Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











30 de marzo de 2013

Señor: ¿Por qué la gente no entiende tu palabra viva?

Vamos a comenzar comentando un pasaje que presenta una discusión entre algunos fariseos y Jesús, allá en Jerusalén, el pasaje dice: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron (los fariseos): Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis” (Jn 8:37-45)
Como usted podrá darse cuenta, aquí hay en cierta manera una confirmación o respuesta a la inquietud de la persona que nos ha hecho llegar esta pregunta, los fariseos del caso, tienen su propio concepto a cerca de lo que Dios dice, pero a Jesús, quien dice estar hablando la verdad a cerca de Dios, ellos no le creen y parece que no pueden entender su lenguaje, dicho de otra manera, les parece que lo que está diciendo Jesús es realmente absurdo y fuera de toda lógica. No estoy seguro pero, me parece que la persona que nos ha hecho esta pregunta, no es precisamente un cristiano militante, sino que es una persona, que desea acercarse a Cristo y que a menudo se hace esta pregunta, porque le parece que hay varios grupos que dicen estar basados en la palabra de Dios, por lo tanto, él no sabe si debe unirse a éste o a aquél; pues todos parecen estar diciendo la verdad, pero él se da cuenta perfectamente que, entre ellos no hay acuerdo a cerca de las cosas que predican. No es mi objetivo en esta ocasión, explicar quién y porque razones es el que dice la verdad; simplemente voy a circunscribirme a responder la pregunta, es decir argumentar el ‘porqué’ de esta falta de entendimiento o esta dificultad para entender la palabra de Dios; porque ciertamente debe haber algún problema, de lo contrario todos hablarían el mismo idioma, o sea todos entenderían lo mismo, cuando leen la palabra de Dios.
Volvamos al pasaje bíblico inicial. Como usted se da cuenta fácilmente, los judíos, tenían muchas dificultades en entender y en algunos casos de aceptar lo que Jesús predicaba; y quiero decirle que ellos, los judíos, llámense fariseos, saduceos, herodianos y cualquier otro grupo de judíos, eran gente muy apegada a la palabra de Dios, es decir, eran gente muy estudiosa, y muy estricta en todas sus costumbres y tradiciones, gente muy celosa de lo que creía. También quiero decirle que diálogos como este que hemos transcrito, hay muchos en los evangelios, y hay muchas situaciones de desacuerdo entre Jesús y los judíos, situaciones de contradicción en que los judíos casi llegaron al extremo de apedrear a Jesús en el acto; porque muchas de las cosas que él decía, no eran aceptables para ellos. Y, bueno, usted ya conoce que finalmente ellos llegaron a apresar a Jesús, le condenaron a muerte, y ejecutaron esa sentencia finalmente. Pero, si tenemos un poco de cuidado en el análisis, nos damos cuenta que ellos, aunque quizá sin darse cuenta, cumplieron esas palabras pronunciadas por Jesús en el pasaje que ya leímos, las cuales son: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio…” Por supuesto que, la muerte de Jesús fue un homicidio, porque Jesús fue un hombre sin pecado ni culpa; y aunque él ya les había dicho de frente cual era el deseo que ellos tenían, y que tan opuestos estaban a sus palabras, y aunque los Judíos negaron muchas veces esa acusación de Jesús de que ellos querían matarlo, de todas maneras, y en la realidad eso se cumplió, demostrando así, que ellos en realidad estaban muy lejos de entender y aceptar su palabra, sino que hicieron los deseos del diablo, quien era en realidad el que quería matar a Jesús; demostrando esto que Jesús no hizo una acusación sin fundamento, aunque ellos así lo sintieron cuando Jesús pronunció esa sentencia. La inocencia de Jesús está demostrada, incluso Judas Iscariote, el que le entrego lo dejó registrado, las escrituras dicen al respecto: “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó” (Mt 27:3-5) Lo importante es destacar que la sentencia de Jesús se cumplió, porque los judíos, a pesar de que muchos de ellos y de alguna manera, entendían que Jesús podría ser el Mesías; cuando Pilato los puso bajo la responsabilidad de decidir sobre su destino, ellos no dudaron en condenarlo a