no es una regla, o sea no es que seguir a Cristo sea sinónimo de sufrimiento, porque también es posible que la gente cambie su situación para el ‘estar mejor’, para el recuperar su salud, para el tener una mejor convivencia familiar, y muchas cosas como esas. Lo que podríamos decir que sucede, y esto con cierta lógica, es que la gente que está bien es este mundo, materialmente hablando, puede llegar a sentir incomodidad o quizá llegue a experimentar sufrimiento; pero aquellos que están en la miseria y el sufrimiento, podrían experimentar todo lo contrario al acercarse a Cristo. En la Biblia, Pablo no es el único que tiene un vuelco hacia el sufrimiento, y son muy pocos los casos en que, a los que siguen a Cristo les comienza a ir muy bien. Casi todos los que han decidido seguir a Cristo tuvieron que tener un vuelco hacia la incomodidad y el sufrimiento; ellos, y por la situación que se dio en ese tiempo, forzosamente tuvieron que pasar por penas y dificultades, estrecheces y persecuciones y porque no decirlo, hasta llegar a perder la vida por esta causa; pero si hasta el mismo Cristo, nuestro Señor, del cual usted puede revisar su vida muy ampliamente en los evangelios, todo lo que le sucedió fue adverso, a tal grado que tuvo que morir enfrentando las dificultades y contradicciones.
Hoy en día, hay mucha predicación que nos entrega un mensaje que dice todo lo contrario, mucha gente presenta el mensaje de Cristo como sinónimo de bienestar, de prosperidad, de convivencia armónica, etc.; en definitiva, es un mensaje animador, algo que invita a entrar en la religión de Cristo pensando en esa idea; pero la gente que decide seguir este camino, en la mayoría de los casos se encuentra con que eso que decía el mensaje, no está precisamente en la iglesia, y aunque lo busca y trata de convencerse que algo de eso hay, muchos acaban fuera de la iglesia y completamente decepcionados, y algunos hasta se sienten engañados, sirviendo estos de testimonio de que lo que se predica en las iglesias evangélicas, no es cierto. Podríamos decir que esa es una de las primeras barreras que impide a la iglesia de hoy, crecer como creció en los días de Pablo, porque la gente en los días de Pablo, no se unió a la iglesia, por el interés de estar mejor, si no casi consciente de que le iría peor, materialmente hablando; pero lo que les interesaba era estar con Cristo, sentir su presencia, transitar por el camino de la verdad, estar en la verdadera religión, aquella que ofrece la vida eterna.
Desde el punto de vista humano, diríamos que está garantizado que aquél que decide seguir a Cristo, tendrá que sufrir y padecer, y no es porque así piense yo, sino que, Cristo mismo lo advirtió con estas palabras: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33); y este es uno de los versículos más suaves que nos hablan de la adversidad que le espera al verdadero cristiano, pero Jesús fue muy sincero cuando nos dijo eso, porque eso es lo que podemos ver que le ha pasado a mucha gente que se menciona en la Biblia, y ¿Por qué nosotros tendríamos que tener un destino diferente? Acaso, ¿no serían para nosotros también esas palabras?
Ahora bien, todo esto que hemos venido comentando y como ya lo hemos dicho, es el punto de vista netamente humano, o sea a nosotros como seres humanos y terrenales, no nos parece muy atrayente seguir a Cristo, porque no nos gusta ir de mal en peor, nadie quiere así por así someterse voluntariamente a una situación conflictiva; pero debemos pensar que hay otro punto de vista desde el cual también podemos ver las cosas, y este es el punto de vista de Dios. Y, desde el punto de vista de Dios, las cosas físicas o las situaciones no cambian, esto quiere decir que el sufrimiento, la estrechez económica, la enfermedad o cualquier otro sufrimiento, seguramente van a continuar ahí; pero la percepción y la motivación que recibimos al seguir a Cristo no es la misma. Voy a explicarlo: Desde el punto de vista de Dios, el hombre que verdaderamente decide seguir a Cristo, lo hace por varias razones, a saber: Primero, porque comprende que la vida que tenemos en este mundo, no es la única opción; si no que, Jesús nos mostró el verdadero y real camino, y ese camino es: vida en este mundo para encontrar a Dios, luego la muerte en Cristo, y la resurrección para vida eterna. Entonces, cuando el hombre entiende que tiene esa opción, las cosas que pasan aquí en este mundo, pierden mucho de su relevancia, haciendo que a cada ser humano que decide seguir a Cristo, le empiece a interesar otro objetivo mayor como es el de alcanzar la vida eterna; porque al mismo tiempo que entiende eso, entiende otra de las razones por las que vale la pena seguir a Cristo, entiende que no seguir a Cristo, encierra realmente un grave peligro, como es el de ir a parar a un lugar terrible de castigo; la biblia dice al respecto: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Jn 3:36) Desde el punto de vista de Dios, cuando se decide seguir a Cristo, no lo hacemos por el mero interés de estar mejor en este mundo, sino con la idea de alcanzar esa promesa de eternidad junto a él, más no debemos ver que el castigo de Dios, es como un medio por el cual el hombre está casi obligado a seguir a Cristo, porque si hay algo de lo cual el hombre es completamente libre es justamente de su elección, el hombre puede elegir amar a Dios o puede elegir lo contrario, sin embargo Dios si se ha preocupado de entregarle este panorama del futuro a cada hombre, o sea el hombre si elige estar contra Dios, lo elige libremente pero también consciente de lo que le sucederá más allá de esta vida; porque aquí hay otra razón de la cual nos olvidamos fácilmente y es el hecho de que hemos sido hechos a la imagen de Dios, lo que significa en uno de sus aspectos, que somos eternos; y aquí llegamos a descubrir y preguntarnos ¿Dónde pasaremos esa eternidad? Es evidente que el hombre en cierta manera ya tiene una vida eterna, pero donde pasará esa eternidad, esa debiera ser la pregunta que debería hacerse todo ser humano, y una de las opciones que tiene es pasar junto a su Dios gozando de felicidad, pero también se podría elegir voluntariamente pasar esa eternidad en un lugar de castigo eterno.
Ahora deseo que pensemos en otra razón importante que nos lleva a elegir el camino de Cristo, y que tiene que ver con estos dos puntos de vista, el terrenal y el celestial o sea el estar bien o estar mal en este mundo: ¿Cómo, podríamos demostrarle verdadera fidelidad a Dios? Veamos una ilustración: Si un hombre vive en riqueza, juventud y salud, lo más probable es que muchas mujeres le digan y hagan muchas cosas para demostrar que le aman y que desean vivir junto a él, pero si esa persona, pierde todo lo que tenía, incluso su salud, y aún así alguna mujer continúa a su lado, para ayudarle y acompañarle, ella sí demostrará que verdaderamente le ama ¿verdad? Así es como nos sucede a nosotros, no podríamos demostrar a Dios, que le amamos en las buenas y en las malas, si de ninguna manera queremos estar en las malas junto a él; por lo tanto para el hombre que decide seguir a Cristo, las dificultades, dejan de ser una carga y un dolor, y quizá hasta haya alguien incluso que comience a considerar aquello como una bendición, de lo contrario, ¿cómo podríamos entender estos versículos? “gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración” (Rom 12:12); “Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos” (Heb 10:34); “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo” (1 Tes 1:6).
