Hebreos 1:1-2

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.











19 de octubre de 2010

Un periodo interdispensacional

Al periodo que vamos a describir, podríamos llamarlo más propiamente: ‘El periodo de la tribulación’, porque así es como lo llama la Biblia; aunque hablando de dispensaciones, algunos llaman a este periodo la dispensación del juicio. El problema que se presenta al llamar a este periodo así, es que según la biblia, hay varios juicios o dicho de mejor manera, el juicio de Dios se llevará a cabo en varias etapas; incluso hay una donde no precisamente se habla de castigo, sino más bien de retribución o premio; porque como en todo juicio, alguien es declarado inocente y alguien es declarado culpable. Además que, para incluir a este periodo dentro de las dispensaciones, nos parece que este es un periodo muy corto, como para ser llamado así, pues solo durará siete años, y que está dividido en dos periodos de tres años y medio; habiéndosele otorgado al segundo periodo el nombre de ‘La gran tribulación’, por las situaciones catastróficas que se vivirán en él. También podemos llamarlo el fin de la dispensación de la gracia, aunque la verdad es que la gracia de Dios es eterna y ya estuvo antes de la dispensación llamada de la gracia, y también estará después de ella; pero ese periodo que se ha llamado ‘dispensación de la gracia’, donde la gracia de Dios es abundante, más allá de la abundancia de nuestros pecados tal como lo hemos explicado en su oportunidad; ese periodo se terminará, junto con el arrebatamiento de la iglesia. Es necesario añadir que este periodo extraordinario de gracia en el que estamos viviendo, está apoyado por el Espíritu de Dios que ha sido dado a la iglesia (Hech 1:4-8); y quien es el que ayuda al creyente a concientizarse de su pecado, él es quien hace notar al creyente que Dios es justo, y es quien también lo convence de que vendrá un día de juicio de parte de Dios (Jn 16:8). En la era de la gracia, el Espíritu Santo es quien ayuda al débil a vencer todo obstáculo, es quien da sabiduría al sencillo de corazón para tomar buenas decisiones, y es quien intercede por los que oran por sus necesidades e inquietudes (Ro 8:26). Pero el Espíritu Santo de Dios, será quitado de este mundo junto con la iglesia (2Tes 2:6-7, 1Tes 4:16-17); y ese día se considera como el fin de la dispensación de la gracia, y ese mismo también será el día en que empiece el periodo de la tribulación; periodo en el que las personas que lo vivan, no tendrán la asistencia del Santo Espíritu de Dios, por lo que serán mucho más vulnerables ante los ataques del rey de aquella época, el Anticristo.
Hay otro periodo o dispensación que ese día también llegará a su fin y para entender mejor el tiempo de la tribulación, es casi obligatorio hablar de él; y estamos hablando de la dispensación del gobierno humano, pues como usted ya sabe, las dispensaciones, si bien han terminado nominalmente en algún momento, de alguna manera continúan en el tiempo, pues se prolonga esa actitud, esa idea o esa inclinación. Aunque a la verdad el periodo de la tribulación, también tendrá un aspecto de gobierno humano, porque como hemos dicho otras veces, el Anticristo será un hombre que logrará gobernar el mundo, pero este no estará gobernando por sí mismo, sino que más bien será completamente dirigido por Satanás, quien le dará todo su poder (Dn 8:24, Ap 13:2); por lo que también podríamos decir que será una época en que el mundo este gobernado completamente por Satanás.
Pero volviendo a hablar de la dispensación del gobierno humano, no del periodo nominal que terminó con la confusión de lenguas en los días de los constructores de la torre de babel, si no de la prolongación de esta era en el tiempo hasta nuestros días; y para entender mejor su final y el comienzo de la era de la tribulación, tenemos que decir que en la dispensación prolongada del gobierno humano, el hombre ha tratado de conseguir eso que indica el nombre de este periodo: ‘El gobernar el mundo y sus recursos’. Ha intentado el hombre, tener un control de todas las cosas, ha intentado delinear alguna forma de gobierno universal, ideal y justo (desde el punto de vista humano) para todos; aunque eso solo ha sido como un sueño hasta ahora, pero no podemos negar que ese intento ha estado presente en nuestra historia y de muchas maneras. Si revisamos los antecedentes de los pueblos antiquísimos, fácilmente podemos ver las huellas de sus logros, de su grandeza, y de sus sueños; y ante muchos de esos monumentos y testimonios, aún hoy nos quedamos perplejos. Desde Nimrod, quien proyectó construir una torre para escapar de un posible nuevo diluvio, la historia de la humanidad está llena de relatos de grandes imperios, de grandes hombres, de sus admirables conquistas, sus riquezas y su avance; que desde el punto de vista humano, se puede decir que siempre nos hemos movido hacia adelante. El hombre ha ido a través del tiempo, mejorando su manera de convivir comunitariamente, ha conseguido para ello, leyes cada vez más justas (otra vez digo, desde el punto de vista humano, porque no siempre es así, desde el punto de vista de Dios), y ha ido extendiéndose en esta empresa cada vez más, a lo largo y ancho de todo el globo; se ha sumergido en la investigación, y ha llegado a tener grandes descubrimientos y grandes avances tecnológicos y científicos; a tal grado que hoy le parece que le falta muy poco para poder lograr ese mundo ideal para todos.
