Hebreos 1:1-2
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
9 de noviembre de 2011
¿Hay algún peligro en creer en el rapto pretribulacional?
Hay un gran sector de la cristiandad que cree en el ‘rapto’ o arrebatamiento de la iglesia, y muchos de los que creen esto dicen que será un evento pretribulacional. Es decir, creen que la iglesia será arrebatada a los cielos en un momento determinado; algunos creen que eso será de forma secreta, sin que nadie se dé cuenta, otros piensan que será a la vista de todo el mundo, y otros probablemente no se preocupen de la forma en que eso sucederá, pero sí están de acuerdo en que el ‘rapto’ será una realidad para la iglesia.
Por otro lado, tenemos a aquellos que se niegan completamente a aceptar que aquello que venimos diciendo, suceda; y ellos tienen un montón de razones para demostrar que ese rapto o arrebatamiento nunca sucederá; y muchos de sus argumentos son de tal peso, que hacen temblar las bases de los que promueven el rapto pretribulacional. Hay también un sector que se encuentra entre la mitad de estas dos posiciones; y se han llamado los ‘midtribulacionalistas’; ellos también tienen su argumentos, que en cierta forma también son validos.
Le invito a revisar brevemente estas posiciones; digo brevemente, porque estas teologías están basadas en estudios bastante profundos y exhaustivos de la palabra de Dios, y que han traído como fruto, un cierto fraccionamiento de la iglesia; división que por supuesto, no nos trae ningún beneficio. Los que promueven el rapto pretribulacional, o sea que el rapto será un instante antes de que empiece la tribulación, tienen la mejor interpretación de los pasajes bíblicos, que se refieren a este tema; ellos enseñan de que uno de los propósitos del rapto es el de evitar que la iglesia pase por la tribulación. Si bien, los que están en contra de esta enseñanza, tienen buenos argumentos para rechazar esto, podríamos decir que ellos no profundizan mucho en el análisis de los versículos en cuestión y pareciera que más bien se dedican a argumentar en contra de cada una de las razones que presentan los pretribulacionalistas para afirmar lo que creen.
Antes de continuar con nuestra explicación, diremos que pretribulacionalismo o pretribulacionismo, se denomina a la enseñanza que afirma que la iglesia será arrebatada antes de la tribulación; el midtribulacionalismo o midtribulacionismo, enseña que la iglesia será arrebatada en la mitad de la tribulación; y postribulacionalismo o postribulacionismo, es enseñar que la iglesia pasará por la tribulación; algunos postribulacionalistas afirman que el arrebatamiento será después de la tribulación y otros indican que definitivamente no habrá tal arrebatamiento. A continuación analicemos algunas de las razones que están en conflicto:
Apocalipsis 4:1-2
Uno de los primeros puntos conflictivos con los que se encuentran las personas que leen a cerca de esta guerra de argumentos en contra y a favor del rapto pretribulacional, está en Apocalipsis 4:1-2, que dice así: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado”
Es verdad que la enseñanza del rapto pretribulacional, es muy posterior a la que dice que no habrá tal rapto y que la iglesia estará siempre aquí en la tierra hasta la venida de nuestro Señor Jesús, y que por lo tanto pasará por toda la tribulación y que como ya hemos dicho ellos son los postribulacionalistas. Cuando los primeros estudiosos comenzaron a discernir estos temas y aceptar la idea del rapto, que por lo demás siempre ha estado en boca y mente de muchos a través de la historia, pero que no se había agrupado como enseñanza; ellos argumentaron que uno de los versículos que apoyaba la idea de que la iglesia sería arrebatada a los cielos, era precisamente este, que dice ‘sube acá’; ellos dijeron que era una mención a la iglesia siendo invitada a subir a los cielos. También es verdad que después que se estableció el rapto como una enseñanza, algunos estudiosos o teólogos pretribulacionalistas, como el Dr. Walvoord, Thomas y otros, reconocieron que estos versículos no enseñan que es a la iglesia, a quien se invita a subir al cielo, sino al mismo Apóstol Juan. Este solo hecho sin embargo, no puede echar por tierra una enseñanza tan grande y completa como es la enseñanza del arrebatamiento pretribulacional; porque si bien puede ser antojadiza la pretensión de enseñar que en Apocalipsis 4:1-2 se está invitando a la iglesia a subir a los cielos, hay que decir que en todas las doctrinas hay gente que por defender la posición de su creencia, cae en error o en exceso, pero el comentario de uno o de unos pocos, no puede echar por tierra lo que han dicho, entendido y discernido muchos otros. Nosotros decimos a favor de los que promueven la teoría del rapto, que estos han conseguido afirmar su enseñanza en muchos y mejores argumentos que el que está en Apocalipsis 4, tal como lo veremos más adelante; pasando a ser este versículos un argumento mínimo en contra de los pretribulacionalistas.
¿Cristo vendrá tres veces?