Desde el punto de vista de Dios, podemos ver claramente que todas las cosas que suceden en este mundo, pasan a ser positivas; bueno como humanos ya sabemos que cosas son buenas, así que éstas pueden seguir siéndolo; pero aquellas que sabemos que son malas, pueden convertirse en buenas y las llegaremos a vivir con paz y alegría. Por ejemplo si alguien se enferma, podría llegar a experimentar el poder de Dios en la sanidad, y eso le hará sentirse mucho más seguro de su fe, porque si nunca se enferma, no tendría ninguna posibilidad de experimentar esa bendición ¿verdad? Ahora si esa persona no sana, es probable que en ese estado, y con su fe firme, pueda convertir a algunos de sus familiares o amigos, porque ellos al comprobar su fe, su paz y tranquilidad, aún en los días cercanos a la muerte, quizá lleguen a convencerse de cuán bueno es seguir a Cristo, porque nadie puede conseguir paz en medio de la tribulación, si no es junto a Cristo Jesús. Y por último si esa persona se llegara a morir, él morirá muy tranquilo, sabiendo que nada malo le espera, mas al contrario le espera una vida maravillosa junto a su Dios, ¿Cuál podría ser el motivo de su tristeza? ¿Quién podrá quitarle su gozo? La Biblia nos enseña esto así: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual —dice Pablo— estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom 8:35-39)
Cuando se ven las cosas desde el punto de vista de Dios, en muchos casos, por no decir en todos, se ve que el estar bien en este mundo, el tener bienes materiales, buena salud, y muchas cosas que nosotros consideramos buenas, ellas pueden llegar a ser un peligro para el ser humano. Y, ¿Cuál es la razón para decir eso? Pareciera que esa respuesta debemos sacarla mirando a nuestro alrededor, pues la gente que tiene riquezas y felicidad en este mundo, vemos como deja de interesarle el mundo venidero, por lo que se le hace muy difícil seguir a Cristo, pero si el hombre sufre y llora en este mundo, casi podríamos decir que tiene asegurado que descubrirá a su Dios y le seguirá con alegría. Esta no es una estrategia de Dios para hacer que el hombre le busque, sino que es una muestra de cuán malos y absurdos somos nosotros los seres humanos. Jesús graficó esto en algunas de sus enseñanzas: “… pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!” (Mar 10:24) “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6:19-21) “Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (mar 4:18-19)
Entonces vamos a concluir este pequeño artículo, diciendo que el estar bien o tener bienes o ausencia de sufrimiento en este mundo, podría ser una especie de trampa para el hombre por medio de la cual, nunca podríamos encontrar a Dios; pero Dios no nos ha puesto como condición el ser sufrientes o pobres para poder aceptarnos, sino que esa es una condición netamente humana. Sin embargo deseo dejar bien en claro que el no buscar a Dios, el no encontrarlo y el no seguirlo, es una garantía de que iremos a parar a un lugar de castigo eterno, el cual la biblia le llama ‘el infierno’ Puede ser que el seguir o no seguir a Dios en este mundo, parezca algo trivial y sin importancia; pero debemos estar conscientes de que traerá grandes consecuencias en el mundo venidero. Y, para aquellos que no han probado del amor de Dios, quiero decir que el seguir a Cristo trae las más grandes bendiciones que el hombre pudiera encontrar, porque eso de vivir en paz y tranquilidad, aún en los días de tribulación, eso de enfrentar la muerte casi con una cierta alegría, no se puede conseguir en ninguna parte, no hay dinero que eso lo pueda comprar, solo lo hace la fe de aquellos que están seguros de su destino en la eternidad. Pero después de tenerlo todo en este mundo, y llegar a la muerte en medio de la desesperación e incertidumbre, creo que es una de las cosas más terribles a las que el hombre se somete voluntariamente.
Le quiero decir a mi amigo, al que me envió esta pregunta, que no está muy equivocado en su apreciación de lo que le pasa a las personas cuando deciden seguir a Cristo, pero quiero aclararle que eso no es el deseo de Dios ni es una especie de castigo para aceptarlo como hijo, aunque bien podríamos merecerlo; sino que esa sensación que tenemos de castigo y sufrimiento, es fruto de nuestro apego al mundo, a lo terrenal, nosotros estamos tan acostumbrados a valorar todo en relación a lo que pasa aquí en la tierra, que nos parece muy difícil y doloroso aceptar el perder o retroceder en muchos aspectos, hasta llegar a aceptar que muchas de esas cosas que amamos tanto no las necesitamos, y que alguna perdida o sufrimiento nos pueden traer acaso un bien, como es el de reforzar la fe en Cristo; la cual no es fácil encontrar y cultivar. Por lo tanto el desacomodarnos en este mundo es casi la única manera de encontrar el camino de la fe en Cristo Jesús, por lo que más valioso es, que nos desacomodemos ¡YA!, y ahora, a que pensemos hacerlo en el futuro, pues puede suceder que eso nunca lo hagamos. Reciban ustedes muy ricas bendiciones de parte de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
Realmente, si lo vemos por ese lado, y quizá es lo que hace el amigo que nos ha hecho esta pregunta, podríamos preguntarnos: ¿valía la pena que Pablo se cambiara de religión?, o ¿de qué le sirvió a Pablo seguir la religión de Cristo? Nuestro amigo no está muy equivocado al pensar que a los que se allegan a la iglesia de Cristo, le empiezan a suceder situaciones adversas; aunque, en nuestro tiempo, no son cosas tan críticas como las que sufrió Pablo, pero sí, de todas maneras hay un desacomodo en cada vida cotidiana que se entrega al camino del Señor. Sin embargo debemos aclarar que esta no es una regla, o sea no es que seguir a Cristo sea sinónimo de sufrimiento, porque también es posible que la gente cambie su situación para el ‘estar mejor’, para el recuperar su salud, para el tener una mejor convivencia familiar, y muchas cosas como esas. Lo que podríamos decir que sucede, y esto con cierta lógica, es que la gente que está bien es este mundo, materialmente hablando, puede llegar a sentir incomodidad o quizá llegue a experimentar sufrimiento; pero aquellos que están en la miseria y el sufrimiento, podrían experimentar todo lo contrario al acercarse a Cristo. En la Biblia, Pablo no es el único que tiene un vuelco hacia el sufrimiento, y son muy pocos los casos en que, a los que siguen a Cristo les comienza a ir muy bien. Casi todos los que han decidido seguir a Cristo tuvieron que tener un vuelco hacia la incomodidad y el sufrimiento; ellos, y por la situación que se dio en ese tiempo, forzosamente tuvieron que pasar por penas y dificultades, estrecheces y persecuciones y porque no decirlo, hasta llegar a perder la vida por esta causa; pero si hasta el mismo Cristo, nuestro Señor, del cual usted puede revisar su vida muy ampliamente en los evangelios, todo lo que le sucedió fue adverso, a tal grado que tuvo que morir enfrentando las dificultades y contradicciones.
Hoy en día, hay mucha predicación que nos entrega un mensaje que dice todo lo contrario, mucha gente presenta el mensaje de Cristo como sinónimo de bienestar, de prosperidad, de convivencia armónica, etc.; en definitiva, es un mensaje animador, algo que invita a entrar en la religión de Cristo pensando en esa idea; pero la gente que decide seguir este camino, en la mayoría de los casos se encuentra con que eso que decía el mensaje, no está precisamente en la iglesia, y aunque lo busca y trata de convencerse que algo de eso hay, muchos acaban fuera de la iglesia y completamente decepcionados, y algunos hasta se sienten engañados, sirviendo estos de testimonio de que lo que se predica en las iglesias evangélicas, no es cierto. Podríamos decir que esa es una de las primeras barreras que impide a la iglesia de hoy, crecer como creció en los días de Pablo, porque la gente en los días de Pablo, no se unió a la iglesia, por el interés de estar mejor, si no casi consciente de que le iría peor, materialmente hablando; pero lo que les interesaba era estar con Cristo, sentir su presencia, transitar por el camino de la verdad, estar en la verdadera religión, aquella que ofrece la vida eterna.
