Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











18 de agosto de 2008

El criterio de Dios para escoger


Samuel es enviado a Belén para escoger un rey de entre los hijos de Isaí.
Dios nos elige, no por lo que somos a los ojos de los hombres, si no por lo que somos a los ojos de él. David era temeroso de Dios, obediente y humilde.

1 Samuel: 4 al 13
Samuel hizo lo que el Señor le mandó. Y cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con cierto temor, y le preguntaron:
-¿Vienes en son de paz?-
Así es –respondió Samuel- Vengo a ofrecer sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme a participar en el sacrificio.
Luego Samuel purificó a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: “Con toda seguridad éste es el hombre que el Señor ha escogido como rey.”
Pero el Señor le dijo: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.”
Entonces Isaía llamó a Abinadab, y se lo presentó a Samuel; pero Samuel comentó:
-Tampoco a éste ha escogido el Señor.
Luego le presentó a Sama; pero Samuel dijo:
-Tampoco ha escogido a éste.
Isaí presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor. Finalmente le preguntó:
-¿No tienes más hijos?
–Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño –respondió Isaí.
-Manda a buscarlo –dijo Samuel-, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue.
Isaí lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. Entonces el Señor dijo a Samuel: -Este es. Así que levántate y conságralo como rey.
En seguida Samuel tomó el frasco de aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento el espíritu del Señor se apoderó de él. Después Samuel se despidió y se fue a Ramá.

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