Otra de las opiniones en conflicto, se produce cuando nosotros los dispensacionalistas, pretribulacionales decimos que Jesús vendrá a buscar a su iglesia, y que en un momento la iglesia será arrebatada para reunirse con Cristo en el aire, tal como dice el pasaje que sigue: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1Tes 4:15-17).
El desacuerdo de los postribulacionalistas o postribulacionistas en este punto, es que dicen: Ustedes están diciendo que Cristo vendrá a buscar a su iglesia, entonces ¿esta será la segunda venida de Cristo? Y, cuando venga al final de la tribulación, con sus santos, para iniciar el milenio, ¿se producirá una tercera venida? ¡Nunca leímos en la Biblia a cerca de una tercera venida!
Pareciera que ellos tienen mucha razón cuando lo plantean así, porque al final del periodo llamado ‘la gran tribulación’ Jesús regresará a la tierra tal como está descrito en Ap 1:7, 19:11-16, Hch 1:11, He 9:28, Zac14:4, y tal como lo dijo Jesús mismo: “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria” (Lc 21:27) y también lo mencionan muchos otros pasajes bíblicos. Estamos muy de acuerdo que esto que dicen estos últimos versículos, se refiere a la segunda venida de Cristo, esa venida donde todo el mundo le verá, esa que indica que él asentará sus pies sobre el Monte de los Olivos, etc.; pero la Biblia, en 1Tes 4:16, no dice que Cristo vendrá a la tierra, simplemente allí dice que ‘descenderá del cielo’, más eso no significa que descenderá hasta tocar la tierra. Sin embargo, es bueno reconocer que muchos de nosotros al decir que ‘el señor vendrá a buscar a su iglesia’, damos a entender que el Señor vendrá a la tierra a buscar a la iglesia, y esto puede ser entendido como una segunda venida. Más la verdad es que: si suponemos que el cielo es un lugar lejano, probablemente Jesús descenderá un tanto hacia la tierra, pero no llegará hasta aquí; solo lo hará hasta una cierta altura, para recibirnos allí en el aire, porque eso es lo que dice el pasaje claramente ‘para recibir al Señor en el aire’. Entonces esto no puede llamarse una venida de Cristo a la tierra. Creemos que este descenso no será visto por las personas que se queden en este mundo, y lo creemos así porque la Biblia no lo confirma en ninguna parte; por lo tanto es muy fácil suponer que así será. El descenso de Cristo no será visto por las personas porque hasta donde él lo haga lo más probable es que el ojo humano no logre alcanzar. Esta no es entonces la segunda venida de Cristo, solo es el arrebatamiento de la iglesia, por lo que el argumento de los postribulacionistas no es válido.
Y… ellos continúan. ¡Pero dice que será al toque de la final trompeta! Y, esa es la séptima trompeta, que se toca al final de los días de la tribulación, por lo tanto ¿Cómo dicen ustedes de que no pasará la iglesia por la tribulación?. (Ap 11:15)
La expresión de ‘la final trompeta’, ha sido sacada de otro pasaje que está en 1Co 15:52, y que dice: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”; y como usted ya leyó en 1Tes 4:16, menciona también a esta trompeta, porque se trata del mismo evento; pero aún así, nadie puede asegurar de que esa es la séptima trompeta de la cual se habla en Apocalipsis (Ap 11:15). La expresión trompeta final, bien puede referirse a la última trompeta que escuchará la iglesia como señal de su arrebatamiento, la ultima trompeta de la dispensación de la gracia, o quizá alguna forma de expresar que con un toque de trompeta termina una era. Por otro lado, es probable que no se trate precisamente de una trompeta, pues examinemos el resto de la expresión en 1 Tesalonicences, donde dice: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”; aquí podríamos entender que esa expresión simplemente quiere reforzar la idea de que será Dios mismo el que hablará, y que esa voz, será tan potente como el de una trompeta; Jesús también dijo algo parecido, al referirse a un evento muy posterior al que venimos tratando: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt 24:31), aquí se entiende claramente, que la voz de los ángeles será como el sonido de una trompeta. No hay ningún indicio que nos lleve a pensar que la trompeta que toca el séptimo ángel, en Apocalipsis 11:15, sea la misma que se menciona el día del arrebatamiento; y si no se trata de la misma trompeta, no hay porqué entramparse en que la iglesia debe pasar por la tribulación.
¿Serán arrebatados los que ya estuvieron con Cristo?
Otro de los puntos de conflicto con los postribulacionalistas, se produce cuando leemos que seremos arrebatados para estar con Cristo; como vimos que en 1 Tesalonicenses dice: “y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” Este pasaje dice claramente, que los que sean arrebatados estarán siempre con el Señor después de ese arrebatamiento; no dice que ya estuvieron con él antes de ese evento. Por otro lado, dice que esos que serán arrebatados a los cielos, serán los que resucitarán porque habían muerto en Cristo, o sea que habían muerto creyendo y sirviendo a Cristo; y…, esto debe ser bien entendido: se trata de los muertos en Cristo de todos los tiempos, desde los días de Adán hasta ese día. Pero…, − dicen los postribulacionalistas −: ¿ellos, los muertos creyentes, no estaban ya con Cristo?