Desde el punto de vista humano, diríamos que está garantizado que aquél que decide seguir a Cristo, tendrá que sufrir y padecer, y no es porque así piense yo, sino que, Cristo mismo lo advirtió con estas palabras: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33); y este es uno de los versículos más suaves que nos hablan de la adversidad que le espera al verdadero cristiano, pero Jesús fue muy sincero cuando nos dijo eso, porque eso es lo que podemos ver que le ha pasado a mucha gente que se menciona en la Biblia, y ¿Por qué nosotros tendríamos que tener un destino diferente? Acaso, ¿no serían para nosotros también esas palabras?
Ahora bien, todo esto que hemos venido comentando y como ya lo hemos dicho, es el punto de vista netamente humano, o sea a nosotros como seres humanos y terrenales, no nos parece muy atrayente seguir a Cristo, porque no nos gusta ir de mal en peor, nadie quiere así por así someterse voluntariamente a una situación conflictiva; pero debemos pensar que hay otro punto de vista desde el cual también podemos ver las cosas, y este es el punto de vista de Dios. Y, desde el punto de vista de Dios, las cosas físicas o las situaciones no cambian, esto quiere decir que el sufrimiento, la estrechez económica, la enfermedad o cualquier otro sufrimiento, seguramente van a continuar ahí; pero la percepción y la motivación que recibimos al seguir a Cristo no es la misma. Voy a explicarlo: Desde el punto de vista de Dios, el hombre que verdaderamente decide seguir a Cristo, lo hace por varias razones, a saber: Primero, porque comprende que la vida que tenemos en este mundo, no es la única opción; si no que, Jesús nos mostró el verdadero y real camino, y ese camino es: vida en este mundo para encontrar a Dios, luego la muerte en Cristo, y la resurrección para vida eterna. Entonces, cuando el hombre entiende que tiene esa opción, las cosas que pasan aquí en este mundo, pierden mucho de su relevancia, haciendo que a cada ser humano que decide seguir a Cristo, le empiece a interesar otro objetivo mayor como es el de alcanzar la vida eterna; porque al mismo tiempo que entiende eso, entiende otra de las razones por las que vale la pena seguir a Cristo, entiende que no seguir a Cristo, encierra realmente un grave peligro, como es el de ir a parar a un lugar terrible de castigo; la biblia dice al respecto: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Jn 3:36) Desde el punto de vista de Dios, cuando se decide seguir a Cristo, no lo hacemos por el mero interés de estar mejor en este mundo, sino con la idea de alcanzar esa promesa de eternidad junto a él, más no debemos ver que el castigo de Dios, es como un medio por el cual el hombre está casi obligado a seguir a Cristo, porque si hay algo de lo cual el hombre es completamente libre es justamente de su elección, el hombre puede elegir amar a Dios o puede elegir lo contrario, sin embargo Dios si se ha preocupado de entregarle este panorama del futuro a cada hombre, o sea el hombre si elige estar contra Dios, lo elige libremente pero también consciente de lo que le sucederá más allá de esta vida; porque aquí hay otra razón de la cual nos olvidamos fácilmente y es el hecho de que hemos sido hechos a la imagen de Dios, lo que significa en uno de sus aspectos, que somos eternos; y aquí llegamos a descubrir y preguntarnos ¿Dónde pasaremos esa eternidad? Es evidente que el hombre en cierta manera ya tiene una vida eterna, pero donde pasará esa eternidad, esa debiera ser la pregunta que debería hacerse todo ser humano, y una de las opciones que tiene es pasar junto a su Dios gozando de felicidad, pero también se podría elegir voluntariamente pasar esa eternidad en un lugar de castigo eterno.
Ahora deseo que pensemos en otra razón importante que nos lleva a elegir el camino de Cristo, y que tiene que ver con estos dos puntos de vista, el terrenal y el celestial o sea el estar bien o estar mal en este mundo: ¿Cómo, podríamos demostrarle verdadera fidelidad a Dios? Veamos una ilustración: Si un hombre vive en riqueza, juventud y salud, lo más probable es que muchas mujeres le digan y hagan muchas cosas para demostrar que le aman y que desean vivir junto a él, pero si esa persona, pierde todo lo que tenía, incluso su salud, y aún así alguna mujer continúa a su lado, para ayudarle y acompañarle, ella sí demostrará que verdaderamente le ama ¿verdad? Así es como nos sucede a nosotros, no podríamos demostrar a Dios, que le amamos en las buenas y en las malas, si de ninguna manera queremos estar en las malas junto a él; por lo tanto para el hombre que decide seguir a Cristo, las dificultades, dejan de ser una carga y un dolor, y quizá hasta haya alguien incluso que comience a considerar aquello como una bendición, de lo contrario, ¿cómo podríamos entender estos versículos? “gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración” (Rom 12:12); “Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos” (Heb 10:34); “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo” (1 Tes 1:6).
Desde el punto de vista de Dios, podemos ver claramente que todas las cosas que suceden en este mundo, pasan a ser positivas; bueno como humanos ya sabemos que cosas son buenas, así que éstas pueden seguir siéndolo; pero aquellas que sabemos que son malas, pueden convertirse en buenas y las llegaremos a vivir con paz y alegría. Por ejemplo si alguien se enferma, podría llegar a experimentar el poder de Dios en la sanidad, y eso le hará sentirse mucho más seguro de su fe, porque si nunca se enferma, no tendría ninguna posibilidad de experimentar esa bendición ¿verdad? Ahora si esa persona no sana, es probable que en ese estado, y con su fe firme, pueda convertir a algunos de sus familiares o amigos, porque ellos al comprobar su fe, su paz y tranquilidad, aún en los días cercanos a la muerte, quizá lleguen a convencerse de cuán bueno es seguir a Cristo, porque nadie puede conseguir paz en medio de la tribulación, si no es junto a Cristo Jesús. Y por último si esa persona se llegara a morir, él morirá muy tranquilo, sabiendo que nada malo le espera, mas al contrario le espera una vida maravillosa junto a su Dios, ¿Cuál podría ser el motivo de su tristeza? ¿Quién podrá quitarle su gozo? La Biblia nos enseña esto así: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual —dice Pablo— estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom 8:35-39)
Cuando se ven las cosas desde el punto de vista de Dios, en muchos casos, por no decir en todos, se ve que el estar bien en este mundo, el tener bienes materiales, buena salud, y muchas cosas que nosotros consideramos buenas, ellas pueden llegar a ser un peligro para el ser humano. Y, ¿Cuál es la razón para decir eso? Pareciera que esa respuesta debemos sacarla mirando a nuestro alrededor, pues la gente que tiene riquezas y felicidad en este mundo, vemos como deja de interesarle el mundo venidero, por lo que se le hace muy difícil seguir a Cristo, pero si el hombre sufre y llora en este mundo, casi podríamos decir que tiene asegurado que descubrirá a su Dios y le seguirá con alegría. Esta no es una estrategia de Dios para hacer que el hombre le busque, sino que es una muestra de cuán malos y absurdos somos nosotros los seres humanos. Jesús graficó esto en algunas de sus enseñanzas: “… pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!” (Mar 10:24) “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6:19-21) “Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (mar 4:18-19)
Entonces vamos a concluir este pequeño artículo, diciendo que el estar bien o tener bienes o ausencia de sufrimiento en este mundo, podría ser una especie de trampa para el hombre por medio de la cual, nunca podríamos encontrar a Dios; pero Dios no nos ha puesto como condición el ser sufrientes o pobres para poder aceptarnos, sino que esa es una condición netamente humana. Sin embargo deseo dejar bien en claro que el no buscar a Dios, el no encontrarlo y el no seguirlo, es una garantía de que iremos a parar a un lugar de castigo eterno, el cual la biblia le llama ‘el infierno’ Puede ser que el seguir o no seguir a Dios en este mundo, parezca algo trivial y sin importancia; pero debemos estar conscientes de que traerá grandes consecuencias en el mundo venidero. Y, para aquellos que no han probado del amor de Dios, quiero decir que el seguir a Cristo trae las más grandes bendiciones que el hombre pudiera encontrar, porque eso de vivir en paz y tranquilidad, aún en los días de tribulación, eso de enfrentar la muerte casi con una cierta alegría, no se puede conseguir en ninguna parte, no hay dinero que eso lo pueda comprar, solo lo hace la fe de aquellos que están seguros de su destino en la eternidad. Pero después de tenerlo todo en este mundo, y llegar a la muerte en medio de la desesperación e incertidumbre, creo que es una de las cosas más terribles a las que el hombre se somete voluntariamente.
