Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











3 de marzo de 2012

Jacobo y Juan


ESCRITURA
Lucas 9:54 “Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?”
APLICACIÓN
Sucedió el día en que Jesús decidió tomar su camino final hacia Jerusalén, tuvo que pasar por Samaria, pero los samaritanos no quisieron recibirle; entonces Jacobo y Juan, propusieron quemarlos con fuego del cielo. Por estos días el pastor norteamericano Terry Jones también propone quemar el libro sagrado de los musulmanes, porque asegura que ellos están involucrados en muchos actos terroristas; y no me voy a detener a analizar quien tiene o no la razón en estos casos, sino que solo voy a recordarles las palabras de Jesús: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mt 28:18)Y bajo esta misma idea, Pablo escribió: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro 12:19) Puede que hasta tengamos razón en nuestro juicio contra alguien, pero la obligación de los hijos de Dios, es dejar que Jesús sea quien juzgue y de el pago que corresponde a cada quien.
ACCIÓN
Si por estos días su tentación es tomar alguna acción en contra de alguien que le ha estado haciendo daño; desista de esa actitud, y deje que Jesús pueda actuar. El final para usted siempre será mejor, si deja que Jesús intervenga en su vida. Amén.

El tesoro de la vida eterna


ESCRITURA
1 Timoteo 6:19 “…atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”
APLICACIÓN
Esta sentencia se atribuye a Francisco de Quevedo: “No basta con saber dónde está el tesoro. Es necesario trabajar para sacarlo” Y es una verdad que puede ajustarse muy bien a aquellos que de alguna manera saben cuál es el camino correcto hacia el cielo, conocen suficientemente la Biblia como para darse cuenta de qué es lo que deben hacer; pero encuentra pesadez en sus miembros para ir a la acción.
Si somos pobres, saber que tenemos un tesoro ya es algo maravilloso, pero mientras no saquemos a la luz ese tesoro, nunca podremos dimensionarlo. Una de las razones para no ir a la acción es no interesarnos en saber qué clase de tesoro tenemos delante de nosotros; tener buen fundamento en lo por venir, es estar conscientes de qué es lo que nos espera en el futuro, y si esa fundamentación nos dice que la vida eterna es nuestro tesoro, ¿por qué no echamos mano de ella? O dicho de otro modo, ¿por qué no nos ponemos ya, a trabajar por ella?
ACCIÓN
Nadie se hace rico, sin mover un dedo. Sin esfuerzo, sin cansancio, sin estrechez, e incluso sin aflicción, nadie podrá acumular siquiera un centavo; por lo tanto, ganarse el tesoro de la vida eterna, requiere de todo su empeño y acción. Póngase hoy mismo a trabajar por su tesoro celestial. Amén.