muerte, leamos este pasaje: “Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt 27:24-25) Queda demostrado que ellos, decidieron, y tomaron bajo su responsabilidad la muerte de Jesús, involucrando incluso a sus hijos, o dicho de otra manera a las generaciones posteriores; y así se hicieron aborrecedores de la palabra de Dios, hijos de Satanás, y homicidas. Pero la verdad es que de alguna manera Dios, sabía que ellos se habían enceguecido y se habían confundido; dicho de otra forma, no habían entendido para nada su palabra, que hasta esos días y mediante muchos profetas, les anunciaba que vendría el Mesías Salvador y les traería buenas noticias de salvación; por esta razón la oración de Jesús en la cruz fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23:34)
La mayoría de los judíos, hasta el día de hoy, no acepta a Jesús como el Mesías Salvador, y en cierta manera aún no entienden el mensaje; pero no por eso, ellos han vivido de una u otra forma las consecuencias de aquella decisión fatal, todos hemos visto la suerte que ha tenido el pueblo de Israel a lo largo de la historia. No digo que esa consecuencia sea directa, pero creo que tiene mucho que ver.
Sin embargo, nosotros no estamos aquí para discutir el tema judío, sino para ver el porqué ‘nosotros’ no entendemos la palabra de Dios. Porque al no haber acuerdo entre lo que decimos o predicamos, unos y otros, para nadie es difícil darse cuenta de que hay diferentes interpretaciones, y que si hay una sola verdad, mas de alguien está faltando a esa verdad. Y, aunque usted lo encuentre contradictorio, creo que es una bendición el hecho de que las escrituras estén hechas de tal manera que el lector común, nada entienda y se confunda fácilmente. Pablo estuvo predicando todo un día a unos judío-romanos, y al final tuvo que repetirles una antigua profecía de Isaías que decía: “De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane” (Hch 28:26-27) Entonces el problema está ahí: ‘En el corazón del hombre’ Si nosotros realmente quisiéramos escuchar la voz de Dios, lo lograríamos, pero si deseamos escuchar algo que anhela nuestro corazón, entonces no es posible oír ni entender esa voz. Nuestro corazón anida un montón de deseos y aspiraciones, nuestro corazón desea que Dios respondiera positivamente a esos deseos, nuestro corazón desea que se cumplan con creces nuestras aspiraciones, nuestro corazón no desea escuchar de castigos ni de juicios, no desea escuchar de condenaciones, de pecados, ni de infierno; nada queremos saber de humillación delante de Dios, de temor de Dios, y ninguna cosa por el estilo, al menos, si no es como está grabado en nuestra mente y nuestro corazón. Decimos ¿Qué clase de Dios es? Si te humilla, y te causa temor, no puede ser un verdadero Dios. Con ese panorama por delante entonces es probable que nada estemos entendiendo, y lo que creemos entender puede estar completamente equivocado. Isaías mismo escribió a cerca de esta ceguera espiritual, que no solo nos involucra a nosotros sino a todas las naciones que en los días finales irán a pelear contra Israel, nadie entenderá nada, ni se dará cuenta de lo que está haciendo, a ellos les parecerá que actúan bien pero estarán muy lejos de hacer algo bueno delante de Dios; el pasaje reza: “Y les sucederá (en el día final) como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion (o sea contra Jerusalén). Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra. Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes. Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer. Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Is 29:8-13) Queda claro entonces que, para escuchar la voz de Dios, o para entender su palabra, necesitamos despojarnos primeramente de todos nuestros pensamientos, de nuestros ideales y paradigmas de vida. Lo que para nosotros es felicidad, no lo es precisamente para Dios, lo que para nosotros es bienestar, no lo es precisamente para Dios, lo que para nosotros es riqueza, no lo es precisamente para Dios, lo que para nosotros es justicia, no lo es precisamente para Dios, y así un montón de conceptos que nosotros los hemos grabado en nuestra mente y en nuestro corazón, pero de acuerdo