Le quiero decir a mi amigo, al que me envió esta pregunta, que no está muy equivocado en su apreciación de lo que le pasa a las personas cuando deciden seguir a Cristo, pero quiero aclararle que eso no es el deseo de Dios ni es una especie de castigo para aceptarlo como hijo, aunque bien podríamos merecerlo; sino que esa sensación que tenemos de castigo y sufrimiento, es fruto de nuestro apego al mundo, a lo terrenal, nosotros estamos tan acostumbrados a valorar todo en relación a lo que pasa aquí en la tierra, que nos parece muy difícil y doloroso aceptar el perder o retroceder en muchos aspectos, hasta llegar a aceptar que muchas de esas cosas que amamos tanto no las necesitamos, y que alguna perdida o sufrimiento nos pueden traer acaso un bien, como es el de reforzar la fe en Cristo; la cual no es fácil encontrar y cultivar. Por lo tanto el desacomodarnos en este mundo es casi la única manera de encontrar el camino de la fe en Cristo Jesús, por lo que más valioso es, que nos desacomodemos ¡YA!, y ahora, a que pensemos hacerlo en el futuro, pues puede suceder que eso nunca lo hagamos. Reciban ustedes muy ricas bendiciones de parte de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
Espera en Él
ESCRITURA
Isaías 1:2 “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí”
APLICACIÓN
Leí un proverbio danés que decía: “Dele a un cerdo cuando gruñe y a un niño cuando llora, y tendrá un cerdo bueno y un niño malcriado” Es seguro que los que usaron este proverbio, comprobaron que así es la conducta humana; y creo que esto, también se puede aplicar a nuestra relación con Dios. La mayoría de nosotros desea que Dios nos concediera aquello que nosotros deseamos, y… que fuera ¡Ya! Ni siquiera nos detenemos a pensar en que si eso que deseamos, es realmente necesario, y aunque fuese necesario, no pensamos en que si aquello ¿mejoría nuestra relación con él? Son muchas las veces que Dios no nos concede lo que deseamos, solo por que no desea malcriarnos, no desea que seamos más egoístas y rebeldes, ni desea que estemos más entretenidos e indiferentes a él. Muchas veces, cuando tenemos nuestras más urgentes necesidades, es cuando pasamos nuestros mejores momentos de comunión con nuestro amoroso Dios.
ACCIÓN
El Salmo 37:7 dice: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, ni por el hombre que hace maldades” Haga de este versículo, el lema de su vida a partir de hoy. Amén.
25 de junio de 2012
Los de la torre de Babel
ESCRITURA
Génesis 11:4 “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”
APLICACIÓN
Imaginemos a los descendientes de Nimrod, quienes saben que la humanidad ha sido eliminada con un diluvio. Ellos se reúnen en Babel y deciden hacer una torre para escapar de un posible nuevo diluvio. Si su torre hubiese sido terminada, con seguridad no sería más alta que una pequeña montaña, y si todos corriesen a refugiarse allí cuando el agua empiece a cubrir las más altas montañas: ¿Usted cree que alguien se hubiese salvado? ¿Le parece una ingenuidad como pensaba esa gente? Le diré que la generación de hoy, es mucho más ingenua que los de Babel. Algunos creen que revertirán el daño que le hemos hecho a este mundo y que lo convertiremos en nuestra morada feliz; otros son aún más avezados, piensan que la humanidad se establecerá en algún planeta lejano, y allí empezará de nuevo. A pesar de que Dios les dijo a los posdiluvianos, que nunca más inundaría la tierra, ellos no creyeron y siguieron su propio plan; así hoy, a pesar de que Dios nos ha dicho que solo hay esperanza en Jesús, mediante el cual el mundo puede ser salvo, la gente prefiere seguir su propio plan, que es mucho más absurdo que el de Nimrod.
ACCIÓN
Sé la razón por la que a la gente de hoy le cuesta mucho confiar en las palabras de nuestro Señor, les parece la acción más inútil e ingenua que pudiera hacer el hombre moderno; pero es exactamente al revés, es una de las más sabias que pudieran existir. Usted no se salvará si sigue los planes del mundo; siga a Jesús, en él esta su salvación. Amén.
David y Goliat
ESCRITURA:
MARCOS 10:15 “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
APLICACIÓN:
Durante un culto familiar, el padre se esforzaba por destacar la gran valentía de David, al enfrentarse a Goliat, y vencerlo; pero el hijo de siete años de la familia dijo: ─ No veo que David hiciera gran cosa papá ─ y el papá contestó: ─ ¡Pero hijo, si estoy diciendo que Goliat era gigante, y un hombre muy fuerte y bien entrenado para la guerra, y que David era solo un muchacho! ─ y el niño concluyó: ─ Usted dijo que Dios estaba siempre con David, así... ¡hasta yo hubiera hecho eso! ─ Que gran lección ¿verdad? Ojala fuésemos inocentes para lo malo y más sagaces y persistentes para lo bueno. No sé como tenemos tanta imaginación, tanta habilidad, tanto tiempo y tanto dinero para lo malo, pero el buscar a Dios nos parece una perdida de tiempo, una carga, una trivialidad.
ACCIÓN:
El Señor está en este momento a su lado, el desea ser conocido por usted, ser tomado en cuenta en su vida. ¿No lo cree?. ¡Tiene que ser como un niño!.
3 de junio de 2012
La Cruz
ESCRITURA
San Matero 27:42 “A otros salvó, y a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él”
APLICACIÓN
La gente me dice: Si Jesús es bueno, ¿Por qué no sana a los enfermos? ¿Por qué no nos ayuda en nuestros problemas? Retomemos el punto de vista judío: ¿Por qué Jesús no descendió de la cruz ese día? Vea usted: si Jesús hubiera roto la madera, las cuerdas y los clavos, y hubiese descendido de la cruz; luego empleando sus poderes sobrenaturales hubiese expulsado de Jerusalén a los romanos, y hubiese sanado a todos los enfermos, y colmado de favores a los israelitas; ellos hubieran quedado muy contentos ¿verdad? Pero… ¿eso les hubiera servido para llegar al cielo? Amigo, Jesús no vino para colmarnos de favores; él vino para mostrarnos el camino, para enseñarnos la verdad y para darnos la vida eterna; y…, la verdad es que: ¡el camino a la vida eterna hay que recorrerlo con la cruz a cuestas! Entonces, ¿no le parece que Jesús hizo lo correcto?