Como hemos explicado en una enseñanza anterior, ellos no están en el cielo con Cristo, sino que están en el ‘Seno de Abraham’, o en el ‘Paraíso’; que en algunos casos también se le puede llamar ‘el cielo’, pero este no es el lugar donde mora y tiene su trono nuestro Señor Jesús. Para mayor entendimiento, revisar el pasaje de San Lucas 16:19-31. Más adelante profundizaremos sobre este concepto, y usted entenderá bien que los muertos en Cristo no estuvieron con Jesús antes de resucitar, sino que estarán con él después de la resurrección. Explicaremos a continuación algunos otros versículos que pueden ser objeto de confusión en este tema; y que sirven para que los postribulacionistas nos critiquen o piensen que los que murieron creyendo en Cristo están con él desde el día de su muerte:
“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43) Jesús es el rey del universo, y es dueño de visitar todos y cada uno de sus rincones; y si le dijo al malhechor que ese mismo día estaría con él en el paraíso, que también se llama seno de Abraham, es porque seguramente Jesús iría ese día por aquel lugar. Claramente este versículo no enseña que Jesús mora en el paraíso o que el paraíso sea el lugar de su trono. Recordemos que el Apóstol Pedro nos enseña que Jesús incluso visitó el Hades, para predicarles a los anti diluvianos, mientras su cuerpo estuvo en el sepulcro. (1Pe 3:18-20, 4:6) Los católicos en uno de sus rezos, dicen que Jesús ‘descendió a los infiernos’ cuando se refieren a este acontecimiento; pero como hemos dicho otras veces, ese no es precisamente el infierno, sino el Hades o Seol, y que en algunos casos puede ser llamado ‘infierno’, así como el Seno de Abraham, también es llamado en algunos casos ‘el cielo’.
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor…” (Jn 12:26) A cerca de este pasaje, primero diremos que todos los creyentes, de alguna manera ya están entronizados con Cristo en los lugares celestiales, tal como lo dice Pablo en Efesios 2:6; pero esa no es una presencia física en los cielos, sino que nuestro espíritu se une al de Cristo y nos hace sentir que ya estamos en esos lugares celestiales; así que de esta manera, los creyentes siempre estamos con Cristo. Pero la expresión dice que personalmente estaremos con Cristo, allí donde él esté; entendamos otra vez que eso solo sucederá cuando seamos arrebatados a los cielos en el día del rapto y no en el momento inmediato después de morir en este mundo. La expresión solo dice: ‘allí donde yo estuviere (en el tiempo en que eso suceda), allí también estará mi servidor (en ese tiempo)’
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3) Este versículo habla claramente de ese descenso que hará Jesús para tomar o arrebatar a su iglesia, y que luego de ese evento la iglesia estará junto a él, donde él esté; pero de ninguna manera enseña que las personas al momento de morir, se van inmediatamente a vivir con Cristo. La expresión: ‘os tomaré a mí mismo’, es una expresión que nos hace entender que a quien tomará es a la iglesia; ya que según la enseñanza bíblica, la iglesia y el Señor se consideran un solo ser, así como lo es también en el matrimonio, el marido es la cabeza y el cuerpo es la mujer; el libro de los efesios nos confirma esto cuando dice: “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Ef 5:23) Leemos entonces esta alegoría que dice que el cuerpo de Cristo es la iglesia, luego él vendrá y se tomará a sí mismo.
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado…” (Juan 17:24) Jesús quiere que sus escogidos estén con él, donde el está, y que vean su gloria, y se gocen con él; y sucederá así como él lo desea, pero siempre será después de la ascensión a los cielos en el día del arrebatamiento; mientras tanto todos los muertos en Cristo, están en el paraíso o seno de Abraham. Esta misma es la explicación para muchos otros versículos que hablan de esto. (2Co 5:8, Fil 1:3, etc.)
Este artículo continuará...
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16 de octubre de 2011
Cigarrillos
ESCRITURA:
1 Reyes 18:21 “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuando claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal es dios, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”
APLICACIÓN:
En las cajetillas de cigarrillos, desde hace algún tiempo, se lee: “ ¡CUIDADO! ESTOS CIGARRILLOS TE ESTAN MATANDO” y al reverso hay una fotografía de un hombre que se llama Miguel; y dice que fumó durante 20 años y ha perdido su laringe por cáncer. En un sondeo básico entre los comerciantes de cigarrillos, concluí que este aviso no ha cumplido con el objetivo de disminuir el consumo entre los fumadores. Las personas que fuman siempre tienen un pretexto, o alguna razón que les parece de peso para no dejar el cigarrillo, les parece que aquello no los alcanzará, piensan que lo que hacen no es tan grave como para merecer un final tan trágico; sin embargo las consecuencias van gestándose de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tengan que ser, sus cuerpos mutilados por la enfermedad o desahuciados por el médico.