al deseo y aspiración humanas, más los pensamientos de Dios son diferentes, por lo tanto, no los podremos entender, a menos que nos pongamos en ese nivel y a propósito. Necesitamos ponernos fuera del contexto humano y terrenal, y ubicarnos en el ambiente espiritual y celestial, allí es donde Dios actúa y allí es donde él mismo será quien nos haga entender su palabra. Judas el Apóstol, no entendía muy bien como sucedía eso de que Dios se manifiesta a unos y no a otros, hasta que finalmente decidió preguntarle directamente a Jesús: “Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 14:22-26) El que ama a Jesús guarda o respeta su palabra, y el que ama a Jesús también ama a Dios el Padre, por lo tanto ellos vendrán o se acercarán a este y vivirán junto o cerca de él, para enseñarle todas las cosas. Como este viene siendo completamente un tema espiritual, entonces es el mismo Espíritu de Dios, el que nos enseña y nos hace entender todas las cosas; y por lo tanto no es bueno que nosotros escuchemos palabras o enseñanzas de hombres, que seguramente invalidan el mandamiento y la palabra de Dios, Jesús mismo lo dijo, haciendo mención a la profecía de Isaías: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres…” (Mr 7:7-8) y más adelante dijo: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Mr 7:21-23) Queda entonces claro que el problema está en acomodar la palabra de Dios a lo que nuestras mentes y nuestros corazones piensan y desean; y también por supuesto en escuchar enseñanzas de hombres y ponerlas por verdad. Hoy en día circulan un montón de enseñanzas en este sentido y algunas dicen ser nuevas interpretaciones de la palabra de Dios: alguien salió por ahí y dijo haber recibido la visita de un ángel y que éste le mostro algún lugar donde había algunas escrituras nuevas escritas en planchas y cosas por el estilo, y mucha gente le creyó y le siguió; otro salió diciendo que recibió un cierto espíritu de profecía y de visión y gracias a esas supuestas visiones que tuvo, estableció una nueva doctrina, y otro poco de gente siguió sus enseñanzas; otro partió enseñando y escribiendo otras cosas y diciendo que el que no tiene sus escritos es muy difícil de que pueda llegar a entender la verdad, y otro grupo de gente se fue tras él; otros tantos han pretendido ser el mismo Jesús, o incluso el Anticristo, y aunque pareciera increíble, mucha gente se une a ellos; otros grupos se arrogan que ellos son los únicos que pueden interpretar las escrituras, por lo que prefieren que sus fieles no la lean, y vaya que tienen seguidores, y así, etc., etc. Y yo le pregunto querido amigo: ¿Qué es todo eso que se escucha y se ve? ¿No es acaso enseñanzas de hombres? ¿esta eso registrado en la palabra de Dios? La gente incauta, se une por supuesto a donde le parece mejor, donde le gusta lo que predican, donde hay un bonito ambiente, donde la música es buena o donde todo está bien organizado; mas es necesario decir que nada de eso puede ser un referente para elegir el lugar donde congregarse, ni el lugar donde ahondar los conocimientos de la palabra de Dios. El camino correcto debe ser el leer la biblia con mucho cuidado y atención y tratar de que aquello que está escrito es lo que se debe hacer, aún si eso no nos agrada o no nos parece; pero lo más importante que se debe hacer, es el acercarse a Dios mismo en oración, y decirle con todo sentimiento y sinceridad, que realmente queremos encontrar el camino verdadero. Si decimos creer que Dios está en todas partes, entonces por supuesto que él escuchará nuestras oraciones, donde sea que estemos, y si decimos que él examina los corazones de los hombres, entonces él sabrá muy bien que aquello que le pedimos es sincero y verdadero. Ahora bien, por supuesto que una vez que esa ruta ya haya sido identificada, nosotros de seguro que tenemos la obligación de seguir la senda, pues la palabra de Dios es una fuente inagotable de enseñanza, y ella será la que nos guié por el resto de nuestras vidas; bien dice el amigo que hace la pregunta, cuando incluye la frase "palabra viva", porque la palabra de Dios es viva y eficaz, en todo momento y en cualquier circunstancia, y para cualquier clase de persona.