ACCIÓN
Jesús dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Puede haber dolor, puede haber enfermedad, puede ser difícil; pero él quiere que donde él esta, estemos nosotros también. Le animo a seguir adelante, mire a la meta que es Cristo y no desmaye. ¡Jesús le espera! Amén.
7 de mayo de 2012
El grano de trigo
ESCRITURA
San Juan 12:24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo, pero si muere, lleva mucho fruto.”
APLICACIÓN
¿Leyó bien el versículo? ¡Qué manera gráfica de enseñar! Jesús murió por una causa, y con su muerte nos salvo y nos dio vida eterna. Gracias a la muerte de Jesús, todo el mundo puede acercarse a Dios. Los apóstoles murieron, para dejarnos el legado de la fe en el evangelio de Jesús; y así, a lo largo de la historia romana, medieval y moderna, la sangre de los mártires en Jesús ha sido semilla de muchísimos más cristianos. En nuestros días, es probable que no nos persigan y nos inmolen por causa de Jesús, pero eso no quiere decir que no debemos morir. ¡Claro que debemos morir, por esa causa! Nosotros debemos considerarnos muertos al pecado, muertos al mundo, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Ro 6:11)
ACCION
Empecemos a partir de hoy a morir cada día un poco. Hoy eliminemos un deseo de la carne, mañana una atracción del mundo, pasado mañana otras más y así, hasta quedar completamente muertos para el mundo; pero… ¡Vivos para Cristo! Muy vivos y muy activos para el Señor. Amén.
Amor y servicio
ESCRITURA
1 Juan 4:19 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”
APLICACIÓN
Qué es primero, ¿el amor o el servicio? Muchos piensan que estamos aquí para servir a Dios, pero… ¿cree usted realmente que Dios necesita de nuestros servicios? Veamos las cosas desde la perspectiva de Dios: Cuando Jesús multiplico lo panes, simplemente pudo extender ese milagro para todos y para siempre; cuando sano a los enfermos, pudo haberlo hecho para todos y para siempre; cuando resucitó a los muertos, pudo haber establecido la resurrección automática para todos, y en fin. Y como usted puede ver, él no lo hizo así, ¿Por qué? porque eso se llama servicio, y usted puede hacer otro tanto en cuanto al servicio; pero…, lo que a Jesús le interesa, es el amor y la comunión con nosotros; y el amor solo se puede demostrar si no hay intereses de por medio. Y es más, casi siempre son las aflicciones y las necesidades, las que nos dan la mejor oportunidad de demostrar nuestro amor. Y Jesús como usted sabe, ya pasó por esas cosas; y lo hizo, porque nos amó primero.
ACCIÓN
Amar es un verbo, y como tal indica una acción. ¿Qué está haciendo usted hoy, para demostrar que ama a Dios? Él ha dejado su trono, ha nacido en un humilde pesebre, y ha llegado incluso a morir como un malhechor en este mundo; y lo ha hecho, porque nos ama. Que nuestro servicio, sirva para demostrar que amamos a Jesús.
3 de marzo de 2012
Jacobo y Juan
ESCRITURA
Lucas 9:54 “Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?”
APLICACIÓN
Sucedió el día en que Jesús decidió tomar su camino final hacia Jerusalén, tuvo que pasar por Samaria, pero los samaritanos no quisieron recibirle; entonces Jacobo y Juan, propusieron quemarlos con fuego del cielo. Por estos días el pastor norteamericano Terry Jones también propone quemar el libro sagrado de los musulmanes, porque asegura que ellos están involucrados en muchos actos terroristas; y no me voy a detener a analizar quien tiene o no la razón en estos casos, sino que solo voy a recordarles las palabras de Jesús: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mt 28:18)Y bajo esta misma idea, Pablo escribió: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro 12:19) Puede que hasta tengamos razón en nuestro juicio contra alguien, pero la obligación de los hijos de Dios, es dejar que Jesús sea quien juzgue y de el pago que corresponde a cada quien.
ACCIÓN
Si por estos días su tentación es tomar alguna acción en contra de alguien que le ha estado haciendo daño; desista de esa actitud, y deje que Jesús pueda actuar. El final para usted siempre será mejor, si deja que Jesús intervenga en su vida. Amén.
El tesoro de la vida eterna
ESCRITURA
1 Timoteo 6:19 “…atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”
APLICACIÓN
Esta sentencia se atribuye a Francisco de Quevedo: “No basta con saber dónde está el tesoro. Es necesario trabajar para sacarlo” Y es una verdad que puede ajustarse muy bien a aquellos que de alguna manera saben cuál es el camino correcto hacia el cielo, conocen suficientemente la Biblia como para darse cuenta de qué es lo que deben hacer; pero encuentra pesadez en sus miembros para ir a la acción.
Si somos pobres, saber que tenemos un tesoro ya es algo maravilloso, pero mientras no saquemos a la luz ese tesoro, nunca podremos dimensionarlo. Una de las razones para no ir a la acción es no interesarnos en saber qué clase de tesoro tenemos delante de nosotros; tener buen fundamento en lo por venir, es estar conscientes de qué es lo que nos espera en el futuro, y si esa fundamentación nos dice que la vida eterna es nuestro tesoro, ¿por qué no echamos mano de ella? O dicho de otro modo, ¿por qué no nos ponemos ya, a trabajar por ella?
ACCIÓN
Nadie se hace rico, sin mover un dedo. Sin esfuerzo, sin cansancio, sin estrechez, e incluso sin aflicción, nadie podrá acumular siquiera un centavo; por lo tanto, ganarse el tesoro de la vida eterna, requiere de todo su empeño y acción. Póngase hoy mismo a trabajar por su tesoro celestial. Amén.
24 de enero de 2012
Martin Luther King
ESCRITURA
Romanos 6:11 “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”
APLICACIÓN
El epitafio de Martin Luther King, reza así: “Libre al fin, libre al fin, gracias a Dios Todopoderoso, al fin soy libre” Esta frase fue tomada del ideal que tenían los negros norteamericanos, que sufrían bajo el yugo esclavizador de los blancos; ellos ansiaban la libertad, y si esta llegaba con la muerte, aún así se sentirían felices.
Vera usted también que en el ambiente espiritual, la única manera de librarse de la esclavitud del pecado es la muerte, aunque hay muchos que prefieren seguir viviendo en los rudimentos del mundo, prefieren llevar una vida sujeta a servidumbre de pecado. Nuestro ideal debe ser parecido al de aquellos seguidores de Luther King: “Prefiero la muerte, antes de ser sometido a la esclavitud del pecado”
ACCIÓN
El pecado no lo puede dominar, y para no ser sometido a él, finalmente considérese muerto para todas las cosas que lo tientan y lo atraen, en ese sentido también los muertos nada sienten ni nada desean; usted solo debe estar vivo para las cosas celestiales, vivo solo para Cristo Jesús. Amén.
Señor, ¿Por qué hay tantas religiones?
El sentido religioso del ser humano ha existido desde siempre, porque desde el principio el hombre ha estado relacionado con Dios; sabemos que Adán tenía plena comunión con él, al menos en el tiempo en que Adán estuvo en el paraíso. Luego del diluvio, Noé y su familia, quienes eran temerosos de Dios, y de quienes desciende toda la humanidad hoy conocida, también trasmitió ese sentido de religiosidad a los pos-diluvianos.