Los mensajes que yo le escribo, tienen la misma claridad y franqueza que ofrece el aviso mencionado, y como usted se dará cuenta, tampoco son tomados en serio, y las consecuencias también se van gestando de a poco, hasta que llegará ese día fatal en que tenga que dar cuenta al Creador por sus hechos. ¿Qué hace, que usted no los considere? ¿Cuál es su pretexto? ¿Cree usted que tendrá suficientes razones para quedar impune?
ACCIÓN:
En la vida hay que tomar decisiones. Decida hoy seguir a Jesús, descubra las grandes bendiciones que hay para usted en la Biblia. Aún espero a que se decida a escribirme para seguir el plan de lecturas asistidas de la Biblia para este año.
La anáfora
La anáfora, es una figura retórica cuyo nombre proviene del griego ‘anaphora’, que quiere decir ‘repetición’. Aunque debemos decir que hay varias figuras que se pueden agrupar dentro de la repetición, ya sean de letras, de frases o palabras; ésta, la anáfora consiste en una repetición de la misma palabra o palabras al principio del verso o frase en la prosa, bien de forma continua, bien de forma discontinua. La razón de ésta, casi no necesita explicación, pues es claro que es usada para resaltar, insistir o persuadir al lector u oyente. Esta figura en la palabra de Dios es usada a cada momento, pues Dios siempre ha buscado llamar nuestra atención y ha usado para ello todos los recursos literarios, y entre ellos el lenguaje de la persuasión y la insistencia. Veamos algunos ejemplos bíblicos, donde podremos apreciar mejor esta figura.
Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir (Deuteronomio 28:3-6)
Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón.
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes. (Salmo 115:12-13)
Aquí podemos ver la intensión de que Jehová bendecirá, en todos los campos de la vida a todos aquellos que oyen su voz y ponen sus mandamientos por obra; especialmente estos versículos estaban dirigidos a los israelitas; pero desde luego, hay una extensión para todo aquel que decide escuchar la voz de Jehová.
¿Hasta cuándo los impíos,
Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?
¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,
Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad? (Salmo 94:3-4)
He aquí la desesperación del salmista, al ver que los impíos prosperan y se jactan de su buena situación frente a aquellos que siguen a Dios, que en muchos casos tienen pruebas y dificultades; no sabiendo aquellos que esas situaciones, lejos de ser tropiezo para estos, son una grande bendición; sin embargo es evidente que en algunos la situación es tal, que nos puede llevar a la desesperación.
Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos. (Salmo 148:1-4)
Este es un Salmo que exhorta a toda la creación, a alabar a Jehová por todas sus bondades y maravillas. Él es el único digno de ser alabado.
Y comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías. (Jeremías 5:17)
En un esfuerzo por advertir a los israelitas de las consecuencias que les traerá su mala conducta, y su falta de confianza en Dios; él autor bíblico, a través del Espíritu de Dios, trata de que entiendan que vendrán de seguro invasores al país y lo dejarán en la ruina total.
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. (San Mateo 5:3-11)
Hay que ver cómo el Señor Jesús se esforzó en que entendamos que seremos bienaventurados, cuando pasemos por esas situaciones, que aunque son difíciles, siempre nos harán bien, porque alcanzaremos un objetivo supremo.
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (Romanos 8:33-35)
Aquí el énfasis esta en dar a conocer que aparte de Cristo no hay nadie que nos pueda juzgar, nadie que nos pueda condenar y nadie que nos pueda separar de su amor; pues ¿quién podrá hacerlo? Así es nuestro Cristo, el bendito hijo de Dios.
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos, tocante al Verbo de vida. (1 Juan 1:1)
Aquí el apóstol Juan quiere poner toda la fuerza en darnos a entender que lo que él está escribiendo, es verdad; que él y los otros apóstoles son testigos presenciales de algunos de esos hechos y de los que no lo son, ellos han hecho averiguaciones minuciosas a fin de establecer la verdad de esos hechos, la verdad a cerca de Jesús.
Creo que con estos pocos ejemplos usted ha comprendido muy bien el objetivo de usar la figura retorica ‘anáfora’; sin ella es posible que muchos pasajes pierdan la fuerza, la urgencia, la seguridad, o cualquier otro concepto que se pretenda introducir y que se desee dejar bien en claro. Ya pronto estaremos hablando de otra figura retorica importante. Bendiciones.