No hacerlo de esta manera ¿qué significa? Significa hacer veraz la sentencia escrita que leíamos mas arriba: "Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane". (Mt 13:15) En otras palabras significa hacer acciones y esfuerzos para engrosar nuestro corazón, o sea para que cada vez nos parezca más verdadero aquello que nos enseñan los hombres, para que cada vez nos parezca mas difícil aceptar lo que realmente está escrito en la palabra de Dios, sino que nosotros le damos nuestra propia interpretación, aún si en realidad entendemos lo que dice, pero ese colchón de enseñanzas de hombres hace que finalmente lo entendamos como los que nos enseñan dicen que se debe interpretar. Esto quiere decir oír pesadamente, o sea podemos aún oír, pero se nos hace tan raro y tan difícil de aceptar que finalmente lo desechamos y seguimos solo lo que nos ha sido enseñado; y aunque hay una realidad diferente ante nuestros ojos, nosotros no la podríamos ver porque nuestros ojos espirituales están cerrados, por lo tanto aunque alguien nos diga que estamos yendo por camino equivocado, no lo aceptaremos, pues nuestros ojos espirituales no lo ven así, y nosotros pensamos que aquellos que ha sido aceptado por nuestra mente y nuestro corazón es lo real. Ya estando en esta situación, no escuchamos verdad alguna, sino aquella que ha sido puesta en nuestro corazón, pero no por Dios, sino por alguien que es otro hombre igual que nosotros, y tampoco vemos nada, ni peligros ni advertencias, y estando en esa condición, nuestro corazón nada entiende y no nos podremos convertir a Dios, o sea no podremos acercarnos a él para seguirle, pues ya estamos siguiendo otros caminos, y en cierta forma como Jesús les dijo a los judíos, estamos siguiendo al diablo, y por lo tanto Dios no nos puede sanar. ¿Sanar? Esta última palabra del párrafo, en realidad, no significa librarse de enfermedades físicas, sino de enfermedades espirituales, significa librarse de todo extravío, de toda confusión y de toda servidumbre de Satanás; o sea estando en esas condiciones Dios no podrá sanarnos, estando en esas condiciones estamos igual que los judíos que mataron a Jesús y cuando se vieron enfrentados a una realidad, no dudaron en decir "que la sangre de Jesús sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos".
Me parece que usted mi amado lector, debe estar un tanto preocupado y confuso con lo que escribí más arriba, al menos si está leyendo con atención, cuando dije, que yo pienso que de alguna manera es una bendición, el hecho de que las escrituras estén como diseñadas para que las personas no las entiendan y se confundan. Es necesario que explique esta situación, para no causar a mis queridos lectores, dudas o confusiones. Tomare para la aclaración, los versículos que están justamente antes del que ya hemos comentado, y que dicen: "Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden" (Mt 13:10-13) Todo empezó cuando Jesús se dirigió a los judíos y les empezó a enseñar y al hacerlo él empleó la figura literaria que se llama parábola. Por supuesto que Jesús sabía que con parábolas la gente entendía nada o casi nada de lo que decía, pero él estaba decidido a hacerlo de esa manera. Sus discípulos también sabían que ese sistema no estaba funcionando y no soportaron esta situación y decidieron decírselo, pero Jesús aprovecho de darles a ellos una gran enseñanza, que también es válida para nosotros hoy. El les aclaró, que a ellos o sea a los discípulos, les estaba permitido hacer preguntas y recibir aclaraciones, y también recibir enseñanzas directas, sin emplear parábolas para que así ellos puedan conocer muy a fondo los misterios del reino de los cielos, pero que a la demás gente no le estaba permitido eso, y por lo tanto él les hablaba en parábolas. Pero... ¿por qué no les estaba permitido? Y aquí Jesús hace la aclaración que vale para explicar lo que yo había escrito y dicho. Jesús dice