Una de las razones para que haya varias religiones en todo pueblo o tribu de la antigüedad, es precisamente esta, que el hombre siempre supo que existía un Dios; y ese conocimiento fue transmitido de generación en generación, y la gente de la antigüedad lo buscó, o lo invocó cada vez que necesitaba ser favorecido en sus necesidades, cada vez que se llenaba de temores o tenía enfermedades u otros problemas. Por razones que más adelante explicaremos, el conocimiento a cerca de Dios, se fue degenerando, el hombre cada vez fue creándose dioses nuevos, algunas veces pensando que era el mismo Dios verdadero, pero representado en algún símbolo, un animal o alguna otra cosa; otras veces, simplemente porque le parecía que otras formas de adorar u otros dioses, también le daban buenos resultados; es así como algunos terminaron adorando a la tierra, otros al sol, a los ríos, a los bosques, a fieras, a seres espirituales, y a muchas otras cosas. Pero se han hecho algunos estudios antropológicos cuidadosos, que indican claramente que en la mayoría de los pueblos antiguos, siempre hubo un Dios único que vivía o estaba relacionado con los cielos. Es posible que ese Dios único haya pasado en algunos casos, a ser de muy poca importancia, o que en otros y por diversas razones no era invocado, pero de alguna manera, siempre estuvo allí para los pueblos antiguos, ese Dios único y verdadero.
Con el tiempo, y con la expansión del mundo habitado, las creencias o religiones tribales, aun continúan, pero así como han disminuido las tribus y pueblos pequeños y ancestrales, también han dejado de tener importancia sus religiones. Algunas de ellas, por supuesto se mezclaron con los conceptos más modernos de adoración, y así nacieron las grandes religiones, como las religiones orientales, de las cuales las más importantes son el budismo, el hinduismo, el taoísmo, el confucianismo, el sintoísmo, etc., que dependiendo de los países y grupos modernos, tienen diferentes matices y la mayoría de ellas son de corte panteísta; vale decir que para estas religiones, muchas cosas pueden ser dios, o dios se puede expresar en diferentes maneras a través de muchos medios, por lo tanto son politeístas, o sea que tienen muchos dioses. Las religiones orientales no tienen casi ninguna relación con Cristo, o con el Dios de la Biblia. Luego, tenemos algunas religiones monoteístas, que promueven que hay un solo Dios verdadero y que de alguna manera podrían tener relación con el Dios de la Biblia, aunque ese dios único puede tener otro nombre, y cuyos principios religiosos no están basados en las escrituras bíblicas; pero dentro de su esencia, estas religiones contienen algo de lo que promueve el cristianismo. Dentro de estas religiones podemos citar al bahaísmo, el sijismo, el zoroastrismo, el islamismo, etc. Finalmente llegamos a las dos religiones importantes que sí tienen relación con las escrituras bíblicas, las cuales son el judaísmo y el cristianismo. El judaísmo, que dentro de su estructura tiene algunas variantes, referidas principalmente a la forma de seguir e interpretar las escrituras antiguas; y, entre esas variantes o grupos están los ortodoxos, los conservadores, los reformistas, e incluso están los judíos mesiánicos que aceptan a Jesús como el Mesías Salvador, y quienes no son reconocidos como judíos dentro del pueblo de Israel. Así también tenemos al pueblo cristiano, dividido en muchas religiones o en muchos grupos religiosos. La iglesia apostólica original, la que se inició con los apóstoles de Jesús, y que se expandió gracias al trabajo del apóstol Pablo; con el tiempo se paganizó, aceptando dentro de sus ritos y creencias, algunas costumbres y conceptos paganos, algunos piensan que eso es justificable, otros decididamente condenan esas actividades, pero lo cierto es que la iglesia, cuando se hizo universal o católica, perdió la esencia, la estructura y la enseñanza original de los primeros seguidores de Cristo y continuó siendo cada vez un poco más distante de aquella idea original. La iglesia católica del tiempo antiguo también sufrió una división junto con el imperio romano; hubo, y hay hasta ahora, la iglesia católica romana, y la iglesia católica ortodoxa de oriente, que tiene mucha fuerza en Europa del este. De la iglesia católica de occidente, nace el protestantismo, que es un esfuerzo de algunos grupos, o individuos, de volver a las raíces originales, vale decir de ceñirse estrictamente a lo que dicen las escrituras y a imitar a los primeros seguidores de Cristo. Este movimiento se llamó el protestantismo, que tiene como baluarte a Martin Lutero; y que, tal como en la iglesia primitiva, tuvo desde el principio algunos problemas de división, de introducción de falsos conceptos o doctrinas y otras dificultades, a tal grado que hoy, no solo hay muchas denominaciones o religiones protestantes, sino que hay hasta algunas sectas que nacieron directamente del protestantismo, haciéndole perder su fuerza y su objetividad. Algunos grupos protestantes, mantienen mucho celo y apego a lo que dicen las escrituras, pero hay otros que por otros intereses, se han apartado del verdadero camino, y son los que hacen el trabajo de restarle credibilidad al mensaje de Cristo.
Pero… la pregunta era: ¿Por qué hay tantas religiones?
La primera religión falsa, nació allá en el Edén. Cuando Eva, escuchó la voz de la serpiente, pero que en realidad no era la serpiente, sino que era Satanás mismo, entonces ella y también Adán, tuvieron la ocurrencia de creer aquello que escucharon, y pensaron que Dios podría estar ocultando algún secreto, y podría estar manipulando sus vidas, para retenerlos dentro de algún modo de vivir o conducta que no era precisamente la mejor. Recordemos el diálogo aquel, entre la serpiente y nuestra madre Eva:
La serpiente dijo a la mujer: —¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?—
Y la mujer respondió a la serpiente: —Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis—.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: —No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal—.
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto…
Hay dos razones por las que el hombre tiene muchas religiones.