10 de octubre de 2011
Revelación
ESCRITURA:
Romanos 2:5 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”
APLICACIÓN:
El otro día hablando a cerca de Apocalipsis 1:1, dije que Dios revelará los secretos de este libro, solo a sus siervos; y que si alguien no se hacía siervo voluntario de Jesucristo, aunque lea este libro, nada entenderá. Muchos pensaron: “¿Qué clase de Dios es? ¿Por qué es tan injusto, que solo se revela a algunos y a otros no? Si esas verdades fueran reveladas a todos, creo que todos las entenderían y se convertirían”
Permítanme explicar el mecanismo: Las verdades bíblicas, incluidas las del Apocalipsis, están ahí para todos; pero si usted no tiene una disposición de aceptarlas de corazón, reconociendo que Dios es el que tiene la razón, la sabiduría y el entendimiento de todo; es usted el que no deja que esa verdad sea visible y aceptable para usted. En cambio si decide ser siervo de Jesús, o sea, convertirse en un humilde servidor que está dispuesto a seguir las instrucciones de su amo, su corazón se tornará sencillo, entenderá plenamente todo lo que Dios quiera decirle, y tal como él quiere que entienda. Lo contrario es no aceptarle a Él como Señor de su vida, y por supuesto no aceptará ninguno de sus consejos; o sea no entenderá nada de lo que el le quiera decir.
ACCIÓN:
El que trazó un plan para el hombre es Dios, y no nosotros. ¿Por qué piensa usted que nosotros tenemos que poner las reglas? Dios llevará acabo sus planes, estemos o no de acuerdo; no necesita nuestra ayuda ni nuestra opinión. Usted tiene la gran oportunidad de ver el plan de Dios para su vida, pero solo lo verá, si esta de su lado. Amén.
23 de septiembre de 2011
Victoriosos en Jesús
ESCRITURA
San Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
APLICACIÓN
Durante la invasión alemana, en la segunda guerra mundial; el rey Christian de Dinamarca observó una bandera nazi ondeando sobre un edificio oficial danés, y exigió a un funcionario alemán que la retirara inmediatamente. El alemán contestó que la bandera fue instalada allí, de acuerdo a instrucciones de Berlín. Esa bandera debe ser retirada ―declaró el monarca― o de lo contrario enviaré un soldado a quitarla― Se le disparará al soldado ―advirtió el oficial nazi― Yo soy ese soldado… ―contestó el rey―
La firmeza de este rey puede ayudarnos a entender la lección de Jesús. Muchos miran a la cruz, y solo ven un hombre humillado y derrotado; alguien en quien ni siquiera vale la pena confiar y por lo tanto, no lo hacen. Pero Jesús en el camino al calvario, estuvo lleno de paz, porque sabía íntimamente que estaba haciendo aquello para lo cual vino, y se sentía un vencedor; aunque a los ojos de muchos, estaba siendo derrotado.
ACCIÓN
¿Ve usted a Jesús, como su rey victorioso? Si así lo ve, usted también se sentirá victorioso, aunque las huestes de Satanás le estén carcomiendo los huesos. Busque esa paz, porque cuando la tenga en su corazón nadie se la podrá quitar. ¡Aleluya!
Dios mio... ¿volveré a convivir con mi abuelito Bartolomé?
Esta también será la respuesta a otra de las preguntas que me enviaron mis amados lectores, y que decía: ¿Volveré a ver a mis seres queridos que ya partieron?
Pienso que de alguna forma, las personas que se plantean preguntas como estas, tienen la convicción de que hay vida más allá de la muerte, porque si el convencimiento fuera contrario, creo ni siquiera surgiría esta pregunta. Hay mucha gente que cree en la vida más allá de la muerte; hay gente que cree que las personas después de morir, se van a vivir a otros mundos que pueden ser mejores o peores que este, dependiendo de su comportamiento aquí en la tierra; otros creen que las personas se reencarnarán aquí mismo, pero serán mejores personas o peores, dependiendo de cómo haya sido su conducta aquí en este mundo; incluso algunos piensan que pueden reencarnarse como bestias, si es que fueron muy malas personas en su última vida terrenal. La enseñanza bíblica, también ha sido un tanto distorsionada, y muchos piensan que los humanos que mueren, derechamente se van a vivir al reino de los cielos, y pareciera que no interesa mucho el cómo haya sido su comportamiento aquí; otros aceptan que si no se han portado muy bien, irán a parar a algún lugar que se llama el purgatorio y allí corregirán o pagarán, por decir de alguna manera, ese comportamiento inadecuado que tuvieron y luego recién entrarán en el cielo.
La verdad, es que hay vida más allá de la muerte, y en ese punto me parece que no deberíamos tener mayores dificultades. Nosotros los cristianos sabemos que hay vida después de la muerte, por las enseñanzas que nos da la Biblia, y la mayor prueba de aquello es la resurrección de Jesús, su convivencia con sus discípulos durante cuarenta días después de resucitado, y su ascensión a los cielos; de donde también vendrá al final de los días de la tribulación, para juzgar a este mundo.
El punto de conflicto es quizá, el definir donde van a parar todos los que dejan este mundo mediante la muerte física. Aunque algunas enseñanzas, supuestamente son cristianas, me parece que no están diciendo la verdad; por ejemplo, la existencia del purgatorio no es una enseñanza registrada en la Biblia, y por lo tanto ese lugar no existe. Los que piensan que solo los buenos resucitarán, y que los malos, permanecerán muertos; o sea que con la muerte ya recibieron su paga y que por lo tanto ya dejaron de existir, también están equivocados porque eso no es lo que enseña la Biblia. Los que piensan que los que mueren, al menos si han sido buenos, se irán directamente a los cielos a vivir con Dios, también están equivocados; así como también lo están, aquellos que creen que los muertos intercederán ante Dios por nosotros, o que de alguna manera ellos adquieren un cierto poder para ayudarnos en nuestros problemas cotidianos. Entonces… ¿qué es lo que enseña la Biblia, a cerca de esto?