Pero al llegar a donde estamos, no tenemos que perder de vista la historia; pues a fin de poner en práctica esos ideales, el hombre muchas veces se ha embarcado en terribles guerras fratricidas, ha empleado la tecnología para imponer su propósito a la fuerza, ha sometido a dura labor y esclavitud a su prójimo, ha sobre explotado sus recursos y ha contaminado el mundo; no solo con sustancias dañinas y toxicas, si no que ese ideal mismo que ha tenido en mente, viene a ser en muchos casos una de las contaminaciones más terribles que mantiene al mundo en constante peligro. Si bien hoy se ha logrado que muchos vivan en relativa comodidad y holgura económica, también sabemos muy bien que en medio nuestro están aquellos que no tienen siquiera un pedazo de pan para poder subsistir; y así como hay muchos que logran sobrevivir a enfermedades que antiguamente significaban una muerte segura, hay también hoy muchos enfermos que con todo el avance científico disponible, no pueden ser salvados de la muerte; y es más, cada vez pareciera que el problema se agrava. La convivencia armoniosa en este mundo, es cada vez más difícil de conseguir, la mayoría de las sociedades, está embarcada en un materialismo sin precedentes, que solo traen la odiosidad, el pillaje, las drogas y la muerte. El rumor de guerra hoy, no es menos que ayer, y podemos decir con toda propiedad que este mundo nunca ha gozado de paz, pues el peligro siempre está latente, ya en una parte del mundo ya en otra; pareciera que hemos probado todos los sistemas para conseguir una convivencia pacífica, pero cada vez nos parecen más ciertas las palabras del estadista inglés, Winston Churchill, quien dijo: “Mientras nuestra seguridad no sea hija de la razón, tendrá que ser hija del terror”. Es entonces la razón humana, la que aún no ha podido ser impuesta, pero sí hemos logrado que la paz esté sujeta a las bombas; y como sabemos muy bien, en determinado momento el mundo estuvo literalmente al borde de una explosión atómica, y hoy aún persiste ese peligro.
En ninguna de las áreas donde el hombre ha incursionado, ha logrado tener un real avance, ni un control pleno; pero lo cierto es que el hombre ansia vivir en un mundo maravilloso, lleno de paz y de prosperidad, libre de aflicciones y sobresaltos, y de alguna manera él sabe que estas cosas son posibles; el hombre en su instinto, de alguna forma intuye que al mundo le espera una época de paz, y una era de prosperidad; y en ese su presentimiento, él sabe que para lograrlo se necesita algo especial: ‘Un gran líder’. Alguien que tenga la gracia y el poder para llevar a la humanidad a ese mundo ideal; y el hombre de hoy, en muchas formas busca a ese alguien que tenga esa habilidad, esa capacidad de liderazgo y que haga que todo aquello por lo que hemos estado luchando sea posible. Por supuesto que a medida que avanza el tiempo, al hombre le parece cada vez más cercano el logro de esa meta; las alianzas políticas que se pretenden, los planes económicos y la tecnología nos hacen pensar que de un momento a otro lograremos la solución a nuestros problemas y encontraremos al fin alguien que tenga la capacidad de gobernarnos equitativamente; alguien que traiga la paz, que nos introduzca en ese mundo maravilloso y lleno de felicidad que hemos soñado. Esta es la razón principal por la que el mundo se confundirá al final de la presente dispensación; ellos aplaudirán cuando aparezca el Anticristo, pues él será un gran líder, demostrará tener mucho poder e inicialmente nos presentará esa propuesta de un mundo de paz y equilibrio. Y ese día, en que aparezca ese ‘gran líder’, es llamado en la Biblia, el inicio del tiempo de la tribulación.