La primera razón se refiere a su egoísmo, su rebeldía y su falta de temor de Dios. Eva por lo que dejan entrever las escrituras, ya anduvo merodeando por el sector del árbol prohibido, y con seguridad, ya estaba haciéndose algunas preguntas como ¿Qué pasaría si llego a comer de esos frutos? ¿Cuál es la razón para que estén prohibidos? ¿Por qué se llama ‘árbol de la ciencia, del bien y del mal’? ¿Si es un árbol malo, porque lo puso Dios ahí, si él es bueno? ¿Nos oculta algo Dios?, etc., etc. Al poseer Eva, tal estado de ánimo y, cuando escuchó la voz, confirmándole que no moriría y que llegaría a ser como Dios, ella no tuvo absolutamente ningún inconveniente en creer y aceptar aquello, porque eso daba un poco de razón a sus preguntas y a sus deseos. Ella pensó que podría descubrir algo nuevo, que quizá al llegar a ser igual que Dios, ya no tendría que estar de alguna manera sometida a la voluntad de él, sino que sería dueña de su propia voluntad; ella conocería lo que es bueno y lo que es malo, y que dadas las circunstancias, debería ser bueno conocer aquello, porque de no ser así, Dios no lo habría ocultado a ellos; y quizá junto con esto, ella descubriría nuevas y mejores formas de vivir, etc., etc., y fíjese bien, Eva en muchas de estas cosas no estuvo equivocada y logró sus objetivos. Pero, tal como le pasó a Eva, el hombre a través de los tiempos, siempre ha buscado repuestas concretas a sus interrogantes, él desea develar todo misterio y todo aquello que no es explicable, el hombre siempre piensa que gracias a su inteligencia y a su capacidad, algún día logrará vivir mejor, y en algún lugar ideal, que ni siquiera Dios ha sido capaz de proporcionarle, y tantas cosas como esas; y así como a Eva, en la mayoría de los casos, el hombre ha logrado en parte sus objetivos. Observemos nuevamente a Eva; ella y su esposo, conocieron lo que era bueno y lo que era malo, y en ese sentido, sí lograron su objetivo, tal como Satanás se los había dicho; pero ese conocimiento, lejos de solucionarle un problema o lejos de traerle beneficio, le creó un problema, pues ahora sabía por ejemplo que estar desnudo no era bueno, y no solo sentía vergüenza de su desnudez, sino que tuvo que ocultarse de la presencia de Dios, y esta misma acción lo delataba de su mala conducta, quizá sentía que había traicionado a Dios; ahora conocía el sentido de culpa, que antes de aquel momento nunca lo había sentido y nunca tuvo los inconvenientes que ahora tenía. Eva ahora tuvo un afán adicional, ella tenía que conseguir prendas adecuadas, para cubrir su desnudez y la de su marido; y para esa mente y para ese conocimiento, me refiero al que tenían Eva y su esposo, sí era un grave problema; ellos supieron inmediatamente que las hojas de higuera no eran una buena solución, y si no fuera porque la solución vino de Dios mismo, que los ayudó proporcionándoles unos vestidos de piel, ¡Qué problema se echaron encima!. Por otro lado, ella pensó que había descubierto una gran verdad: “No había tal peligro de muerte, al comer de los frutos del árbol prohibido”. Más con el tiempo se convenció de que había sido engañada, Satanás le habló de que no moriría en el momento, pero pasados cerca de mil años más tarde, Eva conoció la muerte, lo que nunca hubiera pasado, si no hubiese cometido ese tremendo error. Pienso que Eva, al darse cuenta de que toda su descendencia conocería la muerte, y que todo eso era por su culpa, realmente sufrió mucho. Pero nada de eso habría sucedido si ella, le habría creído a Dios, aun si las cosas que él le había dicho, parecieran intrigantes o inexplicables. Así, tal cual, le ha sucedido al hombre a través de los tiempos; el hombre busca respuestas a sus interrogantes, y hay veces que descubre cosas que le traen explicación a muchos de los misterios que tiene, pero el descubrir aquellas cosas, casi nunca le ha traído beneficios, y si en alguna forma le parece que esta mejor, no se da cuenta que muchas de esas cosas, le alejan de Dios, y en ese afán de ocultarse de él, cada vez inventa nuevos dioses y nuevas formas de tranquilizar su conciencia. Por eso el hombre tiene cada vez más dioses y tiene cada vez nuevas religiones, pero eso le mantiene muy ocupado y muy alejado del verdadero Dios, tal como Adán y Eva que finalmente tuvieron que salir del paraíso, y permanecer lejos de Dios.
La otra razón por la que el hombre tiene muchas religiones, también la podemos explicar con el pasaje del Edén. Se trata de Satanás, él siempre está presto a contestar a las interrogantes que tiene el hombre, a satisfacer sus anhelos y deseos aunque estos fueran prohibidos, a darles solución aparente a todos aquellos que dentro de su corazón ya decidieron alejarse de Dios, y buscar sus propios caminos. Satanás le enseña al hombre a llamar a lo bueno, malo; y a lo malo, bueno; y lo más terrible es que al hombre esa sugerencia le parece cuerda y con mucho sentido. No morirás, le dijo a Eva, cambiando el sentido del tiempo. No moriría en el instante, pero con el tiempo sí lo haría, sin pasar por decirle que Eva estando en el paraíso, ya era inmortal; aunque ella en esa inocencia que tenían los dos habitantes del Edén, no lo sabía, o no lo podía entender ni dimensionar bien. Pensó fácilmente que ‘NO MORIRÁS’, era de todas maneras mejor que lo que le había dicho Dios; ‘EL DÍA QUE DE ESE ÁRBOL COMIERES, CIERTAMENTE MORIRÁS’. Satanás también dijo: Sabe Dios que si comes de esa fruto serás igual que él. Otra verdad a medias, u otra mentira oculta. Cuando Adán y Eva, comieron del fruto prohibido, evidentemente conocieron el bien y el mal, y en ese sentido fueron igual que Dios, que siempre supo lo que es malo y lo que es bueno; pero Satanás no le dijo que conocer el bien y el mal, casi no le traería beneficios, sino mas bien dificultades; y no le dijo que ser igual a Dios en ese sentido, no lo es todo, porque Dios es muy grande y muy poderoso, y nadie puede de ninguna manera llegar a ser igual que él, en toda su dimensión. Satanás cuando dijo: ‘Sino que sabe Dios, que el día que de ese fruto comieres, serás igual que él’; presentó a Dios ante Adán y Eva, como un ser muy pequeño y vulnerable, obligado a recurrir a los secretos y misterios para no ser descubierto, y para que los demás no lleguen a ser como él o lo superen. Con esos pedacitos de verdad, Satanás logró apartar a la humanidad, completamente de Dios; porque como ellos casi comprobaron que todo lo que oyeron de la serpiente era verdad, por lo menos así pareció en ese momento, cuando Dios los enfrentó, ellos no reconocieron su error, sino que trataron de justificarse. Eva dijo, la serpiente me engaño, y Adán dijo, la mujer que tú me diste me dio y comí. Y así, Satanás continua hasta el día de hoy, actuando de esa manera, mostrándole al hombre pequeñas verdades, que a lo largo del tiempo traen aparente justificación frente a Dios por la conducta de los hombres, y también le trae aparente razón a todo lo que el hombre hace. La gente inventa una nueva religión, y cree que ha encontrado una mejor manera de expresar su devoción a Dios, cree que ha encontrado una mejor manera de interpretar a Dios y por lo tanto cree estar en mejores condiciones frente a Dios, y aunque algunas cosas pueden ser ciertas como en el caso de Eva, al conocer de verdad lo bueno y lo malo, el hombre no se da cuenta que aquello solo le aleja cada vez mas de Dios y que eso solo le trae dolor, cargo de conciencia, confusión y aflicción de espíritu. Satanás se ha hecho el propósito de apartar a la humanidad de su Dios y de alguna manera lo está consiguiendo, porque nosotros los hombres hemos caído en su trampa y le hemos creído sus medias verdades, y las hemos hecho verdades completa;, y lo que Dios nos dice, nos parece absurdo, anticuado, y muy básico. Yo creo que usted ha escuchado o leído a cerca de esas religiones que han empezado, con alguno por ahí, que dice que escuchó una voz, o que tuvo una visión, o que tuvo una revelación, y como esa persona dice que Dios le confirmó que está en la verdad, lo divulga, y no falta el que le cree, y quizá también de alguna forma participa de esas visiones o revelaciones, y se convence y dice que es verdad y así se van haciendo grandes esas religiones, y crecen, y finalmente luchan con tal fuerza, en contra de la verdadera religión, que hasta parece que tienen muchas más razones, que aquellos que predican la palabra de Dios. Así nacen todas las religiones falsas, con voces falsas, con visiones falsas, con encuentros de espíritus de demonio que se disfrazan como ángeles de luz, con revelación de medias verdades.
La Biblia dice enfáticamente: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.” (Dt 12:32), y también dice: “No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.” (Pr 30:6), y así también nuestro hermano Pablo de Tarso les escribió a los gálatas: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea maldito.” (Gal 1:8). Por lo tanto, la verdadera religión, es aquella que sigue las escrituras, sin poner nada de lo que está en la mente del hombre. Aquella que a veces puede parecer anticuada, y poco efectiva, pero si así Dios lo dijo, los que siguen a Cristo, solo se limitan a creerlo con todo su corazón y con toda su mente; y esto quiere decir que nosotros podemos analizar lo que nos rodea, podemos pensar y discernir a cerca de lo que estamos haciendo, pero a la vez, nos remitimos al Espíritu de Dios para que seamos enseñados en lo que es verdadero y justo delante de Dios.
