Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











1 de enero de 2011

¡Feliz año nuevo!!



¡Feliz y próspero año nuevo! Es una expresión que se usa mucho en una noche como la que acabamos de vivir, pero… ¿Está, esta expresión fundada en la realidad? Si miramos para atrás, nos daremos cuenta de que en otras noches de año nuevo o fiestas de fin de año, también las hemos usado, y quizá eso no ha cambiado precisamente nuestra realidad. Y creo que no está mal tener un buen deseo para nuestros seres queridos y amigos; un deseo de prosperidad y de salud para el nuevo año, pues es bien cierto que muchos no lo han pasado muy bien en el año que acaba de terminar, y realmente les haría bien tener un giro en todo lo que sucede a su entorno. Pero, creo que a este deseo de un buen pasar para el nuevo año, le falta algo; algo así como lo que el apóstol Juan le mencionó a su amigo Gayo, cuando le escribió una carta, él le dijo: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 1) Bueno este no era un saludo de fin de año precisamente, pero el deseo de buen pasar para Gayo, incluye algo importante; Juan desea que tenga éxitos, prosperidad, salud y mucho más en el mundo físico y material; tal cual tiene también un avance en el mundo espiritual, o sea hablemos de éxitos y prosperidad espirituales; y salud, también espiritual.
La prosperidad espiritual, básicamente se refiere al progreso en el conocimiento de la palabra de Dios, a la cada vez mayor comunión con Dios, a nuestra cada vez mayor participación en la divulgación del evangelio; tal cual es en los negocios de la vida, tener prosperidad es tener cada vez más, así también lo es en el mundo espiritual. En cuanto a la salud espiritual, es algo que tiene que ver principalmente, con la sana doctrina, con la seguridad de la salvación, con la robustez de la fe; pues tiene mucho que ver con qué nos estamos alimentando, que equivale a decir, qué estamos leyendo, qué películas estamos viendo, qué música estamos escuchando, etc. La salud espiritual, también tiene que ver con el crecimiento, o sea, cuánto más es lo que sabemos hoy de la Biblia, con respecto a lo que sabíamos ayer, cuanto más soy capaz de hacer hoy en las cosas del Señor con respecto al año pasado; y en fin, todo lo que significa desarrollo, vigor y fuerza en el mundo espiritual, tiene que ver con nuestra salud espiritual; tal cual sucede también en el mundo material.
El deseo de Juan para su amigo entonces, era de que en las dos áreas fuera creciendo paralelamente; pues de lo contrario, y está implícito en el párrafo, Juan dice que solo el bienestar material, a Gayo no le servirá mucho; pues hemos de tener bien claro que para un cristiano es mucho más relevante el aspecto espiritual que el material; y es así como mucha gente siente que finalmente todo ese deseo que le fue expresado el año pasado en nada se concretó, porque finalmente no pudo saborear tal bienestar; pero si eso hubiera incluido un deseo de bienestar y prosperidad espiritual, lo más probable es que hoy, sí la persona sienta que ha tenido un buen pasar junto a su Dios, que ha gozado de buena salud espiritual, y que ha disfrutado de su vida, tal cual Dios le ha enseñado que debe hacerlo, porque es imposible estar mal junto al Señor. Junto a él, todo se torna maravilloso, y poder vivir esa realidad es algo que si podemos valorar; pues el amado lector hade entender que el bienestar espiritual, no trasciende en el mundo material; estar bien con Dios, tiene muy poco que ver con ‘el cómo estoy física y materialmente’. Fíjese en los grandes hombres de Dios, tanto los que se mencionan en la Biblia, como los que los menciona la historia; en el mundo físico, no lo pasaron muy bien; pero fueron totalmente felices, en el mundo espiritual, fíjese también en Jesús mismo, él aún en la cruz, fue feliz y estuvo en paz, porque estaba derramando su vida por usted y por mí. ¿Por qué no habríamos de estar felices también nosotros de solo saber que eso fue así?
Este también es mi deseo, para cada uno de mis lectores, les deseo un feliz año, lleno de salud y prosperidad, pero no solo en el mundo material, sino más que todo en el mundo espiritual; y este no es un deseo solo de un año para otro, sino que para cada uno de los días de este año, pues la Biblia nos enseña que la misericordia y la fidelidad de Dios, son muy grandes y que son nuevas cada día (Lam 3:22-23); entonces, usted cada día tenga un buen pasar en este mundo, cada día tenga buena salud, tal cual prospera también su alma. Bendiciones.

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