Como este es un tiempo futuro, no podemos aventurarnos a decir nada desde nuestra propia perspectiva, pero si lo haremos desde la perspectiva bíblica; y para ellos usaremos algunos de los muchísimos pasajes que hablan de este tema, estos pasajes estarán entre comillas, y entre medio de esos pasajes introduciremos algunas notas aclaratorias entre paréntesis; pues muchas veces para entender claramente lo que dice la Biblia, se necesita entender el contexto del pasaje, y también el apoyo de otros pasajes paralelos. Este entendimiento profundizado y contextual, usted también lo puede lograr por supuesto, al estudiar su biblia más a fondo. Empezaremos recordando que el fin de la dispensación del gobierno humano, y de la gracia, llegará de un momento a otro, sin previo aviso; justo cuando pensemos que estamos alcanzando la paz y la seguridad, la Biblia lo dice así: “Porque vosotros (los hijos de Dios) sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan (los incrédulos): Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán (porque ya será muy tarde)” (1Tes 5:2-3).
Y entonces aparecerá el Anticristo, y se llama así, porque él, por un lado pretenderá ser el Cristo y por otro, mucha gente creerá que viene al fin el Mesías a salvar a la humanidad; veamos lo que dice otro pasaje: “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco (pues es un guerrero, aunque inicialmente aparecerá como un hombre de paz); y le fue dada una corona (porque él no es rey de por sí, sino que se le permitirá, desde el reino de los cielos, serlo), y salió venciendo (todo obstáculo político, económico, y de toda índole), y (vino) para vencer (pues Dios le permitirá vencer, y reinar por un breve tiempo)” (Ap 6:2); y ahora compare usted esta forma en que aparece el Anticristo, con la que aparecerá Cristo Jesús: “Entonces vi el cielo abierto (porque Jesús vendrá de los cielos); y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero (porque así es Jesús), y con justicia juzga (a la tierra en su segundo advenimiento) y pelea (contra todos aquellos que se le oponen)” (Ap 19:11). Estos pasajes que hablan, de que alguien viene montado en un caballo blanco; ya es aceptado por muchos, y es enseñado así, como que en ambos se está hablando de Cristo Jesús; pero si examinamos bien nuestras Biblias nos daremos cuenta que el Anticristo aparecerá al inicio del periodo llamado ‘La tribulación’ que durará siete años, y al final de éste, entrará en escena, Jesús el Cristo. Y como dijimos, cuando aparezca el Anticristo, éste llegará con un carisma especial, por lo que todos lo aplaudirán y muchos lo confundirán con Jesús; Daniel lo escribió así: “Con lisonjas (o con palabras dulces) seducirá a los violadores del pacto (o sea, a aquellos que no reconocieron a Jesús como su Salvador y rechazaron el pacto de gracia); mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará (en contra de éste ser abominable)” (Dn 11:32).
En un principio entonces, el Anticristo presentará un panorama halagüeño para el mundo; pues aparte de la paz, principalmente en el Medio Oriente, también ofrecerá un panorama de seguridad económica, y para todo aquello que a los líderes de hoy les resulta difícil solucionar, él parecerá tener una excelente solución, pues se dice de él que ‘será entendido en enigmas’ y que ‘prosperará’; veamos otro pasaje que habla de esto: “Y al fin del reinado de éstos (es una referencia al reinado del gobierno humano), cuando los transgresores (de plan y la ley de Dios) lleguen al colmo, se levantará un rey (o gobernante) altivo de rostro y entendido en enigmas (pues él podrá dar solución aparente a la mayoría de los problemas del mundo). Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia (porque estará respaldado por todo el poder de Satanás); y causará grandes ruinas (al mundo), y prosperará (no solo económicamente, sino en todo lo que haga), y hará arbitrariamente (pues al final, ya no tomara el parecer de nadie), y destruirá a los (gobiernos) fuertes y al pueblo de los santos (entiéndase aquí a los israelitas y gentiles creyentes). Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano (porque al principio todo le saldrá a pedido de boca); y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos (porque esos muchos estarán plenamente confiados en que él actúa a su favor, pero su estilo será actuar a traición e intriga); y se levantará contra el Príncipe de los príncipes (vale decir, contra Dios mismo), pero será quebrantado, aunque no por mano humana (porque nadie humano lo podrá vencer, sino solo Jesús en su segunda venida)” (Dn 8:23-25).