Espero haber contribuido en parte aunque sea a contestar esta pregunta, pues en realidad debo decirles que muchas de las cosas que preguntan ustedes mis queridos lectores, son realmente profundas y difíciles de responder en un párrafo tan corto como este. Pero hemos siempre tratado de ser concisos y llanos, tratando de lograr una respuesta adecuada para cada inquietud. Gracias por hacernos llegar estas preguntas, que sabemos que a muchos les animan, y les hacen perder todos sus temores, y les afirman en la fe; pues así como la persona que hizo esta pregunta, hay también muchos otros que piensan y se hacen las mismas interrogantes. Reciban un gran abrazo y que el Señor les bendiga mucho. Amén.
8 de enero de 2012
La Bilbia dice que Jesús eliminó el Pecado del mundo, entonces ¿Porqué aún hay pecado?
Hay muchos pasajes que pueden apoyar esta idea, algunos versículos específicos podrían ser los siguientes:
San Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Isaías 53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Hebreos 9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
1 Pedro 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Juan 3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
Colosenses 2:13-15 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Gálatas 1:3-4 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.
Tito 2:13-14 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Hebreos 1:2-3 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
En realidad son interminables los pasajes que hablan de que Jesús nos limpio de todos nuestros pecados, podríamos decir que casi toda la Biblia es un mensaje en este sentido, “Jesús borró todas nuestras rebeliones y pecados con su muerte expiatoria en la cruz”
A simple examen de los pasajes uno podría pensar que tratan de la eliminación del pecado de este mundo, o mejor dicho el pecado de todas las personas que habitan este mundo; y si así lo entendemos, entonces por supuesto que surge la pregunta, tal como la plantea nuestro amigo: ¿Si Jesús quito ya los pecados de este mundo, entonces porque aún hay pecado o porque la gente sigue pecando? Trataremos de responder esta pregunta, lo más sencillamente posible, y sin entrar en análisis muy profundos, que finalmente nos traerían muy poco beneficio.
Cuando decimos que Jesús quitó los pecados del mundo, o mejor dicho cuando la Biblia dice eso, es como si dijéramos: ‘Cuando apareció el jabón en el mundo, se terminó la ropa sucia’ y esto sería verdadero, porque sabemos que el jabón saca toda la mugre de nuestras prendas; pero, por supuesto esto no es automático, debemos usar el jabón para conseguir esos resultados, y aquellos que no lo usan, pues, continúan teniendo ropa sucia en casa. Así, nosotros debemos usar a Jesús o debemos entregarnos a Jesús para poder ser limpios de nuestros pecados, y debemos hacerlo a propósito y voluntariamente, porque no es algo automático.
La acción limpiadora o detergente del jabón procede de una reacción química, que causa la modificación estructural de sus componentes, un álcali y un ácido graso; así también la acción limpiadora de Jesús, nos trae un cambio o modificación de nuestro ser, especialmente en referencia a nuestro proceder con respecto a Dios, no puede haber limpieza duradera si no hay un cambio de conducta, y esa acción transformadora de nuestras vidas la produce Jesús. Pero… ¿Cómo lo hace? Entrando ya a detallar esta acción, diremos que primeramente debemos reconocer que somos pecadores; así como alguien que decide lavar sus ropas, debe reconocer primero que están sucias, pues de lo contrario probablemente no las lave; alguien puede tener la ropa muy sucia, pero si él no acepta que eso es verdad, lo más probable es que no vea la necesidad de lavarlas. Así también sucede con nuestros pecados, si no reconocemos que hemos pecado frente a Jesús, ¿porque tendríamos que ser limpiados? Y Así como toda la gente que viste ropas desde hace algún tiempo, digamos un par de días, aunque no vea mucha suciedad en ellas, debería admitir que algo de suciedad se ha adherido a sus ropas, y por lo tanto para asegurarse de estar limpio, podría lavarlas; así, desde que nacemos, hemos tenido una vida frente a nuestro Dios, y no podríamos pensar que en ningún momento hemos cometido faltas; la Biblia nos asegura que todos hemos cometido faltas, y que por lo tanto todos debemos pedir perdón a Dios por esas faltas, ahí se cumple el primer paso, que es ver la necesidad de ser limpiados de nuestros pecados.
Luego, también tenemos que ver la necesidad de permanecer limpios, que se consigue permaneciendo junto a Jesús. Tal como las personas que deciden andar siempre limpias, tratarán todos los días de no andar por lugares donde se puedan ensuciar, tendrán el suficiente cuidado, y si en algún momento llegan a estar sucias, ellas irán rápidamente a lavar sus prendas; así sucede con Jesús, nosotros podríamos en algún momento cometer algún error, pero pedimos inmediatamente perdón por aquello, y como Jesús es bueno, él nos perdona inmediatamente, y además como él es omnisciente, él sabe perfectamente si nos ensuciamos por que fuimos descuidados o porque en realidad no se pudo evitar. Aquel que peca intencionalmente, posiblemente tenga muchas más dificultades en ser perdonado y en algunos casos quizá no lo será, pero en general él perdonará nuestras faltas.
Por lo tanto, es muy importante confesar nuestras faltas al Señor, para poder ser perdonados, y para poder confesarlas hay que reconocer que se han cometido esas faltas. La Biblia dice: “El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Pr 28:13), y también dice: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Ro 10:10). Ved entonces, cuán importante es acudir a Jesús, para poder ser limpios de nuestros pecados. Si todo el mundo lo hiciera, por supuesto que todo el mundo fuera limpio; y se cumpliría ese pensamiento que nos ha planteado nuestro amigo que nos envió esa pregunta; pero por lo menos nos queda claro, que Jesús nos dio la oportunidad de ser limpios de nuestros pecados a todos aquellos que así lo consideran y lo quieren, porque como dicen las escrituras: “El es quien perdona todas nuestras iniquidades, y el que sana todas nuestras dolencias” (Sal 103:3)
Esperamos estar pronto respondiendo a otra de las importantes preguntas que nos han hecho llegar nuestros lectores; a los que queremos decirles que no nos hemos olvidado de ellas, sino que simplemente, estamos trabajando en las respuestas. Que el Señor los bendiga mucho, y que tengan un muy buen año 2012. Amén.
Jim Elliot
ESCRITURA
San Marcos 8:35 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará”
APLICACIÓN
Jim Elliot, un misionero norteamericano, que junto con sus compañeros ofrendó su vida tratando de alcanzar con el evangelio a los indios waorani en las selvas del Ecuador, pensaba: “No es un necio el que entrega, lo que en este mundo no puede retener; para conseguir, aquello que nunca más podrá perder” Ellos se internaron a la selva para intentar un contacto con aquellos indígenas, conociendo bien su agresividad y rechazo de todo aquel que incursionara en su territorio. Para Jim y sus compañeros, era más importante mostrarles a los indígenas el camino de la salvación, que proteger sus propias vidas; finalmente perdieron la vida a manos de los waorani, aunque también lograron ese contacto y bajo ese testimonio, mas adelante estos indígenas aceptaron a Jesús en su corazón, como su salvador. El objetivo entonces se cumplió, tal como Dios lo desea, y tal como Jim pensaba. ¿Para que nos servirá la vida en este mundo, si no la usamos para alcanzar aquella que nunca más perderemos?
ACCIÓN
No solo su vida, sino también su salud, su talento, su dinero, y todo lo que tiene y todo lo que es; de nada le servirán, si usted no los usa para conseguir la vida eterna. Ese es el criterio de Dios, y él desea que usted así lo entienda, y actué en torno a eso. ¿Lo hará a partir de hoy?
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