Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











30 de marzo de 2009

No, a las insinuaciones


Además de ser un gran comediógrafo, temido crítico musical y cáustico escritor, George Bernard Shaw era también un hombre de bastante mal genio y respuestas vivas, a menudo incluso hirientes. Aborrecía de las reuniones sociales y pseudo-literarias a las que era constantemente invitado por las damas ociosas de Londres, e invariablemente las declinaba; a pesar de los desplantes, muchas damas continuaban invitándole, atraídas por el prestigio de recibir en sus casas al famoso escritor.
Un día, mientras Shaw estaba terminando una nueva obra teatral (cosa que solía ponerle de peor humor aún), recibió una carta de manos del criado de una de estas damas. Al abrir el sobre, Shaw pudo leer en el papel:
"Lady X (aquí el nombre de una importante señora) comunica al Sr. George Bernard Shaw que permanecerá en su residencia desde las 7 pm. en adelante".
Ni corto ni perezoso, el escritor dio vuelta al papel y garrapateó en el reverso una rápida respuesta, tras lo cual entregó la carta al criado y volvió a encerrarse en su habitación.
Cuando el criado entregó de vuelta el papel a la señora, ésta pudo leer en el reverso lo siguiente:
"George Bernard Shaw comunica a Lady X que hará exactamente lo mismo".

Nosotros tampoco debemos ceder a las insinuaciones de Satanás.

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