Con respecto a la duración del periodo tribulacional, la Biblia nos dice que serán siete años, y que estarán divididos en periodos de tres años y medio; la alusión más clara de lo que venimos diciendo, se presenta en un pasaje que habla de la liberación de los israelitas de manos de los medo-persas, y que luego fueron animados por ellos mismos a regresar a Jerusalén para reconstruir la ciudad y el templo; aquí transcribimos una parte de ese pasaje: “Setenta semanas (estas son semanas de años, vale decir 490 años) están determinadas sobre tu pueblo (amado Daniel) y sobre tu santa ciudad (es decir sobre Israel y sobre Jerusalén), para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado (o dicho de otra forma, después de ese tiempo ya no se hablará más de pecado), y expiar la iniquidad (o pagar vuestras culpas), para traer la justicia perdurable (o sea que será muy duradera o por toda la eternidad), y sellar la visión y la profecía (porque después de esos días, ya no será necesaria), y ungir al Santo de los santos (o sea a Jesús). Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden (del rey Artajerjes que sucedió alrededor del año 444 a.C.) para restaurar y edificar a Jerusalén (que había sido destruida por los babilonios) hasta (que aparezca) el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas (o sea un periodo de 49 años mas otro de 434 años; o dicho de otra forma, sesenta y nueve semanas que son 483 años, que se cumplieron con precisión admirable); (y luego que Artajerjes los deje regresar a Palestina) se volverá a edificar la plaza y el muro (de Jerusalén) en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas (es decir, después del segundo periodo que se mencionó) se quitará la vida al Mesías, mas no por sí (si no que el mismo pueblo matará al Mesías); y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario (es una referencia a la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.); y su fin será con inundación (o como dicen otras versiones, el fin de Jerusalén será como una inundación), y hasta el fin de la guerra (entre el bien y el mal, o sea hasta la segunda venida de Jesús) durarán las devastaciones (del pueblo de Israel). Y por otra semana (aparte de esas 69 semanas de las que ya hemos comentado, y que falta para completar las setenta semanas; el Anticristo) confirmará el pacto (o mejor dicho hará un pacto) con muchos (de los líderes del mundo y de los israelitas, incrédulos); a la mitad de la semana (de siete años, o sea a los tres años y medio) hará cesar el sacrificio y la ofrenda (porque este ritual, del sacrificio diario, será reanudado en ese tiempo allá en Jerusalén). Después con la muchedumbre de las abominaciones (porque durante el gobierno universal del Anticristo, se harán muchas abominaciones) vendrá el desolador (o Anticristo con su ejército, hacia Jerusalén), hasta que venga la consumación (de sus maquinaciones), y lo que está determinado (por Dios) se derrame sobre el desolador (o Anticristo)” (Dn 9:24-27).
Por supuesto que en las Escrituras, se le da mayor relevancia a la segunda mitad de la tribulación o al tiempo de la ‘gran tribulación’; en otro pasaje del libro de Daniel también se habla de ese tiempo de sufrimiento: “En aquel tiempo (querido Daniel) se levantará (el Arcángel) Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo (Israel, porque él es el que defiende siempre a los israelitas Dn 10:21, Ap 7:2-3); y será tiempo de angustia (en todo el mundo, pero principalmente en Israel), cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo (de todo sufrimiento, de toda esclavitud de pecado y de todo dominio de Satanás), todos los que se hallen escritos en el libro (de la vida del Cordero también serán liberados Ap 13:8 y 21:27). Y muchos de los que (están muertos o) duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos (en las cosas de Dios) resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan (y predican) la justicia a la multitud, (brillarán) como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin (o tiempo de la tribulación). Muchos (hombres) correrán de aquí para allá (buscando la verdad, pero no la podrán encontrar), y la ciencia se aumentará (mucho en esos días). Y yo Daniel miré (porque esta es una visión del profeta Daniel, estando junto al rio Tigris Dn 10:4), y he aquí otros dos (seres celestiales) que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino (o sea a Jesús, porque este varón vestido de lino es Jesús de Nazaret Dn 10:5-6, Ap 1:13-14), que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos (o sea ese tiempo está determinado incluso por un juramento de Jesús, por lo tanto no puede haber ninguna duda de que sucederá, así como él lo dijo), que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo (esto también es una forma de decir: un año, dos años y la mitad de un año). Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo (porque después de estos días ya nadie perseguirá a los hijos de Dios), todas estas cosas serán cumplidas” (Dn 12:1-9). No hay duda entonces de que la última semana de Daniel, de esas setenta semanas que dice que están determinadas para su pueblo, es dividida en dos periodos de tres años y medio, pues esa frase que leímos allí ‘a la mitad de la semana’ viene a ser muy importante aquí, y que esos último tres años serán realmente fatídicos; así también lo confirma el libro de Apocalipsis: “También se le dio (al Anticristo) boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses (que no son sino, tres años y medio)” (Ap 13:5)
Este articulo continuará la proxima semana... esten atentos, y que mientras tanto el Señor les bendiga muchimo. Amén.

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