Transcribiré un pasaje, que nos da una enseñanza clara y muy directa sobre este asunto: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos. (Lucas 16:19-31)
Veamos que enseñanzas nos deja este pasaje:
- Primeramente, nos confirma de que las personas, siguen vivas y completamente conscientes después de morir. Es obvio que no es una vida corpórea, sino espiritual; pero eso no quita que ellos piensen y sientan tal como lo hacían cuando tenían sus propios cuerpos.
- Nos enseña que, no todas las personas irán a parar al mismo lugar; aunque los lugares donde se encuentran están muy cercanos, son completamente diferentes.
- El rico no fue a parar al Hades, solo porque era rico. Es probable que la poca consideración que tuvo hacia el mendigo, haya influido para que tenga ese destino; pero lo que es seguro, y que fue determinante; es que el rico tuvo todo el conocimiento y todas las oportunidades de arrepentirse, pero sencillamente no lo hizo. El mendigo, por su parte, no fue a parar al seno de Abraham, solo porque era mendigo, sino porque confió en Dios, y a pesar de que sufría hambre y enfermedades, siempre confió en Dios, siempre fue agradecido y nunca renegó de su creador, ni siquiera del rico, que lo miraba con desdén. Es probable que estos puntos de vista usted no los pueda sustraer directamente del párrafo, pero la Biblia está llena de ese tipo de enseñanzas.
- El pasaje, dice claramente que el rico está sufriendo, atormentado en llamas. Y aunque pide ayuda, comprende que no es posible recibirla. Pero, como usted puede ver, él tampoco se carboniza instantáneamente en esas llamas; aunque existe la posibilidad de que el párrafo tenga algo de lenguaje figurado, vale decir que no son ese tipo de llamas que nosotros conocemos, y si lo son, él tiene un cuerpo espiritual al cual las llamas no lo atacan como lo harían a un cuerpo terrenal, pero sí lo atormentan. Hay que aclarar también, que ese lugar, no es precisamente el infierno. Por otro lado el pasaje dice que Lázaro, sí está en un lugar a gusto, él es consolado de su tristeza y no sufre; aunque este lugar no es precisamente el cielo, o sea Lázaro no está viviendo junto a Dios.
- También podemos saber que los que están en el seno de Abraham, por muy compasivos que fueran, o por muy parientes que fueran, no pueden hacer nada para cambiar la situación de aquellos que han ido a parar al Hades.
- Otra enseñanza que nos deja el pasaje, es que los que están vivos aquí en la tierra, no pueden recibir ninguna influencia, ni ayuda, ni advertencia desde esos lugares; y también podemos deducir que los que están vivos, no pueden hacer absolutamente nada para que sus parientes que están muertos y han ido a parar al Hades, alivien su dolor, o se puedan cambiar de lugar.
- Abraham le dice al rico: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos. Si no oyen a Moisés y a los profetas, simplemente significa en otras palabras, si no hacen caso de lo que está escrito, o sea si no toman en cuenta lo que verdaderamente dice la Biblia. Abraham no estaba exagerando, al decir que no se persuadirán si alguien se levantare de entre los muertos. Eso es verdad, pues Jesús se levantó de entre los muertos, y aunque la gente de alguna manera lo acepta, no vemos que se arrepienta y se convierta a Cristo.
Sé que usted se está preguntando: ¿Por qué dice con tanta seguridad que esos lugares no son el infierno y tampoco el cielo? En las Escrituras, el Hades, también es llamado Seol, o sepulcro, y algunas veces por extensión, también infierno; pero el verdadero infierno, ese lago de fuego y azufre que arde por la eternidad, donde irán a parar todos los incrédulos y rebeldes ante Dios; ese, claramente está mucho más allá de la muerte y la resurrección. Porque la Biblia enseña, que después de esta muerte, la gente incrédula, volverá a vivir para ser juzgada, para ver con sus propios ojos que merece ir al infierno. Y una vez que alguien vaya a parar allá, será por la eternidad, y no podrá ver ni tendrá noticias de alguien que esté viviendo junto a Dios. La Biblia nos enseña que al infierno irán a parar, no solo las personas incrédulas, sino que lo harán el mismo Hades, la muerte, el Anticristo, y Satanás. Veamos algunos pasajes que nos hablan de eso: “Y la bestia (léase Anticristo) fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos (bestia y falso profeta) fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás (seres humanos) fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba a caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. (Ap 19:20-21) Este pasaje que cronológicamente está ubicado al final de la ‘gran tribulación’ indica con claridad que el Anticristo y el falso profeta, que será alguien que le ayudará a éste en el engaño de carácter espiritual, serán los primeros habitantes del infierno o lago de fuego y azufre. Cronológicamente, mil años después de ese acontecimiento, podemos leer este otro pasaje que dice así: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap 20:10-15)
Estos pasajes nos enseñan que:
- Los muertos grandes y pequeños, entiéndase adultos y niños que hayan actuado con maldad, estarán en el Hades hasta el día del juicio, que será mil años después de que termine la gran tribulación. Después de la gran tribulación, viene un periodo de mil años según la Biblia, al se le ha dado el nombre de milenio; y, al final de la gran tribulación, solo el Anticristo y el falso profeta irán a parar al infierno, pero las demás personas que morirán en esa guerra que se llama Armagedón, las cuales serán todas rebeldes según el contexto del pasaje, no dice que irán al infierno, sino que simplemente morirán y serán comidas por las aves; por lo tanto no es difícil entender que irán a parar al Hades.