que al que tiene se le dará más, pero al que no tiene, aún lo poco que tiene le será quitado. Y entiéndase bien, Jesús no está hablando de cosas materiales ni de dinero, sino que se está refiriendo al mismo tema que venimos tratando, o sea al entendimiento de las cosas del reino de los cielos por intermedio de su palabra. Jesús dice que a aquel que tiene algo de entendimiento en este campo, y que ese algo de entendimiento lo ha conseguido gracias a ese su deseo genuino de conocer estas verdades, a esa persona se le dará aún más entendimiento, y así llegará a ser un buen conocedor de la palabra de Dios; pero a aquel que no tiene conocimiento del reino de los cielos, debido a que siempre trata de acomodar las cosas a su manera, de acuerdo a lo que él piensa o de acuerdo a lo que a él le parece y que escucha por ahí, y que nunca se preocupa de preguntarle a Dios mismo, como puede conocer esa verdad; a esa persona no se le dará entendimiento, por lo que no llegará a conocer nada a cerca del reino de los cielos, y si bien la palabra llega a ellos, les llega así como una parábola, que es difícil de entender y que puede tener muchas interpretaciones, y puede llevar a confusiones; por eso dice que aún lo poco que tienen les será quitado. Esto demuestra que la biblia esta como diseñada para que esto suceda, quiero decir que esta como hecha para que aquellos que no tengan un deseo genuino de entender y conocer la verdad a cerca de Dios y su santo reino, aunque lean y escuchen, no podrán llegar a conocer la verdad. Y... ¿porque dije que es casi una bendición que esto sea así? Porque justamente ese hecho hace que solo los verdaderos interesados en conocer y llegar al reino de los cielos, puedan encontrar el camino, mas no sucede así con los demás, y esto por supuesto que hace una gran diferencia, pero que siempre está a favor de los que tienen verdaderos deseos de estar un día con Dios creador de todas las cosas.
Yo no sé, si esto contesta de manera amplia la pregunta que nos han enviado, pero creo que por lo menos da una buena razón de aquello. Se puede escribir muchas cosas más, y se pueden emplear muchos otros ejemplos bíblicos, pero también estoy consciente de cuan difícil es que las personas lean artículos largos; por lo que de alguna manera me veo en la necesidad de acortar lo más que puedo, mis escritos.
Quiero enviarles mi total agradecimiento, por participar en este tipo de enseñanzas, haciendo preguntas que pueden parecer muy complicadas, y que yo de alguna manera espero poder darles alguna respuesta que satisfaga sus inquietudes y que también los lleve a aclarar sus dudas. Reciban un gran abrazo y que Dios le bendiga grandemente.

¡Despierte!

ESCRITURA
Efesios 5:14 “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo”
APLICACIÓN
Una señora, quien seguramente tenía prisa en cruzar la calle, llegó al borde de la vereda, en un lugar no apropiado para peatones, y decididamente empezó a cruzarla. Era una calle ancha con varios carriles de ida y otros de regreso. La señora prefirió no mirar hacia el tráfico de automóviles, ni escuchar los bocinazos, ni se inmutó ante el chirrido de los neumáticos en el pavimento; más bien agachó la cabeza, como diciendo: Pase lo que pase cruzaré, solo espero llegar bien al final. Así muchos de nosotros pareciera que hemos decidido pasar por este mundo; escuchamos a cerca de Dios, de la salvación, de su amor por nosotros, sabemos que él se esfuerza en llamar nuestra atención; pero decidimos poner nuestros oídos sordos, mirar solo hacia nuestro interior, como si dijéramos: Cumpliré aquí mis deseos, y no importa que es lo que me espera más allá de esta vida.
ACCIÓN
¡Despierte mi querido hermano! No puede seguir caminando por este mundo como sonámbulo, despierte y mire a su alrededor, levántese de entre los que están muertos en sus delitos y pecados, y Cristo brillará mostrándole como es que debe transitar por este mundo.