- Al final del milenio, el segundo pasaje indica que Satanás será echado al infierno, donde ya están el Anticristo y el falso profeta, y que el tormento en ese lugar será por los siglos de los siglos, que es otra manera de decir, por la eternidad.
- El segundo pasaje también nos enseña que todos los muertos, de todos los tiempos, volverán a vivir o mejor dicho se presentarán ante Dios para un juicio según sus obras. Ellos serán entregados desde el Hades, y después de haber sido juzgados serán echados en el infierno para reunirse con Satanás, el Anticristo y el falso profeta, que ya están allí. Y como ya no habrá más muerte, y ya nadie necesitará el Hades, estos también serán echados al infierno.
Pero,… ¿en ese juicio, no habrá ninguna persona que sea buena? Tengo que decirle amado lector, que no habrá siquiera uno que sea bueno. Lo que pasa es que en cierta forma todos los que estaban en el Hades, ya tenían su destino sellado; porque sería muy injusto de parte de Dios, que alguien se encuentre en el Hades, y luego tenga que ser calificado de inocente y ser destinado a vivir junto a Dios. Este juicio, solo tiene un sentido de Suprema Justicia, pues Dios abrirá los libros donde están registrados todos los actos de maldad de los hombres que comparecen a ese juicio, y como acto muy justo, será leído el libro de la vida, que es donde están registrados los nombres de los creyentes fieles, esto será hecho simplemente para comprobar a los incrédulos que no están inscritos allí, y que no hay injusticia en lo que se está haciendo. Prácticamente, en el momento de morir, físicamente, el hombre sella su destino y nada puede cambiar ese destino después de la muerte; usted mismo lo leyó en el pasaje del rico y Lázaro.
Y… ¿cómo será el destino de los creyentes aceptos ante Dios? Todos los que han ido a parar al seno de Abraham, que también en algunos casos se le llama cielo; más como usted mismo puedo leer esta junto al Hades; ellos resucitarán y tomaran cuerpos especiales que puedan remontarse a los cielos, en un día próximo que se llama el arrebatamiento de la iglesia, y que probablemente sea justo antes de empezar la tribulación. Y los creyentes que estén vivos ese día, también serán transformados y llevados juntamente con los recién resucitados, allí permanecerán durante siete años adorando a Dios, luego regresarán a esta tierra con Jesús, para reinar con él durante mil años al final de la gran tribulación, que es donde morirán todos los incrédulos, es decir ningún incrédulo entrará al milenio para vivir con Jesús, usted leyó eso, cuando decía que apresaron a la bestia y al falso profeta, lo echaron al infierno, y los demás, o sea todos los otros que acompañaban al Anticristo fueron muertos. Después del milenio, los creyentes, entraran a la eternidad, con Jesús, en nuevos cielos y nueva tierra. Leamos algunos pasajes que indican esto claramente: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1Tes 4:16-18) Pero un poco más adelante, en esta misma carta del apóstol Pablo dice: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él” (1Tes 5:9-10) A esta mención que hace Pablo: ‘No nos ha puesto Dios para ira’, se hace referencia principalmente, cuando se afirma que el arrebatamiento será al inicio de la tribulación, porque a este periodo, o sea a la tribulación, también se le llama el día de la ira del Cordero. Otro pasaje dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1Co 15:51-53) He aquí otro pasaje más: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén” (Ap 7:9-12) Otro pasaje: “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!
Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Ap 19:1-8)
Esta multitud que adora y reconoce el señorío de Jesús, luego desciende con él para derrotar definitivamente al Anticristo en la Batalla llamada ‘Armagedón’. Esta multitud reconoce que los juicios de Dios, o sea el hecho de que el mundo pase por la gran tribulación con terrible sufrimiento y que aún así no se arrepiente, es justo. El siguiente pasaje dice que ellos descienden junto a Jesús.
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (Ap 19:11-14) El pasaje que sigue, nos muestra cómo será el juicio de los inocentes, o de los creyentes, los que no recibieron la marca de la bestia; y hace una referencia muy especial al juicio de los incrédulos, quienes dice que no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Ap 20:4-6) Por último transcribiremos un pasaje que habla de los nuevos cielos y la nueva tierra, que vendrá después de que se haya producido el juicio del Gran trono blanco, que es para los incrédulos. La nueva tierra y los nuevos cielos, serán solo para los que han permanecido fieles hasta el final, dice así: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Ap 21:1-5)
Al responder con base bíblica, la pregunta que se ha planteado; tendríamos que decir que existen todas las posibilidades de volver a vivir con nuestros seres queridos; en el cielo junto a Dios y por la eternidad, siempre que ellos hayan sido, y nosotros seamos fieles creyentes y seguidores de Jesús; de lo contrario, también está la posibilidad de convivir con ellos pero en el infierno, lo cual es muy triste, pero lamentablemente real. Si de alguna manera percibimos que nuestros parientes o amigos no fueron a parar al Seno de Abraham, entonces mejor sería no seguirlos, porque es muy seguro que ellos también así lo desean, tal como lo hace el rico, en la historia del ‘Rico y Lázaro’ No es mi intención asustar a nadie, ni mucho menos condenar a nadie, de ninguna manera yo soy el juez; solo deseo que entendamos lo que está escrito en la Palabra de Dios, ella es la que nos juzgará en el día final. Y si todas las cosas que han pasado, tienen un fiel cumplimiento en ella, no veo por qué no creamos que esto que leemos hoy, también será así, tal como está escrito. Solo deseo animarle a que usted se aferre a la esperanza que hay en Cristo Jesús, él también lo desea, y no se lo digo, solo porque lo leí en la Biblia, que ya es una gran verdad; sino porque el hecho de que vino a este mundo, y ofrendó su vida por nosotros y resucitó y ascendió a los cielos, para mostrarnos el camino hacia Dios; indica claramente que si no le seguimos, nos espera un lugar muy terrible donde tendremos que pasar la eternidad.
Que Dios toque su corazón, y le bendiga con mucha sabiduría de lo alto, para que pueda estar con él un día, pues no depende de nadie más, que de nosotros mismos. Amén.
9 de septiembre de 2011
Toda potestad
ESCRITURA
Mateo 28:18 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”
APLICACIÓN:
Algunos de los sinónimos de ‘potestad’, son: Autonomía, autoridad, jurisdicción, dominio, imperio, mando, omnipotencia, poderío, o señorío. Y aunque usted no lo crea o no lo sienta, Jesús tiene en este día toda potestad; no solamente sobre el universo o sobre este mundo, sino también sobre nuestras vidas, sobre nuestros negocios, sobre nuestras actividades, incluso sobre nuestros pensamientos. Por eso lo que Jesús dijo, no es una exageración: “Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mt 12:36) Y… “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” (Mt 10:32-33)
ACCIÓN
La autoridad de Jesús debe ser respetada, debe ser aceptada, y debe ser predicada. Y si alguien siente que no es así; debe saber que hay un día en que esa autoridad será aplicada en toda su potencia y rigor. Jesús es el Señor de su vida, reconózcalo hoy como tal.
25 de agosto de 2011
Adopcion
ESCRITURA
Romanos 8: 15 “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
APLICACIÓN
Una niña que estaba siendo adoptada desde un orfanato por unas personas muy ricas, al final se mostró algo reacia a irse con ellos. ¿Por qué no quieres venir con nosotros? ─ Preguntó la señora. Luego añadió ─ Te daremos muchos juguetes, golosinas, y vestidos hermosos; tendrás una linda habitación para ti sola. La niña pensó un momento y dijo: ─ No sé porqué ustedes me ofrecen esas cosas tan bonitas, nunca nadie antes me las ofreció ¿Qué hice para merecerlas? ─ ¡Es que ahora eres nuestra hija! – dijo la señora.
Muchos no se quedan al lado de Dios, cuando él en su amor los llama; por que sencillamente no pueden creer que él Señor los quiere adoptar como hijos; no se sienten merecedores del perdón, no pueden creer que el Dios de los cielos se haya fijado en ellos, y tampoco pueden creer su promesa de que estará junto a ellos en todas las circunstancias. El diablo, está presto para hablarles al oído y decirles que no se lo merecen, de que en las condiciones en que se encuentran en el orfanato del mundo, nunca nadie les ofrecería semejante premio. Ellos se preguntan: ¿Qué he hecho para merecerlo? Los que deciden creer al maligno, se llenan de temor, se desaniman, y se echan a correr hacia el fondo del orfanato, para esconderse en algún lugar donde no puedan ser encontrados.
ACCIÓN
¿Sabe lo que significa Abba, Padre? Es un equivalente a decir cariñosamente ‘Papá mío’ o ‘papito’. Busque a partir de hoy el espíritu de adopción, por el cual usted también puede decir ¡Abba Padre! El Padre de los cielos desea tenerlo dentro de su familia; “porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (San Juan 3:17)
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